"Cambios Para bien".
-Te ves diferente. –Dijo Sango, viéndola desde el lado opuesto de la mesa.
Rin se encogió de hombros y excavó en su ensalada, negándose a sentirse cohibida por su corto vestido azul marino con flores rosadas o sus preciosas botas blancas. Si alguien pensaba que se veía ridícula o "demasiado delicada", no era su problema. Ya no se sentiría avergonzada sobre quién era. Se sentía bien con esta ropa. Eso era lo importante.
-Amiga. –Dijo Sango con cautela. -¿Ese hombre te obliga a vestirte así?
Rin parpadeó.
-¿Qué?
Al darse cuenta de que Sango iba enserio, empezó a reírse como una niña pequeña. Sabía que Sango no había estado precisamente emocionada cuando Rin le contó que estaba viéndose con Sesshomaru, pero Rin no había entendido el alcance de ello. Era la primera vez que estaban pasando el rato en casi un mes.
-Hey, no es gracioso. –Dijo Sango. –Estoy preocupada, tonta. Primero empiezas a follar con el tipo que te tuvo secuestrada por meses, luego renuncias a tu empleo en la compañía, y ahora estas cambiando tu forma de ser por él.
-No estoy cambiando por él. –Dijo Rin con una sonrisa torcida. –Esta es quién soy. Esta es quien siempre fui. Lo único que él cambio, fue que me ayudo a ver que no había nada malo en mí. Ya no siento como si tuviera que esconderlo.
Las cejas perfectamente delineadas de Sango se juntaron, sus ojos azules llenos de confusión.
-Pero... ¿Por qué no me dijiste antes? ¿Pensaste que te juzgaría?
Rin encontró su mirada.
-Recuerdo claramente cuando me contaste cuanto te desagradaba que Koharu, tu ex asistente, fuera tan infantil y extravagante.
Sango se sonrojó.
-Me desagradaba Koharu porque siempre estaba coqueteando con Miroku, no porque... seguía pensando que ella no tenía derecho de hacerlo. Por lo que todo sobre ella me molestaba.
-No puedo culparte por celar a tu novio. –Dijo Rin riendo. –Sería muy hipócrita de mi parte.
Compartieron unas miradas divertidas antes de que Sango se pusiera seria.
-Realmente no me importa, lo sabes, ¿Verdad? Lamento si te di esa impresión. –Sonrió un poco. –Puedes vestirte de emo y seguiré amándote, Rini.
Rodando los ojos, Rin le dio una patada por debajo de la mesa.
-No me va vestir con cadenas y toda de negro. Solo me gustan las cosas bonitas, y decidí que no me importa si algunas personas piensen que debería vestirme de otra manera. Los estereotipos de género son estúpidos de todas formas, sobre todo hoy en día. Soy feliz como soy.
-Te ves feliz.
Rin sonrió, pensando en los últimos meses.
-Porque soy feliz.
Sango la miró pensativamente.
-Eres seria respecto a él, ¿Verdad?
Rin encontró la mirada de su amiga.
-Nunca fui más enserio.
-Es sólo que es algo loco. –Dijo Sango, suspirando. –Lo sabes, ¿Verdad? Es un hombre que te secuestró y te forzó a...
Rin frunció el ceño.
-Ya te lo dije: Nunca me obligó a hacer nada que no quisiera. Sí, Sesshomaru dista mucho de ser un santo, pero algo que no es, es un violador. Así que déjalo, ¿Sí?
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La Cachorra del Youkai
RomanceContinuación de "Atrapada en los Brazos de un demonio." ¿Creíste que podrías huir de él? Pero ahora él esta en tu territorio. Ya no estas cautiva, pero la atracción no se va. Maldito Sindrome de Estocolmo.