El Pacto
Capítulo 6. Las virtudes del sake
Sasuke estuvo el resto del camino hacia el hotel de un humor de perros, nadie se atrevió a dirigirle la palabra.
La pelirrosa se había quedado con sus amigos para charlar y que le contaran todo lo que había pasado en su ausencia, y el Uchiha la había escuchado volver tarde.
Si, no había podido pegar un ojo hasta que esa molestia regresó, así de estúpido se estaba volviendo. Era patético.
Aun así, sintió una sensación agradable de alivio cuando percibió que ella llegaba. Una parte de él había esperado que, ahora que se había reencontrado con sus compañeros, decidiera ir con ellos a rescatar a su hermano o volver a Konoha y reclamar más ayuda. Era una idea estúpida, a él no debería importarle nada más allá de su venganza, de modo que sí la pelirrosa quería largarse sería un problema menos. Pero, irremediablemente, pensar en ello le producía un dolor sordo que intentaba por todos los medios ignorar.
Al día siguiente, su humor no estaba mejor sino más arisco, si es que eso era posible. Ella había vuelto a marcharse tras decirles que había estado con Ino y Shikamaru.
No le había gustado la reacción que tenía al verlo, ¿realmente lo veían tan peligroso como para pensar que les atacaría así como así ?. Vale que había sido tachado de traidor, pero por el momento, él no se consideraba un asesino maniaco que acababa con todos los que se le acercaban.
Le había dolido ver el miedo reflejado en los ojos de Yamanaka, y la expresión de Nara advirtiéndole que no se acercara. Ese idiota se había atrevido a ponerse delante de Sakura para protegerla, como si fuera a dañarla. Qué estupidez .
Tal vez, las cosas están así a partir de ahora, que ya no pertenecía a ningún lugar. Todos le mirarían de la misma forma que ellos si volvía a aparecer por Konoha, por mucho que dijeran quererle de vuelta.
Tampoco es que piense en volver se dijo. Pero no podía evitar preguntarse ¿Reaccionaría Naruto de la misma manera? Tsk. En cierto modo, lo que pensaran los demás le daba igual, al fin y al cabo, no había tenido casi relación con ellos, pero su antiguo equipo ¿lo rechazaría también? Después de todo, era lo que merecía.
Recordó el reencuentro con Sakura. Ella no lo había mirado como Nara y Yamanaka, ahora que lo pensaba, en los ojos de la pelirrosa no había miedo o aversión, sino dolor y quizás resignación de saber que él no quería volver con ellos, escondido tras capas de la estudiada indiferencia que le había mostrado los primeros días.
Sumido en sus negros pensamientos, Sasuke no se movió de su habitación en toda la mañana, tampoco a la hora de comer.
Finalmente el pelinegro decidió salir a media tarde y sin decir nada a nadie se marchó perdiéndose en las calles de la aldea. Creo que un trago me ayudara a sacarme a esa estúpida molestia de la cabeza, pensó hastiado el Uchiha.
Al otro lado de la pequeña ciudad Sakura y Shikamaru esperaban en la puerta de un modesto hotel a que Ino terminara de hacer su equipaje para que los dos ninjas de Konoha puedan irse.
-Sakura, ya te lo he dicho antes pero, lo que te propones es muy peligroso, casi un suicidio.
- lo sé, pero no puedo hacer otra cosa. - contestó con voz segura.