𝔾𝕒𝕟𝕒𝕤 +𝟙𝟠

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CONTENIDO +18 EXPLÍCITO
Cap editado

Con nervios siento sis manos sobre mis rodillas y subir por mis muslos dándole un suave apretón.

Sin pensarlo tomo la parte de atras de su cuello atrayendolo más a mí uniendo nuestros labios, un ruidito salió de mi boca. Como siempre metió su lengua, se lo permití incorporando la mía logrando que suelte un gruñido desde su garganta.

Sus manos me tomaron de la cintura acercandome más a él haciendo presión contra su erección; no puedo creer que yo haya provocado eso.

Sin ser conociste comencé a menearme ronzandome. Tomás dejó de besarme para enterrar su cabeza en mi cuello y morder con delicadeza la piel de dicha zona logrando exitarme más. Con su lengua acaricia el lugar donde probablemente quedaron las marcas de sus dientes.

Besó mi cuello y luego detrás de mi oreja para apartarse, solo lo suficiente para poder mirarme.

-No sabes las ganas que tenía de tenerte así- me susurra.

No respondí nada porque el ligero empuje que hace con sus caderas ejerce una placentera pero insuficiente fricción. Dejo caer mi cabeza hacia atrás junto a mi largo cabello naranja.

Besa mi mandíbula -Desde la primera vez que te vi, lo único que podía pensar era en hacerte mía.

Besa mi clavícula y sus manos viajan dentro de mi blusa acariciando mi vientre y luego mis tetas por encima del corpiño -Hacerte decir mi nombre tantas veces que te olvides el tuyo- dice con voz ronca y profunda.

Que me susurre esas cosas al oído solo me encienden más, si es que es posible.

-¿Qué esperas entonces?- respondí descaradamente, él me mira con la misma sorpresa que yo siento.

Vuelve a besarme, esta vez más lenta y apasionadamente mientras mis dedos viajan por sus cabellos y sus hombros, bajando por sus brazos para luego rodearlo y empezar a acariciar su espalda por debajo de su remra transpirada.

Se alejó un poco mientras lo ayudo s sacarse la remera, una vez que la tela no está vuelve a atacar mi boca. No pude evitar morder su grueso labio inferior, sonreí cuándo oí otro gruñido y un apretón en mi culo.

Comenzó a sacarme mi camisa verde. Una vez que quedo solo en corpiño deja de besarme y clava su mirada en mis pechos, eso me hace sentir espuesta y el rubor de mis mejillas aumenta aún más de cuando empezamos.

Saca una de mis tetas y se la mete rápido a la boca, es una sensación indescriptible, mi ropa interior está empapada y mi piel se erizo por el calor de la boca de Tomás.

-No solo sos hermosa- me mira mietras hábilmente desabrocha mi sosten. -También sos rica.

Con eso mete mi otro pecho en su boca haciendo que un grito escape de mí al clavar ligeramente sus dientes, siguió dándole atención al otro con masajes y pellizcos.

Mi centro palpita de forma dolorosa pero a la vez palcentera, me resfregue contra su erección justo donde la necesito para aliviarme un poco.

Sobró un poco mis pechos dejando con sus labios un recorrido de besos hasta mi cuello. Lo presiono más fuerte conta mí y giro ligeramente mis caderas.

Él gime y deja caer su frente en mi hombro. -Colo, no aguanto más- habló soltado un gruñido pesado.
-Te necesito ya.

Cuando se separó mi mente juntó la poca cordura que quedaba para pensar si en serio quiero hacer esto, sus manos se llevaron esa pequeña cantidad al empezar a desabotonar mi short.

Escuchamos pasos cerca pero los ignoramos siguiendo con lo nuestro, la busca del alivio para esta fuerte sensación era más importante que nos descubran haciendo cochinadas.

Dos golpes en la puerta me hicieron sobresaltar sacando bruscamente la mano de Tomás que había logrado escabullirse dentro de mis pantalones.

El castaño me miró con notable frustración en sus ojos mientras su pecho subía y bajaba con brusquedad. -¿Qué pasa?.

-¿¡Chicos, puedo pasar!?- la voz de Sara se hizo presente haciendo que tomi bufe enojado.

Me bajé rápido de sus piernas acostandome a su lado sin antes volver a ponerme la remera y ocultar mi corpiño bajo la almohada. Tomás con la mayor paja del mundo se puso su remera y tapó su erección con las frazzadas.

Respire profundo tratando de calmarme y grité. -¡Pasá sari!.

La mayor entró con cautela mirandome directo a mí.

-Tus papás ya se están por ir, dicen que si no bajas ahora te van a dejar acá- soltó una risita por la típica broma de mamá. -Hijo, ¿ La visita de tizi te hizo sentís mejor?.

Obviamente sus palabras no iban con doble sentido, pero no pude evitar sentirme avergonzada al ver la sonrisita pícara de Tomás y recordar todo.

-Si, me cuidó bien- deslizó su mano sobre mi pierna, por suerte las cobijas le bloqueba la vista a Sara.

-Bueno, me alegro- antes de que la castaña salga de la pieza pegué un salto de la cama.

-Esperame sari que voy con vos.

-Nos vemos mañana tomi- le eché una última mirada a Tomás y me fui sin más.

Al no tenerlo más en mi campo de visión mi cerebro volvió a funcionar. Dios, no puedo creer lo que hice, no puedo creer lo que estaba por hacer si no llegaba sari.

¿Con qué cara lo voy a ver mañana?, ¿Debería contarle esto a los chicos?.

Mi mete da vueltas, al menos ahora se lo que se siente y si vuelve a suceder no lo voy a impedir.

Volví hijas de puta

𝐶𝑜𝑙𝑜𝑟𝑎𝑑𝑎 𝐹𝑒𝑎 || 𝐶.𝑅.𝑂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora