Octubre 30, 1971. El día en que nos fuimos.
El aire era frio, las calles estaban vacías, las tiendas cerradas, y las luces apagadas, mi mamá no se enteraba de nada, pues me escape. Tenía un solo objetivo dentro de la casa de Javi y era recuperarlo.
Si, recuperarlo tal y como leen. Me tenía que enfrentar al papá y que posiblemente salga lesionado pero todo para recuperar a Javi.
Empecé a temblar de lo helado que estaba el ambiente —claro, claro el ambiente—.
Puedo hacerlo.
Puedo hacerlo.
Puedo hacerlo.
Oh, claro que puedo.
Suspiré.
No, no puedo.
Me detengo en la acera y reflexiono. ¿Qué mierda estoy haciendo?
¡Pues que más idiota, recuperando lo que te pertenece!
Si, amo a Javi pero se va a enojar, y más si me meto con su papá.
Así es pendejo, pero le prometiste que siempre ibas a estar para él.
¡Claro! Estaré para el siempre.
Avancé a pasos agigantados. Las piedras y palillos que estaban en el aire pegaban en mi rostro de lo rápido que iba.
Llegué y a punto de tocar el timbre me susurran:
—¿Qué mierda haces aquí? —. Era Javi— Acabo de mandar todo a la mierda,
—¿Qué?
—Si, salí del closet y le dije que eras mi novio.
—¿QUE?
—Ahora vámonos, dijo que te iba a matar o blablablá
¿Blablablá? Su padre es capaz de muchísimas cosas. Y esta es una de esas.
Nos dirigimos a mi casa, al culo del mundo. Y se quedó, pero no por mucho.
Mi mamá y mi hermana no estaban, tenían que ir a hacer algunas cosas en otra provincia y me dejaron a mí.
Cuando llegamos, me empezó a contar que no fue fácil, estaba harto de muchísimas cosas. No podía soportar tantos insultos así que decidió irse, en parte era entendible y me gustaría haberlo ayudado desde antes.
Javi estaba realmente devastado.
Al cabo de unas horas el padre estaba en mi casa. El maldito no se daba por vencido.
Forcejeo mi puerta, e hizo despertar a Javi. Su respuesta fue clara.
—Vámonos de aquí.
No sé dónde planeaba ir pero todo era muy rápido, no lograba entender que sucedía ni que planeaba pero me dijo que nos acercáramos a una especie de choza que en el malecón. ¿Para qué? No lo sé.
Salimos por la parte de atrás, aun se lograba escuchar a su papá forcejeando, al parecer no iba solo.
Javi caminaba a pasos veloces. Iba tan rápido que no llegaba a seguirle.
Y por fin estábamos en el malecón, específicamente en el gran abismo, l parte alta, reconocido así por las catástrofes que ocurren y los botes extraviados. Su vista era seria. El frio abundaba por todo y hacia alzar la arena. Las olas eran grandes y chocaban entre sí.
—Estoy harto, Liam —Sus ojos eran llorosos, su mirada se volvió de una seria y fría a otra con rabia e impotencia—, quiero acabar con este sufrimiento.
Me quedé callado, opté por escucharlo desahogarse.
—Te amo Liam, gracias por hacerme creer en el amor —Me miró con una sonrisa, sonrisa y lágrimas.
Puso las puntas de sus pies junto a la orilla y supe de inmediato que quería hacer así que me acerqué y su cara fue de confusión.
—Te prometí que estaré contigo siempre —recordé y su cara fue de alivio.
Ambos caímos, agarrados de manos.
Podía notar como se liberó de su sufrimiento. Era como liberar un ave de una jaula, volaba feliz.
Porque nuestra muerte no fue el fin de todo, fue el inicio de una revolución.
Javi no te extrañaré, porque siempre estaremos juntos. O aquí, o en 10 años, o en 50 años.
Recuérdalo.
Somos sempiternos.
*aparece mágicamente el autor*
¡Uhlala!, ¡Hola de nuevo!
Díganme, ¿Que les pareció? Espero le den mucho amor<3
Besos sempiternos~
Con amor, eril<3
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Déjà Vu
أدب المراهقينLiam y Javi, vivieron juntos en el pasado. Nathan y Eliot, viven en el presente. ¿Que tienen en común? Pues fácil... Ambas parejas fueron unidas por un pequeño hilo rojo, si, como en esa leyenda asiática. Sin embargo, ellos están relacionados con el...