Capítulo 11

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El Pacto

Capítulo 11. Sonrisas vs Órdenes

Se hospedaron unos días en una aldea fronteriza con el país del Fuego, allí curaron sus heridas y se prepararon para el largo viaje de regreso.

La batalla contra el Akatsuki les había dejado bastante apaleados a todos. En especial a Sasuke, que se recuperó sorprendentemente rápido gracias a los cuidados de la medic-nin.

En cuanto al niño Haruno, había cogido confianza con Taka rápidamente y todos le han tomado cariño enseguida consintiéndolo en todo. El menor de los Uchiha comenzó a sospechar que el pequeño había pasado demasiado tiempo con Naruto.

Pobrecillo, el Dobe le había contagiado su afición por el ramen y su innata capacidad para abrir la boca en los momentos menos oportunos. Aun así, todos se encariñaron enseguida con el chiquillo de ojos dispares, que tenía la misma habilidad que Sakura para hacerse querer.

Llevaban varios días viajando, ya casi recorrido la mitad del camino que les separaba de la villa oculta de la Hoja. Se encontraban descansando alrededor del fuego en su parada nocturna habitual, cuando de pronto el sonido de una tela al rasgarse les hizo alzar la cabeza.

Lo que vieron no pudo más que sorrenderles. De pie ante la hoguera, se vieron Itachi rasgando su capa de Akatsuki con una expresión odio y rabia, que nunca visto visto pintada en su cara.

El mayor de los Uchiha, sin percatarse de las miradas de asombro de los demás, arrojó los girones de tela negra y roja al fuego y contempló como ardían con una mueca de profunda satisfacción, acto seguido se despojó de la banda rayada de traidor y la lanzó también a las llamas con despecho.

Ya no sería más un renegado, ya no era un traidor asesino. Por fin, esa carga había desaparecido. Se sintió ligero como si flotara. Iba a volver a casa, y cuando llegara, no habría un clan presionándole, ni un ambicioso Consejo coaccionándole.

No debería que ser el hijo perfecto, ni el ninja perfecto, ya nadie esperaría que fuera el genio Uchiha, podría ser, simple y llanamente, Itachi. Era libre… libre … cuanto más repetía la palabra más le gustaba, sentía deseos de gritárselo al mundo.

Sakura se quedó con la boca abierta ante lo que ocurrió entonces. Esa sonrisa, jamás la olvidaría.

Itachi estaba sonriendo, no una media sonrisa, sino una de verdad, de esas que iluminaban los ojos, rebosaba felicidad, le hacía aparentar los años que realmente tenía y no esa apariencia achacada por las preocupaciones que le hacía parecer mayor. La pelirrosa no pudo menos que devolvérsela, cuando el Uchiha la miró radiante, contagiando a todos con su felicidad.

- Somos libres, pequeño - le dijo al niño que estaba a su lado, revolviéndole el pelo. En cierta forma, ambos han sido prisioneros de Akatsuki.

El mayor de los Uchiha, había tardado tiempo en asimilar el nuevo rumbo que había tomado su vida y darse cuenta de que por fin, ya no todo dependía de él y que podía relajarse un poco.

- Te comportas como un crío, Aniki - le recriminó en tono distendido Sasuke, esbozando una media sonrisa y volviendo a reclinarse contra el árbol, en el que se encontró descansando despreocupadamente.

- Hmp… - Aniki, Itachi había extrañado que su hermano pequeño le llamara así, hacía casi diez años de la última vez que lo había hecho y jamás se habría imaginado que volvería a oírlo.

El pacto (SASUSAKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora