jealousy, jealousy

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Josephine

Sentí que alguien me movía de donde me encontraba, abrí lentamente los ojos y me vi siendo llevada a una habitación en los brazos de Hero.

—¿Se debe quedar aquí?—preguntó Sabrina así que opte por volver a cerrarlos aunque no estuviera dormida. Mi cuerpo tocó el colchón de una cama y también fue cubierto por una manta. Oí el suspiro de Hero.

—No puedo dejarla irse de esa manera, Sab. Está muy suceptible y aunque ella no lo quiera ver, le sigo teniendo cariño.—sentí que colocaba un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

—Bien, que se quede.—dijo para luego salir de la habitación dando un portazo.

Seguí sintiendo la prescencia de Hero conmigo y por más que quisiera abrir los ojos, decidí dejarlos cerrados.

—Ojalá vieras todo lo bueno que tienes para dar, Jo. No eres una mala persona ni mucho menos fuiste una mala novia, pero no estábamos destinados a permanecer juntos.—pauso.—Quizás debí dejar las cosas en claro antes de volver a Londres, quizás debí decirte que me estaba enamorando de alguien que estaba a kilómetros de mí, pero no lo hice. Una parte de mí quería confesarte todo, confesarte sobre los sentimientos que empezaba a tener por Sabrina, pero otra parte tenía miedo de perderte, aunque de alguna manera u otra te perdí.

—No me perdiste.—susurre, abrí los ojos lentamente y me incorpore hasta estar sentada en la cama.

Él me observo atentamente.

—¿Desde cuando estuviste despierta?—me preguntó.

—Desde que me levantaste del sillón, sabes que soy de despertarme con facilidad.—sonreí a medias, provocando que él también sonría un poco.—Retomando lo que estabas diciendo, no me perdiste. Bueno, quizás si un poco, pero sigo estando aquí contigo.

Nos quedamos en silencio unos cuántos segundos hasta que se levantó.

—Puedes quedarte si quieres, no tengo problema alguno con ello.—sugirió.

—¿Ha Sabrina no le molestara?—pregunté, aunque en el fondo me importaba una mierda lo que ella dijera.

Negó.

—Yo me encargo de ella. Descansa.—se despidió y salió de la habitación. Solté un suspiro y tomé mi teléfono el cual parecía que estallaria en cualquier momento por la cantidad de mensajes de Driki.

Baby Driki🍆
Jo, enserio lo lamento mucho.
Por favor, dime algo.
Un insulto
Un grito
Lo que sea
Estoy muy preocupado
Jo???
Acabo de ir a tu casa y aún no llegas
JOOOOO???
HABLAME JODER
ESTAS BIEN?
PUTA MADRE, JOSEPHINE
DONDE ESTAS???

Baby Jo🍑
Lo siento, no quice preocuparte
Estoy bien
Y estoy en casa de Hero, me quedaré esta noche aquí
Nos vemos en la escuela.

Si me contesto, no lo supe porque decidí apagar el móvil para volver a dormirme.

Alrededor de las 2 de la mañana, me vino una sed inmensa, por lo que decidí salir hacia la cocina en busca de un vaso de agua, pero me di con la sorpresa de que no estaba vacía.

Levantó la cabeza cuando notó mi presencia y me dio una sonrisa a medias.

—Hola, ¿Tampoco puedes dormir?—le pregunté.

—No, tampoco.—dijo soltando un suspiro. Me serví el vaso de agua y no sé la razón, pero decidí sentarme frente a ella. Nos quedamos en un silencio casi sepulcral debido a que ninguna se dignaba a hablar.

—¿Le quieres?—me oí preguntarle, aquella pregunta le tomo por sorpresa, pero no dudo en su respuesta.

—Lo amo, Josephine. Sé que ya te lo había dicho en su momento, pero nunca supe que él estaba en una relación cuando me empecé a enamorar de él.—habló.—Quiero que sepas que...

—Basta.—le interrumpí con un nudo en la garganta.—No quiero oír más de lo que sientes por Hero, solo... Solo quiero decirte que si lo haces sufrir, me voy a enterar. Quiero que lo hagas feliz, quiero que le hagas saber que es el chico más encantador del mundo, que merece cumplir todos sus sueños que una vez se planteó cumplir conmigo. Quiero... Quiero que sea feliz.—susurre, no sé en qué momento empecé a llorar. Sabrina solo atinó asentir.

—Le haré feliz, Josephine. Muy feliz.

×××

El baile de fin de año se acercaba y me encontraba en una tienda para escoger el vestido que usaría. Algo que había notado en estos días es que sentía una prescencia muy cerca mío, pero cuando giraba para saber de quién se trataba, no había nadie.

—¿Qué te parece este?—preguntó mi madre enseñándome un vestido color lila que tenía una abertura en la pierna.—Te quedaría de maravilla.—lo coloco frente a mí mientras achicaba la mirada y luego asintió.—Si, pruebatelo.—me pidió, lo tomé entre mis manos para adentrarme a los probadores. A decir verdad, no me veía nada mal en este vestido, estoy segura de que cuando Hero me vea con este vestido, volverá conmigo en un abrir y cerrar de ojos.

Negué con la cabeza.

Cuando salí del probador me di con la sorpresa de que Sabrina también se encontraba aquí, y sostenía entre sus manos el mismo vestido morado.

Seguro se le vería increíble a ella con aquel vestido, su cabello rubio iría a la perfección y sé que a Hero le encantaría verla en el. Ella tiene todo lo que yo no tengo, un bonito rostro, un novio precioso y personas que la quieren. Y yo, yo no tengo nada para dar.

Apreté los labios y caminé hacia mi madre.

—¿Lo llevaras?—me preguntó, pero negué.—¿Por qué? Si te favorece un montón.—dijo en un intento de animarme.

Baje la mirada.

—Josephine, ¿Qué ocurre?—me preguntó colocando sus manos en sus caderas.

—Allí está Sabrina y tiene el mismo vestido.—dije señalando muy discretamente a la rubia.

—Así que ella es la nueva novia de Hero.—asentí.—Es muy bonita.

—¡Mamá!—le reñi, ella sonrió divertida.

—Es broma, seguro es rubia de bote.—me susurro dándome una sonrisa. Bufé y camine con el vestido hasta caja.—Señorita.—mi madre habló en voz alta captando la atención de los pocos clientes que se encontraban en la tienda, entre ellos, Sabrina.—Mi hija se llevara este hermoso vestido morado para su baile de fin de año.—informo, la cajera me sonrió y recibió el vestido para cobrarlo. Cuando terminó de pagar, salimos de la tienda con una sonrisa en el rostro.—No lo llevara.—dijo mientras miraba como Sabrina se iba por otro modelo.

Negué sonriente.

—Eres increíble.

—Lo sé.

—Debes dejar de compararte con las demás personas, hija. Sé que no pasó mucho tiempo contigo, pero sé que desde que Hero está con esa rubia te la pasas con esos dos chicos que no me dan buena espina y sé que haz estado drogandote.

—Mamá...—intente decir, pero ella solo negó.

—Después hablaremos sobre eso, ahora lo más importante es que dejes de compararte. Cada persona tiene algo especial, solo debes de abrir bien los ojos y descubrir que es.

Sin decir nada más, nos subimos al auto para ir en dirección a casa.

Sour | HerophineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora