Capitulo 2. Jamás había odiado tanto el hecho de que alguien me hablara.

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NOTA: EN EL CAPITULO ANTERIOR ESTA LA FOTO DE DANIELLE O'CONNOR.

Capitulo 2. Jamás había odiado tanto el hecho de que alguien me hablara...

Caminé hacia mi casillero para coger los libros que después necesitaría para mi clase de Química. Odiaba el lugar en donde se encontraba mi casillero: entre dos chicas mejores-amigas-y-extremadamente-chismosas. Todo el tiempo que yo estaba ahí y ellas también, se pasaban los minutos hablando como si yo no estuviera en medio de estas. 

Y esa vez no fue la excepción... 

Mientras metía y sacaba libros, ellas hablaban hasta por los codos. Me pregunté como le hacían para respirar y seguir hablando sin pausas.

Desconocía sus nombres y me importaba poco saberlos, pero yo las llamaba "derecha" e "izquierda" debido a la posición en que estaban. Derecha era una chica alta, pero no tanto, aunque lo suficiente como para ser más alta que yo; tenía cabello rojo y rizado con las raíces negras donde el tinte se caía y su color natural se daba a relucir; su piel se veía como si se hubiera dormido en la playa bajo el sol caliente y podría apostar a que eso había hecho: dormir a propósito bajo el sol para quedar bronceada. Izquierda no era muy diferente a ella: su piel era blanca, pero se pasaba horas en la playa junto a Derecha para estar como el mismísimo sol; era más baja que yo y, por ende, más baja que derecha; su cabello era liso y con un tinte rubio tan artificial como el cabello de Nicki Minaj ¡NUNCA LOGRABA SABER CUAL ERA EL CABELLO NATURAL DE MINAJ! Pero ese era otro tema...

-¿Ya viste al nuevo chico? -dijo Derecha con voz emocionada 

-¡Lo se! -contestó Izquierda de igual forma- Es tan...ardiente -esta vez, le agregó a su voz un tono pervertido 

Cerré con fuerza la puertecita, provocando un gran ruido de metal contra metal. Sin embargo, ellas no parecieron notarlo; ninguna se musitó, seguían con su charla del "nuevo chico ardiente". Una cosa es que no me vean a mí, y otra era que ni siquiera escucharán los ruidos que yo hacía. Comenzaba a creer que había algo raro... Quizás los chicos populares tomaban alguna bebida exclusiva que les estuviera dañando sus cinco sentidos. ¡Pavadas! No eran sólo los chicos populares los que no me veían, también el resto de la escuela…y el resto del mundo. El problema no eran ellos, el problema era yo. 

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-Tengo que decir, joven Johnson, que estoy impresionada con su expediente. Excelentes calificaciones, buena conducta, créditos extras aunque no eran necesarios, es voluntario en veterinarias y en hospitales de niños...eso es muy dulce. 

La anciana directora me observaba con admiración, mientras leía mi expediente...de nuevo. 

-Es un derecho y una obligación estudiar; no iba a desperdiciar la oportunidad de educarme cuando hay miles de personas que son analfabetas por no tener los mismos recursos que yo. Además, ser voluntario en distintos lugares me ayuda a mantenerme alejado de malas compañías. 

-Estoy completamente de acuerdo con usted. Si hubiera más personas que pensaran así, no tendríamos tanto joven delincuente consumiendo droga y robando por las calles. 

-Eso es lo que yo siempre digo.

-En ese caso, estaremos encantados de tenerle en nuestra escuela. Bienvenido. -dijo mientras se levantaba de su lugar y me extendía la mano como modo de saludo

-Muchas gracias. -estreché su mano con arrugas y pecas debido a la vejez, tomé mis cosas y salí de ahí. 

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De camino a clase de química, el trayecto no fue diferente: nadie notaba mi existencia. Y así era siempre. Había pensado en algunas ocasiones seriamente el suicidio...pero la ley de vida es "nacer, crecer, reproducirse y morir" Aún no había terminado de crecer y mucho menos reproducirme. Era obvio que aún tenía metas por cumplir antes de morir. 

Alguien paso corriendo, golpeando su cuerpo junto a mi hombro y provocando que mis libros y mi cuaderno de dibujos cayeran al suelo...de nuevo. Bufé con irritación y me senté en el suelo para tomar mis cosas.

-Discúlpame, no te vi -era una voz masculina, una voz que no reconocí 

<<Es obvio que no.... Espera, ¿este chico me esta hablando a mi?>> Quise levantar mi vista, pero mis dibujos estaban esparcidos por todos lados y la gente comenzaba a pisarlos conforme su andar. <<Tal vez debería dejar de arrancar las hojas del cuaderno...>>

-¿Podrías decirme donde esta el salón de química? Por favor... Estoy perdido 

<<¡NOOO!>> Uno de los dibujos que me había costado más trabajo hacerlo, ahora tenía una marca de zapato atravesando la mitad de la hoja. <<¡SINJUN!>>  Estaba presionada y furiosa a la vez; si este chico no me hubiera hablado, hubiera prestado más atención a lo que se encontraba tirado y Sinjun estaría bien. Jamás había odiado tanto el hecho de que alguien me hablara... 

-Salón 16, segundo piso. 

-Gracias.

El chico se alejó mientras yo terminaba de tomar mis cosas y lamentarme por la pérdida de mi amado dibujo. 

Subí al segundo piso, justo al salón 16. Tal como le había dicho a aquel chico, ese era el laboratorio de química.

Todos tenían un compañero fijo, uno que se asignó desde hace 1 año y medio y no se cambiaría hasta que nos graduáramos; lo mismo con el lugar de trabajo, era el mismo hasta que dejáramos de tomar clases aquí. Mi compañera (alias "mi mejor amiga") tiene unos padres muy dedicados a su trabajo, lo cual implica mudarse a diferentes lugares si es necesario; y esa era la razón por la que yo no tenía compañera (o amigos): mi única y mejor amiga se había mudado, desde entonces estoy sola en la última mesa de la última fila del aula, justo en el rincón. 

Entré en el lugar, rápidamente, pero aún así pude ver a un chico frente al escritorio del profesor

<<Nadie habla con el profesor al menos que sea importante...>> 

Quizás ese era el nuevo chico, el mismo que tropezó conmigo en el pasillo, la única persona en toda la escuela que me ha visto y ha hablado conmigo. Debía agradecerle ya que por él mi dibujo estaba arruinado. Nótese el sarcasmo. 

Me senté en el banquillo de la izquierda, a lado de la ventana. Me encantaba sentarme junto a la ventana, sentía que veía el mundo en otra expectativa...en una diferente donde tenía amigos, buenos amigos, donde no era invisible para nadie, donde conocía a un chico que me rompería el corazón y después llegaría otro para sanar las heridas... Ese mundo que estaba muy lejos de mí. 

Un ruido me sacó de mis pensamientos. Despegué mi vista de la venta y vi a un chico de cabello castaño que le cubría ligeramente su frente, unos ojos hermosos, alto y de buen cuerpo, con su uniforme perfectamente planchado, sus zapatos perfectamente lustrados, su apariencia perfectamente arreglada... 

-Hola, soy Tyler Johnson.

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