VIII

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Narra: Taiju.



¿Qué mierda?

Kokonoi haría todo por dinero, pero ¿Por qué saldría con Urara a mis espaldas?

¿Qué pretendía?

¿Le gustaba?

Mi estomago estaba revuelto, acabada de tragarme mi coraje con Yuzuha y ahora me entero de que Kokonoi estaba saliendo con ella.


Sea lo que sea, no confió en él.


Avance por las calles a buena velocidad y me detuve en la cafetería, aparqué y desde fuer pude verla, estaba sola, así que me relajé un poco, entre sin hacer mucho ruido y las meseras me miraron asustadas, me di cuenta de que aun traía el uniforme de la pandilla.

Caminé en silencio y no me quitaban la mirada de encima, parecían temer de lo que le fuera a hacer a Urara, siendo que ella bebía su té tranquilamente.

Sigilosamente, puse mis brazos en sus costados y la abracé por la espalda, me dio gracia el brinquito que dio por la sorpresa y coloqué mi rostro en su hombro.


Urara: Estas frio...


Taiju: Caliéntame.


Urara: Que yo también tengo frio eh. – con su palma acaricio mi cabello – te pedí un café, supongo que aun no tarda. – la solté y me senté frente a ella – Me gusta tu uniforme, te ves muy guapo.

Taiju: ¿Yo? – mire a otro lado, ocultado la vergüenza – Siempre.

Urara: Cuida un momento mis cosas, voy al baño. – se levantó y fue al fondo del local, una mesera se le acerco preocupada y ella tranquilamente le dijo algo que no entendí, otra mesera me trajo un café y me dispuse a beber tranquilamente.









Narra: Urara


Me dirigía al baño, pero una mesera se me acerco con una cara de nerviosismo.

Mesera: Disculpe señorita, ¿necesita que llame a la policía?

Urara: No, no se preocupe, el viene conmigo – me aguante la risa, era verdad que Taiju es muy intimidante. <<Grandotes, así como me gustan>> pensé y me avergoncé de mí misma.








Narra: Taiju



Esperaba tranquilamente, un tanto aburrido, cuando el teléfono de Urara empezó a vibrar una y otra vez, después empezaron a llegar llamadas, una tras otra, supuse que era una emergencia así que contesté, pero antes de que dijera algo, una voz empezó a gritar <<DONDE DEMONIOS ESTAS MALDITA ZORRA, TE VOY A PARTIR LAS PIERNAS EN CUANTO TE APAREZCAS POR ESA MALDITA PUERTA A VER SI ASI SIGUES SALIENDO A MIS ESPALDAS, ¿ME IOSTE URARA?>> me quedé sorprendido y furioso en silencio, le iba a contestar pero colgó de golpe.

<<Hijo de perra>>, pensé, pero Urara se encontraba seria, mirándome, al parecer escucho lo que grito su hermano en la llamada, se puso pálida y se sentí en silencio frente a mí, aguantándose las ganas de llorar. Me levante y la abrace, ella no hizo ningún ruido ni movimiento, pero sabía que estaba llorando.

Esto era cada vez más raro... Me dolía verla triste.

Taiju: Urara – ella solo hizo un quejido que apenas pude escuchar – Me pelee con mis hermanos, pasaré la noche en un hotel... ¿Queres quedarte conmigo esta noche? – sentí su cuerpo tensarse – Es decir, no compartiremos cama y eso, buscare uno con camas separadas. ¿Qué opinas?

Urara: Esta bien.

Terminamos nuestras bebidas, al pagar me di cuenta de que solo traía un poco de efectivo y dejé mis tarjetas en casa... Mierda.

Taiju: Perdón, este era el único motel con dos camas para el que me alcanzo... Olvide mis tarjetas en casa – dije avergonzado e intente mantenerme tranquilo, pero estaba nervioso.

Urara: Esta bien, no te preocupes.

Me quité la chaqueta y me sentí ridículo paseándome sin camisa por la habitación, ella se quito su abrigo y su ropa superficial, quedando en blusa y el fondo de su falda. El deje sola y fui al baño a lavarme la cara, realmente era un horrible motel, pero tampoco quería que se sintiera incomoda con compartir cama y yo no quería dormir en el suelo.

Sali y ella estaba arropada en su cama individual, apague la luz y una vez que ella estaba de espaldas, me quite el pantalón y las botas, metiéndome entre las frías sabanas. Mire por la ventana <<vaya mierda>> susurré para mí mismo.

Estaba nevando afuera.

Intenté encender el calefactor, pero no servía.

Tenia ganas de destrozarlo y abofetearme, pero cuando voltee a mirarla, estaba dándome la espalda y estaba temblando.

Pero no sabia si de frio o estaba llorando.

Aunque era seguro que ambas.

Me senté en el borde de su cama y ella no se movió.

Taiju: ¿Necesitas algo? Hace frio, puedo traerte algo caliente si quieres.

Urara: ¿puedes abrazarme? – se acomodo en la orilla de la cama, mirándome con sus ojos hinchados y levanto un poco la sabana, indicándome que me acostara con ella.

Taiju: ¿Segura? – se quito unos mechones de la cara – No traigo ropa de dormir, no quiero incomodarte.

Urara: No pasa nada, ven.

Le hice caso y me metí bajo la sabana, mi cuerpo ocupaba gran parte del espacio y me incomodé, pensaba qué la tiraría de la cama, pero mi corazón se aceleró un poco cuando la sentí rodear mi torco son sus brazos, acurrucándose en mí.

Y esa noche la pasamos juntos.

Una noche muy fría a inicios de una nevada.

REDENCIÓN | Taiju Shiba | Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora