Cerré la puerta tan lento como pude, por el pasillo escuche unos pasos, imaginé que serían los de Brenda, rápidamente me aleje y camine en dirección hacia Brenda no sabía cómo reaccionar o que decirle, ¿comentarle que la Lic. Laura se encontraba jugueteando mis bragas mientras se tocaba su sexo? Y que por esa sencilla razón no podía entrar a limpiar su oficina, si claro, era obvio que no, al encontrarme con ella, le dije.
-Holis brendis, me asome a la oficina de Laura pero para aún sigue ahí, yo creo que deberías TOCAR su puerta y preguntar si quiere que limpies su oficina hoy u otro día- le dije intentando sonar lo más normal posible.
- ¿en serio? Vaya sorpresa, pues si iré a preguntar-diciendo eso comenzó a caminar hacia la oficina de la susodicha, cuando Laura sale la mira y le comenta que le gustaría que limpiara el lunes, Brenda comentó que no tenía ningún problema, me volteo a ver e hizo una risa muy forzada, y se alejó caminando con ese aire de superioridad y a la misma vez finura y belleza, pensé en entrar a buscar mis bragas con las llaves de Brenda, pero descarté la idea, era una locura.
- ¿Qué esperas Abi? solo me cambio y te alcanzo- dijo ella interrumpiendo mis pensamientos, le comenté que estaba bien, había sido mucho por ese día, necesitaba procesar lo que acababa de ver.
El resto de la tarde pasó sin pena ni gloria, ni siquiera leí nada y mucho menos el libro que me acababa de llegar, el domingo fue día de lavar ropa, mientras hacía mis quehaceres y limpiaba algunas cosas, pensaba en lo que había pasado el día anterior, la posibilidad de que Laura fuera lesbiana, o bueno al menos eso que había visto no lo haría una persona hetero, y si ese era el caso sería con ropa interior del sexo opuesto, realmente no terminaba de entender el porqué, en el caso de que lo fuera, ¿habría alguna remota posibilidad de alguien como yo por un azar del destino le gustara? Me dio risa esa idea mientras colgaba mi ropa en ganchos y doblaba otra, algo me hacía sentir más tranquila, creo que al menos no iba a regañarme o algo así, que era lo que más temía, preparé mis cosas, estaba un poco nerviosa por lo que iba a pasar con las nuevas responsabilidades, con lo extraño que habían sido las cosas y mi nueva jefa, eso más que nervios me provocaba intriga.
El lunes llegué 30 minutos antes de las 8, llevaba un pantalón de vestir ligeramente acampanado color hueso, una blusa verde limón con botones cerca del cuello, y mis cómodos zapatos de piso negros, aun no llegaban los demás compañeros del piso por no decir nadie, pero había alguien ya trabajando en el ordenador y hablando por teléfono, como no había más personas ni ruidos ambientales pude escuchar un poco la voz de Laura, ¿Esa mujer no dormía?, durante unos segundos no supe qué hacer, si entrar a mi oficina o reportarme con ella, luego pensé que en mi oficina no tendría nada que hacer, entonces lo mejor era reportarme con ella y preguntar por mis actividades a realizar.
Con algo de temor toqué su puerta al escuchar que había dejado de hablar por teléfono, toque la puerta y su voz tan cautivante me indico que pasara, gire la manija y entré, ahí estaba ella, con un hermoso saco y falda color mamey, wow le quedaba perfecto ese color, su cabello negro hacia un contraste perfecto, una bonita cadena que siempre lleva por cierto y nunca se la quita, y podía ver sus hermosas piernas largas, torneadas y perfectas...
-Buenos días, Licenciada Laura, perdón por interrumpir...-la que me interrumpió fue ella porque no me dejo terminar de hablar.
-dime en que te puedo ayudar-me contesto rápidamente apartando su laptop, quitándose los lentes, se veía tan sexy con ellos o sin ellos y cerrando ambas manos debajo de su mentón.
-sobre las actividades a realizar, para que inicie en cuanto antes-
-perfecto, me gusta tu iniciativa, te explico- y comenzó a decirme por dónde empezar, pero solo me concentré en su voz, esa voz de mando potente, y miré la línea que comenzaba justo a unos 10 centímetros debajo de su perfecto cuello, iniciaba, pero se volvía a perder detrás del botón de su camisa blanca que debían ocultar unos hermosos y prominentes senos...
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Sin bragas en la oficina
RomanceAbigail de 28 años, lleva una vida normal, trabaja en una empresa y le gusta su trabajo, ella siempre ha creído ser heterosexual, pero últimamente le atraen las mujeres por algo que ella no se explica, en un viernes tan normal de trabajo como cualq...