THE GREAT ENDING, OF A VICIOUS CYCLE

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Capítulo XVI


¬EL GRAN DESENLACE, DE UN CICLO VICIOSO¬



Soy consciente de la realidad Edward no dejara de ser el padre del bebe, es un derecho que jamás le podre arrebatar, pero no lo quiero de nuevo, no soportaría que volviera a ilusionarme y destruirme otra vez, no permitiré que derrumbe lo que queda de mí pues Paul se ha encargado de sanarme.

- Llegue a una conclusión, y quiero que la respetes Paul – comenté a Paul quien está a un costado junto a mí en la cama mientras acaricia mi cabello.

- Tratare de respetarla, pero no prometo nada- termina de decir Paul, con un beso en mi cabeza. Carlisle al ver esta escena no pudo evitar sonreír con ternura, lo que causa en Paul un resoplido de fastidio.

- Carlisle - llamo al doctor.

- Dime, pequeña ¿él bebé viene en camino? - cuestiona de forma rápida.

- No – respondo a su pregunta - Puede pasar – digo, pera después aclarar - Tú hijo puede estar presente en el parto únicamente - no termine de dar mis condiciones cuando Edward ya se encontraba dentro del cuarto junto a mí con su mano tomando de la mía.

Antes de que pueda soltar mi mano de la de él, Paul a gruñido y me ha dejado más hacia en así que con un comportamiento muy claro de Paul, Edward ha optado por retirase un poco de mi lado.

- Eh permitido que presencies el parto, más sin embargo eso no quiere decir que estas aquí hasta que ocurra, eres un vampiro sabrás cuando entre en labor de parto mientras tanto no quiero verte - declare muy segura de mí, viéndole directamente a los ojos, ya no más, no volverá a doblegarme.

- Yo, solo quiero que sepas – intento hablar, pero sinceramente no quiero escucharlo.

- No lo hagas, no necesita saber nada de ti, y da gracias a que hay un tratado y no pueda tocarte maldito, pues si no lo hubiese ya no quedarían siquiera cenizas de ti - contesta Paul mientras cierra la puerta dejando fuera tanto a Edward como a Carlisle, lo que hace que me ría. - Y tú no te rías, que no vez que me tienes los nervios de punta - me regaña Paul, lo que hace que ría aún más.

- Ven aquí cariño, danos de tu calor - pido mientras abro los brazos para que se recueste junto a nosotros - Pero Paul Carlisle ¿Qué culpa tiene? – cuestiono.

- Es un vampiro también, se dará cuenta de que estas en labor de parto – respondió ceñudo, abrazándome y acariciándome el vientre.

El tiempo transcurría de forma lenta, mi cuerpo tal cual de un humano normal se preparaba para el parto, la dilatación y contracciones eran paulatinas subiendo de dolor cada hora, hasta el momento Carlisle me decía que apenas estaba dilatando pues solo tenía 6 cm, por lo que nos faltaban 4 cm. más para poder dar a luz.

El doctor Cullen había ingresado a la habitación junto a su primogénito quien solo observaba con una distancia prudente, en cambio Paul no había salido de mi lado en ningún momento, mantenía su mano junto a la mía contando las contracciones y las respiraciones que hacía, preparándome para la labor de parto, justo como Leah le había indicado en el baby Shower que habían hecho.

Conforme fueron pasando las horas las contracciones eran cada 15 minutos, la dilatación era perfecta por lo que sin pensarlo comencé a pujar para dar a luz a mi bebé, conforme fueron pasando más los minutos las contracciones se presentaban cada 5 minutos, lo que según Carlisle facilitaba el parto, pero realmente era agotador y doloroso, muy doloroso.

El pasado, siempre regresa - Edward CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora