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Otro aburrido día en la universidad...

La verdad es que no le encuentro sentido, al principio sólo lo hacía para complacer a mis padres, para convertirme en la sexta generación de abogados de la familia pero... nunca conseguiré escuchar las palabras que deseo oír.

- Estamos orgullosos de tí, cariño.- Le dijo mi padre a mi hermana menor.- La primera generación de médicos en la familia, que alegría.

La primera maldita generación de médicos... La primera generación de algo nuevo... esa sería yo si no fuera mi obligación como la mayor, continuar el legado de la familia.

Los mayores estamos condenados a seguir la tradición, los menores son libres, artistas, chefs, arquitectos, ingenieros y ahora una médico.

Yo quería ser heroína de pequeña, fue algo que dejé rápidamente atrás por mi don poco útil pero llevé clases de danza contemporánea desde la primaria hasta el bachillerato, diría que es mi pasión.

Bailarina profesional, eso sí que sonaba bien para mí, pero según mi familia esa no era una profesión respetable y yo como la primogénita, debía continuar con la tradición para algún día pertenecer a la firma de mi abuelo.

La firma de abogados más reconocida en todo Japón, la firma que atendía a la agencia del héroe Endeavor...

- Señorita T/N, la noto dispersa ¿Se encuentra bien?- Preguntó la profesora.

- Sí, lo siento.- Dije sin ánimos, devolviéndole mi atención.

Todo lo que he querido siempre, es que mis padres me digan cuánto les enorgullezco, por eso no me importó renunciar a mis sueños, pero ahora que sé que eso no sucederá me pregunto... ¿Por qué sigo aquí?

Saliendo de mi última clase, caminé fuera del módulo para ir al estacionamiento, tendría que atravesar la facultad de ciencias de la salud y la de... artes...

Ahhh, la facultad de artes, jamás pude resistirme a asomar mi nariz por aquellas puertas, el auditorio se encontraba ahí, los estudiantes de danza ensayaban desde la una de la tarde hasta las cuatro y yo pasaba justo a tiempo para admirar como sus cuerpos fluían con la música.

- ¿Otra vez soñando despierta?- Preguntó alguien detrás mío.

No hizo falta darme la vuelta para saber de quién se trataba.

- Hola Natsu.- Dije sin mirarlo.

Natsu, el novio de mi hermana, estudiante de psicología. Bueno, en realidad es su ex novio pero ella aún no lo admite.

- Si tanto te gusta ¿Por qué no te cambias de carrera?

- Claro y que me dejen en la calle por mancillar mi apellido.

- Aún le temes al futuro.- Sonrió con tristeza.

Me giré hacia él.

- No otra vez, Natsu...

Natsu y mi hermana estuvieron saliendo por al rededor de un año, realmente era mi hermana quien quería salir, él no sabía cómo decirle que no.

- No dije nada.- Se excusó.

Natsu tiene mi edad, por lo que congeniamos rápidamente, cuando apenas habían salido por seis meses.

Hace poco rompieron por mi culpa, Natsu me besó...

- Pero haces insinuaciones al respecto.- Respondí.- Y por mucho que te quiera, no podrá ser, es trágico pero es la verdad.

No voy a mentir, me enamoré de él en cuanto lo ví, pero siempre respeté lo que existía entre ellos, pero para Natsu era más difícil, me dijo que al principio aceptó salir con ella por empatía, le agradaba y pensaba que podría enamorarse pero que al paso de los meses se dió cuenta de que no sucedería y que, por otro lado, se estaba enamorando cada vez más de otra persona. Éramos buenos amigos, confidentes, así que le aconsejé dejar a mi hermana para que ambos fueran felices y que fuera con aquella otra chica, que tal vez sería correspondido. Fue así como sin deberla ni temerla me besó.

Mi orgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora