I

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Las campañas de la iglesia marcaron el medio día y con ello el fin de la misa de cada domingo, siempre me he quedado más tiempo en la iglesia, el silencio que quedaba cuando se iban todos, el sacerdote regresando a sus actividades del confesionario y las monjas arreglando la mesa ceremonial con un cuidado minucioso, en conjunto, me ayudaban a calmar mi ira.

Decidí formarme para tomar el confesionario, había algunas mujeres formadas en silencio, están probablemente pensando en los pecados que han cometido, alguna que otra persona suele llegar a platicar solamente o pedir algún consejo, ya que siempre se cuenta con ese acuerdo de confidencialidad que el confesionario ofrece.

Los minutos pasaron y con ello mi paciencia se disuelve, aunque quisiera simplemente empujar a esas personas lejos de la fila (cosa que podría sin ningún problema), debía tener un mínimo de decencia.

[...]

Mi turno por fin había llegado, abrí la puerta de madera del pequeño cubículo, siempre había tenido problemas con ese tipo de espacios, a penas entraban mis hombros y mis brazos, no me molestaba demasiado, era una señal de que mis esfuerzos por mantenerme fuerte estaban siendo constantes, si entrara al cubículo sin problemas, me preocuparía.

El padre al otro lado, me dio la bienvenida, una bendición y luego se quedó callado.
Taiju: Perdóneme padre, que he pecado.
Padre: ¿Qué es lo que sucede? Hijo mío.
Taiju: Volví a castigar a mis hermanos, pero ya no se que hacer con ellos.
Padre: ¿Ya hablaste con ellos?
Taiju: No tiene caso intentarlo - suspiré con desgana - No entienden que es por su bien, deben hacerse fuertes.
Padre: Ser débil no es un pecado, hijo mío.
Taiju: Debería serlo. - fruncí él ceño - si se hacen fuertes nada podrá pararlos, ni siquiera podrán quitarles su fe.
Padre: Algunos nacen con dones distintos, tú naciste con el don de la fuerza, la cual ha sido de algún modo el pilar de tus hermanos, pero debes entender que no todos nacen con ese don, Dios te lo ha dado por algo y eso es maravilloso, pero no por eso tus hermanos nacerán con los mismos dones.
Taiju: Por eso quiero que lo desarrollen, se que con el tiempo podrán hacerse fuertes y encontrarán la fe que yo siento hacia Dios.
Padre: Los caminos de la fe son distintos para todos Taiju, Encontraste el tuyo pero no significa que los que te rodean tendrán el mismo.
Taiju: Yo creo que necesitan un empujón.

Me levanté y salí del confesionario, a veces sentía que el padre no me escuchaba, que trababa de mostrarme otras cosas, pero comencé a ignorarle, nuestras charlas eran las mismas casi siempre.
Como líder de la nueva generación de los Black Dragons, me presentaría con ellos esta noche, habría una junta, al parecer había una nueva pandilla que se las estaba dando de marchitos.

Me subí a mi motocicleta y la encendí, arrancando para dirigirme al lugar de encuentro.


[...]

Llegue al lugar y me estacioné, todos me estaban esperando e hicieron una reverencia a mi llegada, sonreí ampliamente y me puse a la cabeza del grupo, uno de ellos se me acercó.
X: Tenemos informes de que una nueva pandilla llamada  Murders ha estado cometiendo crímenes y vendiendo droga en nuestro territorio.
Taiju: ¿Porque no los han acabado?
X: Son fuertes y le rompieron las piernas a 3 de nuestros subordinados.
Taiju: Ellos no son fuertes - empece a molestarme - lo qué pasa es que ustedes son débiles.

Hubo un silencio incómodo, no se atrevían a mirarme a la cara, la reunión terminó, si llegaban a ver a alguno de Murders, debían dejarlo molido a golpes, se quedaron en silencio y asintieron, nadie se atrevía a llevarme la contraria, excepto mis hermanos, como siempre.

Me pagaron por partirle la cara al nuevo distribuidor de cocaina en un distrito cercano, fui y me encargué de eso sin problemas ni contratiempos y regresé a casa.

Cuando entre, olía a comida, Yuzuha estaba sirviendo la cena.
Yuzuha: Hola, Pensé que regresarías más tarde, así que iba a cenar, ¿Quieres acompañarme? - Trató de ser amable, pero siempre tenia ese tono frío al hablarme.
Taiju: Bueno - recorrí la sala con la mirada - ¿ Donde esta Hakkai? ¿Con los idiotas de la Toman de nuevo?
Yuzuha: No les digas así, además no, está ayudándole a un amigo a terminar unas cosas.
Taiju: ¿El costurero? - me senté en la mesa, ella me sirvió y le agradecí - Intento hacerlo rudo y se va a juntar con estos mocosos.

Mi hermana me ignoró y comenzamos a cenar en silencio, me levante y puse mi plato sucio en el lavaplatos, fui a darme una ducha y me coloqué un short.
Revise el celular antes de irme a dormir, me marco un subordinado, se habían encontrado con algunas de las ratas de Murders y esta ocasión habían logrado dejarlos inconscientes.

Colgué y me dispuse a dormir,

El día siguiente era de escuela, así que me levante a desayunar, la casa ya estaba vacía, siempre se iban sin avisarme, encendí la estufa y me preparé una tostada con un par de huevos y tocino, luego puse agua a hervir para mi café y preparé mis cosas de la escuela.

[...]


Las clases transcurrieron con normalidad, mi prioridad no es el estudio así que me conformo con pasar.


A la hora del almuerzo, simplemente fui a pasar el rato a unas de las escaleras más alejadas del edificio a pasar el rato, como se sabe que soy pandillero, nadie se atreve a molestarme, pero esta tarde fue distinta.


[...]


???: Humm... - una voz suave me saco de mis pensamientos, era una chica,no muy alta, rubia de ojos oscuros, su cabello estaba recogido en una trenza pero se le escapaban mechones - ¿Puedo sentarme contigo?
Taiju: Ah ?- Era la primera vez que una chica se atrevía a dirigirme la mirada - Adelante - me recorrí pegándome a la pared y ella se sentó a mi lado, teniendo un cuidado delicado con la falda de su uniforme.
???: Mi nombre es Urara Sayori, pero puedes decirme simplemente Urara - comenzó a desenvolver sus alimentos - ¿Cual es tu nombre?
Taiju: Puedes decirme Taiju.
Urara: Mucho gusto Taiju - hizo una sonrisa suave - ¿No traes comida?
Taiju: No
Urara: Toma - partió su sándwich a la mitad y me ofreció una parte, yo negué con la cabeza y ella se atrevió a tomar mi mano y poner el pedazo envuelto en la servilleta, luego se dispuso a comer, ignorando que trate de regresarle el sándwich.

Sin más remedio comencé a comer, ella sonreía sin dirigirme la mirada.
Urara: ¿Te gusta mucho ir a la iglesia?
Taiju: ¿Porque la pregunta?
Urara: Ayer te vi orando, se ve que te da paz.
Taiju: Talvez.
Urara: Yo soy nueva, me mudé hace poco y me presenté esta mañana, incluso me senté en el lugar de al lado tuyo, pero creo que estabas distraído.
Taiju: Oh, ya veo, no, no lo noté. -me gire un poco para verla a la cara - ¿Porque tanto interés en mi?
Urara: ... - sus mejillas se pusieron rosas.
Taiju: ¿Quien te envío? - pregunte mientras me acerqué a su rostro, tomándola del mentón, se quedó en silencio, tensa, creo que la descubrí.
Urara: Y-Yo tengo que irme...

Se levanto y se fue con velocidad, no le di importancia y seguí recostado en las escaleras.

Se levanto y se fue con velocidad, no le di importancia y seguí recostado en las escaleras

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REDENCIÓN | Taiju Shiba | Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora