«Retiro la maldición, que no se cumpla jamás. Retiro la maldición, que no se cumpla jamás. ¡Retiro mi maldición, que no se cumpla jamás!».
«¡No quiero que ella duerma! ¡Por favor, despierta, no quería que esta historia terminará así! ¡Regresa conmig...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Goteo
Aquellos ojos se abrieron repentinamente al escuchar el familiar sonido a la distancia. Un sonido como la gota del rocío cayendo en un pequeño charco de agua, interrumpiendo de esa manera el absoluto silencio que había por las cercanías.
Sintió claustrofobia una vez observo la apariencia del lugar a su alrededor. No podía reconocer donde se encontraba, acostumbrándose lentamente a la oscuridad que invadía su visión. Parecía ser una habitación bastante más grande de lo normal, pero todo lo que encontró solo consiguió que el pulso de su corazón se acelerará como loco y su piel se erizara después de estremecerse.
El miedo envolvió su juicio. Había vuelto, ¿o acaso nunca se fue? ¿Podría haber sido todo mentira? ¿Aquel mundo había jugado con él? ¿O quizás su propia cabeza había enloquecido y creo todo el escenario pasado en un intento de hacerle sentir la felicidad después de mucho tiempo?
Observo con ojos inquietos lo que suponía eran muebles, cubiertos en su totalidad por aquel misterioso líquido viscoso y negro. Parecía un sitio tan corrupto y sucio, ni siquiera su propio lugar era así o eso creía recordar… Lo único que pudo reconocer fue una cuna vacía, que lentamente se hundía en aquel mar de viscosidad sin ningún tipo de salvación.
¿Era aquello una cruel broma? ¿Había llegado a la habitación de un bebé? En realidad, era incluso tenebroso. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Donde estaba? ¿Qué significaba aquello?
Latido
—¡Ugh!—.
Sus manos callosas se dirigieron hasta la zona de su pecho y envolvió la tela de su ropa entre sus dedos hasta arrugarla. Se sentía como si algo hubiese tomado y presionado con violencia su corazón intentando destruirlo como basura. Inhalo con fuerza en un intento de tomar oxígeno y llenar sus pulmones, con la simple esperanza de calmar su dolor. Su cabeza se nublo, múltiples emociones lo abrumaron sin siquiera darle la oportunidad de defenderse ni entender que estaba sucediendo. Dolor, ira, miedo, tristeza, desesperación… ¿de donde estaban proveniendo esas emociones que estaban mareandolo? No podía reconocerlas ante tantas.
—¿Q… Qué es…. esto…?—Logro mascullar entre dientes, retrocediendo un par de pasos. Sus piernas se sintieron débiles, pero uso toda la fuerza posible para evitar caer.
¿Eso era posible de aguantar para una persona normal? No, eran emociones tan distintas entre sí, chocando y enfrentándose unas contra otras como si buscarán el dominio total. Esos sentimientos no podían ser solo de una.
En su desesperación, finalmente noto como aquel líquido que envolvía toda la habitación desde el techo hasta el mar del suelo se volvía cada vez más y más espeso, acumulándose y finalmente enterrando la cuna hasta que desapareció, como si un agujero se lo tragara y lo atrajese sin compasión.
