EVEN WITHOUT THE PRIMER, I WILL BE YOUR PROTECTOR

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Capítulo XIII


¬PROTECTOR¬


Como si los invocase escuche el aullido de los lobos que según me protegerían, pero en este momento solo quiero dormir y desaparecer o tal vez despertar y ver que todo es una maldita broma solo eso.

- ¿En qué piensas, mujer? – pregunto él.

- En que ya no eres un mujeriego, por estar cuidándome – le dije viéndole - Además de que deberías estar con Rachel y no conmigo, ósea se supone que eso es lo correcto ¿no?, o sea me refiero a ¿Qué no puedes estar mucho tiempo alejado de ella? - pregunto pues la imprimación es eso o ¿no?

- La imprimación es algo mucho más profundo que solo una relación física, el estar imprimado es ser lo que ella necesite, en mi caso Rachel prefirió que fuese su amigo, así que volví a las andadas - soltó Paul con una carcajada.

- ¿Cómo es posible que te prefiriera de amigo? - no lo puedo creer, dios si yo tuviera un hombre que me jurara amor y estar segura que se sacrificaría por mi eternamente no lo dejaría, pero como a mí siempre me falla el amor, no he de opinar.

- Tranquila, hermosa me tienes para ti solita – se mofo con chulería.

- Cálmate, además de que ya tengo hambre – le dije, para cortarle el rollo, porque aún no estaba lista para bromear sobre eso, no estaba lista para enfrentarme a otro, no quería volver a encariñarme con él y que me terminara abandonado como él lo había hecho.

- Vamos con Emily para que te alimente, además de que ya terminaste de empacar tus cosas, porque a partir de hoy vives en mi casa.

- Aun creo que no debería irme – admití, aun sabiendo la reprimenda que me daría por decirle esto.

- Ya cállate, no soporto tener que venir a la casa de los vampiros, solo piensa ¿Y si das a luz, que hago? – dijo como si la después fuera la más obvia, pero tenía razón, ¿Qué haría sola?

- Bueno ya vamos – le concedí, no quería iniciar una batalla que perdería, solo para darle la razón y que

Paul me ha estado cuidando desde que los Cullen me abandonaron, se ha sabido ganar mi corazón aun cuando es un bruto por naturaleza ha sabido comenzar a medir su temperamento; aún recuerdo que cuando escuché el aullido del lobo salí de la casa de los Cullen, para después encontrándome con una manada completa de lobos, el pánico me cubrió por completo cuando un lobo con se aproximó a mí, fue directo a mi vientre, acerco su hocico lo que hizo que me asustara.

Pero lo único que hizo fue olerme, me encontraba alerta, pero me relaje una vez que él bajo su asicó en forma de sumisión y me invito a acariciarlo cuando como pasando junto a mi cuerpo se froto con él, después de que lo acariciara el lobo corrió detrás de un árbol para regresar como un hombre, al verlo instantáneamente lo reconociera como uno de los hombres que habían venido cuando llegue con los Cullen hace un par de días exactamente.

Aún recuerdo lo que dijo, aquello que logro que me tranquilizara.

- ¿No te fuiste con los Cullen? – pregunto.

- No – fue mi respuesta, aun cautelosa pues ahora que estaba embarazada era mucho más vulnerable que en un estado normal.

- Tranquila fría, no vengo a hacerte daño – dijo con cautela tratando de calmarme, pero eso no sería posible, no ahora que mis nervios estaban a todo lo que daban, en cual1uier momento colapsaría.

- Entonces, ¿Qué haces aquí? – pregunte, intentado retroceder por la cercanía que teníamos, no era una distancia prudente que me daría ventaja de correr – Y no soy una fría, bueno por lo menos no una completamente.

El pasado, siempre regresa - Edward CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora