Capítulo 3

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El Pacto

Capitulo 3. Hay cosas que nunca cambian

Llevaban horas caminando por ese bosque que parecía no acabarse nunca.

Desde que al amanecer los gritos de Suigetsu, en lo que él consideraba un agradable despertar, les he hecho saltar alterados empuñando sus armas y buscando los atacantes, se han puesto en marcha. No antes de que el ninja de la niebla recibiese como agradecimiento un gran chichón cortesía de Sakura, que había heredado el carácter explosivo de su maestra, mientras mascullaba algo que se había sonado como… lo único malo de patearte el culo es que tendré que curártelo después.

Todos los presentes tomaron nota mental de dos cosas. La primera, no dejar que el "tiburón escandaloso" se encargara de la última guardia, y por consiguiente de despertarlos a todos, y la segunda, que molestar a la pelirrosa por las mañanas podría tener graves consecuencias para su integridad física.

Según las indicaciones que tenían, deberían llegar a la guarida Norte en algo más de medio día. Caminaban tranquilamente ya que, como anteriormente anterior dicho, era mejor guardar sus fuerzas para un posible combate.

Sakura y Sasuke marchaban a la par encabezando al grupo, cada uno sumido en sus propios pensamientos.

De pronto, un sonido silbante alertó los sentidos del Uchiha y le hizo saltar hábilmente a una rama arrastrando con él a la pelirrosa que caminaba a su lado, justo en el instante en el que una lluvia de kunais y shurikens se estrellaban en el suelo que momentos antes ambos estado pisando.

Todo permaneció en silencio y nadie se movió durante unos instantes. Los demás se ocultan a la espera de algún ataque, y los dos ex compañeros del equipo siete se encuentran aun en la rama a la que encontraban saltado para refugiarse.

La pelirrosa estaba situada entre el tronco del árbol en el que estaban y el cuerpo de Sasuke, que todavía la agarraba por la cintura y se encontró muy pegado a ella en ademán protector.

En un primer momento ninguno se percató de la situación en la que se encontraban, ya que estaban concentrados intentando prever algún tipo de ataque. Pero pasados ​​unos minutos, Sakura pareció despertar y tomar conciencia de dónde estaba al notar la respiración del pelinegro rozando su mejilla, un escalofrío recorrió su espalda.

Vale, ella había reconocido no estar enamorada de él y así era, pero no por ello dejaba de notar que era el hombre más guapo que había conocido. Y que estaba tan cerca y aferrado a su cintura para más señas, no ayudaba precisamente a su salud mental.

Respiró hondo tratando de calmarse pues su corazón había comenzado a acelerarse. Mala decisión. Tan pronto como cogió aire un olor conocido la inundó, el olor de Sasuke. Era inconfundible, después de todos esos años seguía oliendo igual y jodidamente bien. Maldijo en silencio rogando porque él no notara el ritmo que había alcanzado su pulso.

Los pensamientos del Uchiha por otro lado, no llevaban unos derroteros muy distintos. Se había descubierto asido a la cintura de la pelirrosa, y de hecho la sensación no le había parecido nada desagradable, todo lo contrario. Malditas hormonas .

Se sorprendió al percibir los rápidos latidos de su compañera, los which could not notar golpetear en su pecho gracias a la escasa distancia que los separaba. La espectáculo y sonrió arrogantemente al distinguir el leve sonrojo que adornaba las mejillas de la kunoichi. Hay cosas que nunca cambian .

El pacto (SASUSAKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora