Cambio De Papeles [G!P]

Capitulo 7

POV Dulce

Ahora Anahí quiere estar más involucrada con Arturo y siendo honesta no se si es bueno o malo. Es bueno para Arturo pero es malo para mi. Si la corte ve que Anahí se ha convertido en buena madre, no me darán custodia exclusiva. Pero bueno no creo que me lo iban dar.

En otra mano, los mensajes anónimos no han cesado. He documentado todo y creo que con toda la evidencia que he colectado durante los meses, es lo suficiente para un divorcio. California no es un estado de falla así que crímenes adulterios no son de lo peor y no ganare nada. Tal vez en algunos aspectos del divorcio me ayude pero no será tan grande.

Mi vida está dividida en partes. Mi vida familiar que la mayoría es Arturo y una pizca de Anahí, y la otra es mi trabajo y ahora Alfonso. No se que me está pasando con el. Me siento como una adolescente. El me hace sentir tan apreciada, bella y querida. Ya han pasado un par de meses desde que nos conocimos y se que el quiere algo conmigo yo he dejado todo claro. No quiero nada hasta divorciarme o por lo menos estar separada legalmente. Aunque Anahí me esté engañando, no me rebajare a su nivel.

Si he notado que Anahí se me ha acercado más aún sin haberme dicho lo que me dijo hoy. Pero ella llego tarde, ya no siento nada. La llama que ardía se encuentra apagada. Todo lo nuestro ya es cuento viejo.

Se esta acercando más a Arturo y mi niño parece feliz. Sus ojitos hermosos brillan un poco más.

-¿Te quedaras con el?-pregunte retándola.

Vi el miedo en sus ojos pero asintió.

No creí que diría que si. La miré luego saqué un papel y escribí la rutina de Arturo.

-Ahí está algo que te puede ayudar.

Camine hacia Arturo.

-Te veo al rato pequeño principe-dije besando su frente.

El sonrió.

Salí de casa sin decir más.

Le mande un mensaje a Alfonso de que ya iba en camino. Íbamos a seguir con nuestro trabajo.

...

-¡El tráfico estaba horrible!-exclame al llegar a la oficina.

Lo oí reír.

-Así es Los Angeles cariño.

-Ya se pero aún no me cabe en la cabeza-dije sentándome a su lado.

-Lo bueno es que estás aquí-sonrió.

Yo le devolví la sonrisa.

-Bueno aquí está todo lo que tenemos que hacer hoy, principalmente estaremos trabajando con colores.

Asentí y comenzamos a trabajar.

...

La puerta se abrió con un poco de fuerza captando la atención de ambos, revelando a un chamaco que no se pasaba los 19 años.

-¡Poncho! Te llego...-dejó de hablar cuando me vio- Perdón, no sabía que estabas ocupado-se disculpo.

-Tranquilo, deja los papeles ahí-apunto a una mesita de lado.

El chamaco obedeció, se volvió a disculpar para después salir del despacho.

-¿Poncho?-pregunte curiosamente.

El se sonrojó.

-Es un sobrenombre que me dieron desde niño-explicó.

Sonreí.

-¿Prefieres que te llamen así?

-Pues si.

-¿Y por qué no te presentaste así?