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Eunha apenas puede entender lo que SinB le está diciendo mientras se sientan en un bar ruidoso y lleno de gente.

Se inclina sobre la mesa, más cerca de SinB.

—¿Qué dices?

—¿Puedes relajarte? Parece que estás aquí en contra de tu voluntad.

—Lo estoy —Eunha murmura, agarrando un puñado de palomitas de maíz rancias de la mesa y masticando malhumorada.

Eunha está sentada frente a Yerin y SinB, esperando que llegue la amiga de Yerin.

Ella mira sus anillos de compromiso en sus manos entrelazadas, todavía le resulta difícil creer que sus amigas se casarán después de años de andar.

—Eunha, han pasado ocho años. Las cosas han cambiado —SinB intenta razonar.

—La gente no cambia —Eunha responde, haciendo que la paciencia de SinB se agote.

Odia admitirlo, pero está muy nerviosa por esta reunión y está tratando de mantener la calma.

—Te despediré como mi dama de honor —SinB amenaza, sin parecer seria.

—Entonces, ¿quién ocupará mi lugar? —Eunha levanta una ceja con arrogancia, sabiendo que SinB preferiría no casarse antes que no tenerla a su lado.

—Uno de mis muchos, muchos amigos.

—¡Hey! —Yerin saluda a alguien detrás de Eunha, haciendo que la joven se calle.

Un escalofrío incómodo recorre su cuerpo, el momento que tanto temía finalmente ha llegado.

Yerin y SinB se levantan, dándole a Eunha unos segundos para prepararse mentalmente.

Eunha se pone de pie y se limpia las manos sudorosas en la parte delantera de sus jeans.

Kim Sowon se ve casi igual que en la escuela secundaria.

Su rostro es más delgado y maduro, y su cabello es más largo, ahora sin flequillo.

Eunha no sabe lo que esperaba, pero imaginó que Sowon se vería mucho más diferente después de ocho años.

Sus amigas abrazan a Sowon con entusiasmo, como si no la hubieran visto en una eternidad, cuando Eunha sabe que estuvo en su casa no hace más de dos semanas.

Cuando se alejan, solo quedan Eunha y Sowon, mirándose como dos vaqueros antes de un tiroteo.

¿Debería Eunha ir por un abrazo? ¿Un apretón de manos? ¿Un golpe? Quiere golpearla.

—Sowon —Eunha asiente con torpeza.

SinB se ríe y presiona su boca contra el hombro de Yerin para ocultar su risa.

Yerin cierra los ojos y se muerde el labio en una sonrisa.

Sowon sonríe, torcida y descarada, tal como Eunha recuerda.

Hace que su estómago se revuelva.

—Hola, Eunha.

—Por favor, sentémonos —dice SinB secándose una lágrima del rabillo del ojo.

Eunha está acorralada para sentarse junto a Sowon, aunque trata de sentarse lo más lejos posible.

Sowon no le presta atención a Eunha, sino que decide iniciar una conversación informal con Yerin.

Eunha mira nerviosamente a SinB y su amiga le da una mirada que dice "por favor pórtate bien".

Incluso si Sowon no le ha dicho más de dos palabras hasta ahora, Eunha no puede evitar sentirse en conflicto por su presencia.

Una vez más (Wonha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora