«Retiro la maldición, que no se cumpla jamás. Retiro la maldición, que no se cumpla jamás. ¡Retiro mi maldición, que no se cumpla jamás!».
«¡No quiero que ella duerma! ¡Por favor, despierta, no quería que esta historia terminará así! ¡Regresa conmig...
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Su cuerpo, que hasta hace breves momentos se sentía ligero como si flotara, pronto regresó a su estado de normalidad.
Los pies de Caliope se reposaron suavemente en una zona de hierba alta y oscura debido a las sombras a su alrededor, de una manera que se sentía agradable, contrario a lo que había creído. Pensó que ante todo eso, ella caería al suelo.
La luz desapareció a su alrededor, aquella que la había rodeado una vez pasó por el espejo, permitiendo toda una nueva visión frente a ella.
Habían dejado atrás la academia al usar el espejo de la oscuridad, lo cual a Caliope aún le costaba creer. Sujetando a Grim entre sus brazos, comenzó a dar pequeños pasos hacia delante en la nueva ubicación, algo curiosa por el lugar donde se encontraban.
Parecía un claro circular en medio de un espeso bosque oscuro, rodeado de altos árboles y una fauna variada. Cerca de sus pies se encontraba un pequeño y cristalino río con un puente de piedra bastante cerca. No muy lejos de allí, aunque a una considerable distancia como para no molestar en ese terreno, podría encontrar una destacada montaña, la cual su entrada era bloqueada de su visión por más árboles.
—Así que está es la mina de los enanos—Escucho entonces hablar a Deuce, que de brazos cruzados observaba el lugar sin mucha expresión en el rostro. No parecía impresionado, como si viajar con ayuda de un espejo no fuese algo extraño—Tiempo atrás brillaba debido a las piedras mágicas que se extraían.
—Uuuuh... siento que algo va a aparecer, sabes...—Murmuro Grim entre los brazos de la chica, mirando hacia todos los lados que podía en forma de precaución.
Caliope no dudó en pasar suavemente su mano por la cabeza del monstruo una vez este se abrazó a su pecho como si de un niño pequeño se tratase, aún si seguramente el la deseaba usar como escudo ante cualquier situación peligrosa que pudiese ver. A ella le hacía un poco feliz el simple hecho de que él la abrazase.
—Ah, hay una casa allí—Habló entonces Ace, girándose un poco hacia ambos adolescentes y monstruo una vez subió y se encontró en el centro de aquel puente de piedra. Este, señaló sin cuidado con su pulgar una bonita casa rústica y circular al otro lado—Vamos a pedir información.
Mirándose entre ellos, Ace y Deuce asintieron poniendo de acuerdo, antes de dirigir su mirada hacia la joven. Caliope, sobresaltandose por sus acciones, solo atinó a asentir nerviosa y rígida con su cabeza para dar a entender que aceptaba hacer lo que él de corazón había planteado, antes de torpemente intentar tapar su cara con el cuerpo del minino. Ambos chicos se volvieron a observar esta vez de rabillo como si la situación fuese algo ridícula, pero prefirieron no comentar nada y dirigirse al lugar.
Caliope solo espero unos segundos antes de comenzar a seguirlos a una distancia no muy cercana, aunque tampoco alejada. Subió el puente y saludo algo confusa a los peces algo tentada por su lindura, antes de saltar sobre sí misma espantada y correr hacia atrás de los chicos cuando estos le devolvieron el saludo con una aleta. Aún no podía acostumbrarse a ese tipo de mundo fantástico, pensar que los animales entendiesen sus acciones e incluso la imitarán la llegaba a asustar un poco debido a que no lo entendía del todo.
