6 Sin aire acondicionado

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Fuimos al estacionamiento, pero durante el transcurso desde antes de entrar al ascensor empecé a sentir calor, le comenté a Daniel, quien me decía que se venía muchísimo trabajo del cual yo ya era consciente.

-tienes razón Abisita, por cierto, eres un amor de persona y apenas te conozco, hace algo de calor- dijo aflojando el nudo de su corbata.

Sonó la alarma de un Versa, que era el auto de Daniel, no me atreví a preguntarle sobre Laura o algo de lo que él me había dicho, nos metimos al auto y puso el aire acondicionado, a los 5 minutos llegó nuestra hermosa jefa, se había quitado su lindo saco.

-es un infierno allá adentro, me comunicaron que hubo un problema con el sistema de ventilación general y la compañía que lo instaló llega hasta mañana- dijo Laura tras mirarme y después cerrar la puerta, con la pura falda y su camisa blanca se veía tan hermosa y sentadas tan juntas podía ver sus piernas tan de cerca, pude ver que se había quitado un poco las zapatillas, es otro infierno utilizarlas todo el día pensé.

-con este clima y el calor no me dan ganas de regresar después de comer- dijo Daniel quien ya iba conduciendo sobre la avenida.

-no, ni yo, el día que teníamos programado de la sesión de actividades y dinámicas la próxima semana, la cambié para mañana-dijo Laura, no entendí a que se refería.

- ¿para mañana? ¡Tengo otros planes Laura! - contestó Daniel mirando por el espejo retrovisor a Laura- seguía sin entender de que hablaban, pero me limite a no decir nada, seguí mirando disimuladamente como sus pies estaban por fuera de sus zapatillas, Laura tenía su vista fija en su móvil.

- ¿prefieres trabajar así con este calor? si no quieres no vayas, ya les avisé a Luis y Fernando, me dijeron que no tenían problemas, Abigail tú también vienes- tan rápido ya habíamos llegado al lugar.

-si licenciada- me limite a decir eso, no sabía de qué se trataba.

Llegamos al restaurante, que no era tan elegante ni tampoco sencillo, era cómodo y agradable, con muchas plantas, en seguida el mesero nos dio una carta del menú a cada uno, y yo buscando algo que se me hiciera familiar, no quería pedir algo y que no me gustara, no quería salirme de mi zona de confort, Laura y Daniel encargaron rápidamente, yo titubee un poco y termine pidiendo ensalada con pollo teriyaki.

-Debo hacer una llamada, en lo que nos sirven ya regreso- y se alejó hacia la entrada.

-disculpa Daniel, que era eso lo de las actividades al aire libre-pregunté con curiosidad, él respondió riendo un poco.

-te tenia que tocar tarde o temprano, verás cada 2 meses al menos, Laura hace que nos lleven a un lugar lejos de la ciudad, es como una casa de campo, hay una coach motivacional, que nos pone hacer yoga, ya sabes trabajos de respiración y dinámicas para trabajar mejor en equipo o levantar la autoestima, al final nos da un masaje y también hay una sauna, te va a encantar, y te servirá para lo que se nos viene encima.

-no sabía eso-dije sorprendida

-si y créeme que nos hace bien, sobre todo a Laura, que ni siquiera puede comer tranquila, mírala, es increíble esa mujer-

- ¿eso lo paga la empresa o algo así?, Angelica nunca nos llevó- dije un poco resentida.

-lo paga la empresa, y como recién me entero de que Laura es accionista, se puede dar ciertos lujos, pero el masaje es lo mejor princesa, la vez pasada me lo dio un bombón, que si se deja me lo como a besos-dijo cerrando los ojos y haciéndome reír al mismo tiempo.

-deduzco que hay que llevar ropa propicia para eso, oye y quienes son Luis y Fernando, no me suenan sus nombres-me puse a pensar en lo que tenía que llevar, nos sirvieron la comida y miré como Laura regresaba con nosotros y observé como las miradas de varios hombres se concentraban en ella, de repente ¿sentí celos? Daniel me interrumpió mi pensamiento.

Sin bragas en la oficinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora