Capitulo 11. "Reencuentro".
Rin se sentó junto a la piscina, mirando la casa brillantemente iluminada.
Podía escuchar las risas y la música, incluso desde aquí. Era el cumpleaños del padre de Sango, y dado que él era lo más parecido a un padre que había tenido desde que el suyo murió hace ya tantos años, había sido invitada a cada evento que la familia Yoshida realizaba. La celebración de este año se llevo a cabo en una de las propiedades en el campo pertenecientes a la familia, rodeada de naturaleza. Aunque la gran casa era el mayor atractivo, dado que al ser una familia tan grande, era necesario también una caballeriza para los caballos, una gran cancha de Basquetbol para hacer ejercicio, y muchas hectáreas para cabalgar, explorar o simplemente tomar un Picnic al aire libre.
Envolviendo sus brazos alrededor de sus rodillas, Rin sonrió débilmente. Estaba feliz de estar rodeada de gente cariñosa y un ambiente tan alegre, feliz de que hubiera podido regresar para verlos de nuevo.
Era realmente agradable ver que una grande y amorosa familia realmente existía, y el amor y los "felices para siempre" no eran algo de los cuentos de hadas. Sango y Miroku eran una fiel prueba de ello, e incluso los padres de la muchacha que parecían mirarse con adoración cada vez que estaban cerca... O al otro lado de la habitación.
Mordiéndose el labio, Rin subió su mirada hacia la luna. Parecía como si estuviera a punto de desaparecer. Probablemente debería volver a entrar.
Pero Kami, ya estaba enferma de estar en el extremo receptor de las miradas receptivas y preocupadas como si padeciera una enfermedad terminal. Estaba harta de decirles a todos que estaba bien. Nadie le creía de todos modos.
Si quisiera que estuvieran vigilándola cada dos segundos, le habría pedido a Ah-Un que viniera, pero les había dado el fin de semana libre para que descansaran y ella pudiera respirar tranquila. Amaba a esos dos grandes hombres que tenían un suave corazón en el interior, pero a veces la asfixiaban.
No es como si Rin no pudiera entender que es lo que les pasaba a todos. Hasta donde todos ellos sabían, ella estuvo viviendo en el infierno por los últimos meses: Primero su secuestro, luego el asesinato de su tío apenas un mes después de su escape.
Era mucho. Realmente lo era.
Pero lo estaba enfrentando. Estaba bien. ¿Por qué sus amigos no podrían entender que su compasión y preocupación excesiva le pesaban, recordándole cosas que prefería olvidar?
Como el hecho de que probablemente fuera su culpa que su tío estuviera muerto.
-"No pienses en eso, no pienses en eso, no pienses en eso".
Un movimiento captó su atención en la terraza. Rin sonrió ligeramente al notar las dos altas figuras allí. Cada una en los brazos del otro. Miroku y Sango se besaban bajo la luz de un par de velas, las manos de uno en el pelo del otro, las bocas voraces y tiernas a la vez. Se besaban como si se pertenecieran mutuamente.
-"Debe ser agradable amar y sentirse amada".
Al notar que se los estaba comiendo con la mirada, Rin desvió la vista hacia la lisa y oscura superficie de la piscina. Otra explosión de risas llegó desde el interior de la casa. Rin se tragó un nudo súbito en su garganta. No por primera vez, desde que regresó a Japón, se sentía como una extraña entre sus amigos. No sentía que perteneciera aquí. Pero por otra parte, ya no estaba segura de donde pertenecía.
Si fuera honesta consigo misma, podría ser uno de los motivos por los que se había aferrado a Kohaku tan rápido. Kohaku no la conocía de antes. No sabía que Rin era habitualmente mucho más alegre y fácil de tratar que ahora.
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La Cachorra del Youkai
RomanceContinuación de "Atrapada en los Brazos de un demonio." ¿Creíste que podrías huir de él? Pero ahora él esta en tu territorio. Ya no estas cautiva, pero la atracción no se va. Maldito Sindrome de Estocolmo.