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Él ahora nuevo rey demonio a pesar de ser bastante dedicado en el tema de su reinado tomó una gran decisión la cuál no se le sería perdonada según las declaraciones de un insignificante grupo que lo odiaba, por ende no...
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Estaba nervioso no mentiría, las dos horas que se le dieron antes para él pasaron tan rápido que internamente agradece por lo menos que tuvo tiempo de ir a la mansión para alistarse y preparar lo que diría cuando el momento de rechazar a su "acompañante" llegase, ahora estando con Amaryllis de nuevo, ambos tenían una pequeña conversación.
—Es bueno verlo, se ve demasiado guapo, ¿Esta emocionado?— La mujer encantada se movía rápido al lado a lado, podía jurar que examinaba cada milímetro de su persona.
—Estoy más bien algo nervioso— respondió bajando la mirada a sus manos, la pelirosa al escuchar aquello soltó un chillido acompañado de un "que adorable", consiguiendo avergonzarlo más.
—Lo hará bien, confió que esta cita cambiará su parecer y querrá casarse con ella— La mujer lo tomó de los hombros dejándolo sin tiempo para reaccionar ante lo dicho, podría decirse que lo arrastró hasta dejarlo frente a la puerta de una sala —Ella lo esta esperando aquí— se apresuró a decir.
Iruma por el rabillo del ojo vio el rostro de Amaryllis, se veía emocionada por todo esto.
—Creó que entraré, ¿Esperará aquí afuera?— el peliazul antes de empujar la puerta y abrirla le preguntó.
—¡Claro que no!, quiero darles espacio—
—Ya veo, ¿Puedo hacerle otra pregunta?, ¿Sabe quién me observaba fulminante durante la reunión?, es mera curiosidad—
—Lo descubrirá cuando entré— ella le dio unas cuantas palmaditas en los hombros, era momento de irse para ella y dejarlos solos antes prometiendo que volvería cuando terminarán de hablar y así fue, dejó sólo a Iruma.
Este último al ver eso tomó aire y torno su rostro en un semblante serio, estaba decidido y seguro de lo qué haría, por lo que empujó la puerta de la sala viendo a quien sería su acompañante durante lo que quedaba del día.
—¿Ameri-san?— confundido busca una explicación, la pelirroja al verlo colocándose de pie de manera rápida hace una reverencia mostrándole respeto y luego saluda.
Ella se veía encantadora, usaba un lindo vestido que combinaba con sus ojos y cabello, el ante los pocos modales que tuvo por su reacción también la saluda y a la vez internamente ahora sabe que él padre de la pelirroja esta enterado de la cita y el fue quien lo estuvo viendo de manera amenazadora, al parecer aún no procesa bien la idea de que este cerca de su hija.
—Espero no haberte hecho esperar— dejando lo anterior de lado, disimuladamente mientras él dice esto observa la sala en la que se encuentra, es espaciosa con bellos muebles adornandola, una estantería para libros y una mesa llena de postres de diferentes colores, incluso había té demoníaco, también se dio cuenta que habían dos sillas minuciosamente colocadas frente a una de la otra, con la intención de que quienes se sentarán se vieran en todo momento.
