EPILOGUE

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¬EPÍLOGO¬


- ¡Date prisa Paul! – grite mientras sostenía con una mano mi vientre.

- ¡Ya voy cariño! – grito bajando corriendo las escaleras.

- Eros cariño, cuida de tus hermanos – le dije a mi hijo adolescente que estaba sentado en la sala viendo la televisión con sus tres hermanos menores.

- Si mamá no te preocupes, ya llamé al doctor Cullen ya te esperan – dijo él.

- Gracias cariño, no dejes que Dionisio coma chocolates y en unos momentos vendrá tu padrino Emmett por ustedes, pórtense bien – les dije mientras salía de la casa.

- ¡Si! – dijeron a coro mis cuatro hijos varones.

Me subí con mucha dificultad al auto, pues pareciera que mi pequeño hijo estaba a punto de salir, pero lo bueno fue que pude subirme, trataba de controlar mis respiraciones para evitar que el dolor me recorra por completo y no comenzara a pujar para sacar a mi bebé.

- ¿De qué ríes? – pregunto exasperado mi esposo.

- De la reacción de los niños – respondí aun riéndome y quejándome al mismo tiempo por las contracciones que estaba teniendo.

- No entiendo el, ¿Por qué es gracioso? – pregunto de nuevo.

- La reacción tan natural que han tenido, ya están acostumbrados a vernos así – seguí riendo, pues este es mi quinto embarazo en total y ellos han vivido un total de 4 con este y ya no explotan cada vez que voy a dar a luz.

En el camino desde la reserva hasta la casa Cullen, pude ver el Jeep de Emmett, por lo que estoy segura de que fue por los niños, así que ahora solo me tengo que concentrar en que las niñas estén bien eh iniciar a sacarlas de mi cuerpo.

- Ya está todo preparado – nos avisó Carlisle, quien me esperaba justo en la entrada de su casa junto a Edward.

- Ten – dijo Paul mientras entregaba la pañalera de las niñas y me levantaba en brazos para llevarme al consultorio.

- ¿Hace cuánto iniciaste con las contracciones? – pregunto Carlisle mientras revisaba el total de centímetros que había dilatado.

- Son un total de 3 horas – respondí tratando de llevar con calma las cosas.

- ¿Cuánto ha dilatado? – pregunto Paul ansioso, aunque trataba de mantener la calma porque de eso disfrutaba él, que todos vieran que tan serio y estable podría ser él, aunque a mí no me engañaba ya 10 años de matrimonio, estábamos bastantes curtidos, ambos nos conocíamos muy bien.

- 7 centímetros, vas muy rápido – dijo Carlisle.

- Pues ya si no – se burla Edward - ¿Cuántos partos has tenido? ¿5 o 6? – siguió burlándose, la verdad si fue un poco gracioso porque tanto Paul como Carlisle se rieron un poco.

- Han sido 5 en total – gruñí enojada – Pero tú qué sabes de esto, nadie puede opinar no hasta que sean capaces de dar a luz – me volví a quejar.

- No gracias - respondió él.

- Eso me lo imaginaba, ahora dime Carlisle ¿Cesárea o parto natural? – pregunte pues dentro mío había un total de 3 niñas.

- Prefiero el parto natural, esperaremos un poco y si no es posible interviniéremos – respondió.

- ¡Demonios! – gruñí maldiciendo, pero también como una forma de mentalizarme de que todavía tendré que esperar.

El pasado, siempre regresa - Edward CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora