Capítulo 20. Invisible.

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Capítulo 20. Invisible.

Abrí mis ojos lentamente a la luz del sol. Me senté en la cama intentando reconocer donde estaba; entonces vi unas fotos y recordé todo.

Miré a mi lado izquierdo, donde Tyler había dormido, pero se encontraba vacio.

Escuché un ruido en la parte de abajo. Aparté las sabanas de mis piernas y salí de ahí.

-Buenos días -dijo Tyler apenas entré en la cocina

-Buenos días -respondí somnolienta mientras me sentaba en una de las sillas.

En la mesa ya había dos platos servidos de huevos revueltos con tocino.

Tyler dirigió su atención hacia mí y se quedo viéndome por un rato sin decir nada. Podía ver como su garganta subía y bajaba cada vez que tragaba saliva. Me puse a pensar por qué me miraba así.

-¿Se ve muy mal...mi ojo? -pregunté al tomarlo como posibilidad.

-Ah -parpadeó varias veces- No, solo...es un golpe pequeño. Y descuida, habrá desaparecido para cuando regreses a casa.

-Eso espero... ¿Crees que mis padres estarían…decepcionados de mí?

-Para nada. En especial tu madre, ella estaría encantada al saber que me besaste.

Asentí lentamente. Su vista viaja de mis ojos a sobre mi hombro izquierdo, se estaba poniendo un poco rojo, hasta que fijó sus ojos en su plato. Aproveché esa oportunidad para mirar a mis espaldas para encontrarme con un reloj.

Ah, claro... No quiere llegar tarde a clases, por eso mira constantemente el reloj

-Tengo miedo -confesé tan de repente que hasta yo me sorprendí.

-Ya te lo dije: no dejaré que te vuelva a hacer daño.

Se paró de su silla y se movió vacilante hasta que se plantó frente a mí, entonces comenzó a inclinarse hacia mi rostro. Estaba tan cerca, nuestras narices casi chocaban, creí que iba a besarme, me preparaba mentalmente... Hasta que él desvió su vista hacia la izquierda. Su mano viajó a mi brazo y sentí sus dedos fríos en mi piel.

Volteé rápidamente. La playera de Tyler era muy grande para mí, no la llenaba como él. Por eso, la manga izquierda cayó, dejando mi hombro y un poco (o mucho) de mi sostén al descubierto.

La sangre me subió como rayo a las mejillas.

Tyler acomodó la manga en su lugar y palmeó mi hombro un par de veces.

-Deberías cubrir eso -sus ojos se cruzaron con los míos- Hace frío - y esa sonrisa otra vez- Entonces, ¿jugo de naranja o prefieres de arándanos?

-Yo...ah... -me levanté torpemente de la silla- ¡Mira la hora! Tengo que...alistarme

Sin siquiera mirarlo, comencé a caminar.

-Danielle.

-¿Sí?

-Hacia el otro lado -apuntó a las...escaleras.

Miré al frente: me estaba dirigiendo a la puerta principal.

-Ah...claro -reí nerviosa; di media vuelta y caminé rumbo a las escaleras.

¡Que vergüenza!

Entré a la habitación y cerré la puerta detrás de mí. Respiré profundo, intentando calmar mi corazón.

¿Que rayos pasa contigo, Dani? No es posible que te pongas así cada vez que Tyler te toca. Al menos que.... Oh, no.... Lamento decírtelo, pero estás enamorada...

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