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Farey 

El corazón es libre, tu ni nadie nunca podría mandarlo. 

Por eso él decide si siente o no. 

Si quiere o no. 

Si ama o no. 

Si late por una persona o no. 

Si te hace sentir enamorada o no. 

Mi corazón estaba dejando de ser mío para pertenecerles a ellos, de apoco lo iba haciendo para darle paso a los suyos. 

Esto era mutuo, yo perdía el mío por ellos y ellos perdían el suyo por mi. La balanza estaba equilibrada. 

Una semana había pasado sin muchas emociones, sin muchas cosas divertidas pero eso parecía cambiar. El fin de semana había llegado y con él había traído a mis locas amigas a la puerta de mi casa. 

Mientras dejaba el café que estaba tomando sobre la mesita observé como Chania me sonreía y detrás estaban Persia, Rydel y Thiara. Esa sonrisa que llevaba la bruja era porque planeaba algo. 

—¿Qué tienes pensado? —pregunte interesada 

—Nos iremos de fiesta —anuncio feliz 

—¿Cuándo? —consulté 

—Esta noche 

—¿Sólo nosotras? 

Todas negaron demasiado sincronizadas. 

—Iremos todos —Persia dijo 

—¿Todos? —alcé mis cejas mientras volvía a tomar la taza 

—Nosotras, los chicos y quizás también Mica con Mason 

—¿Será en el pueblo? 

—Así es, digamos que tus amados saben de un bar que dan buenas fiestas así que iremos a ver que tal 

—Perfecto 

Sin decir algo más bebí de mi café sin apuros, hacía una hora que el medio día había pasado y tenía toda la tarde libre como para ponerme a ver que me pondría y arreglarme. 

Deje de beber el café para mirar a mis amigas que me observaban con mucha atención creándome escalofríos. 

—¿Qué? —pregunté 

—¿Vas a quedarte ahí toda la tarde? —Rdyel cuestionó cruzando sus brazos 

—Faltan horas niñas, además en un rato tendré una llamada con mis padres así que hasta después de eso no tengo pensado arreglarme —sonreí y de un trago termine el líquido que quedaba en la taza 

—Estaremos aquí a eso de las cinco, ¿está bien? —la rubia pregunto y asentí 

—Perfecto —acepté 

—Nos vemos 

Thiara, Persia y Rydel se despidieron mientras salían de la casa quedando solamente con Chania. 

—¿A que me dijiste que vas a hablar con tus padres? —preguntó mientras pestañeo varias veces 

—Eso no debe de importarte —cruce mis brazos apoyándome contra el sofá 

—Claro que sí, podré ver a tu padre —alzó sus brazos como si fuera obvió—. Debo refrescar mi imagen mental de él 

—¿Si sabes que es mi padre no? —consulte aunque sabía que le valía madres 

—No me importa, es el tuyo no el mío —dijo mientras se sentaba a mi lado apoyando su codo sobre el sofá y luego su cabeza sobre su mano para mirarme—. ¿Cómo va todo con ellos? 

Mis Elegidos | #VD1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora