7

1.2K 189 16
                                    

Pov Natsuo

Así como T/N estaba haciendo cambios muy importantes en su vida, Natsuo también necesitaba replantearse su relación con su padre y tomar desiciones.

T/N tenía razón en una cosa, su padre estaba luchando por cambiar y si bien, Endeavor tenía su carácter, estaba haciendo sacrificios para devolverles un poco de lo que les había quitado.

Estaba tomando tiempo y era complicado asimilar una vida en la que no detestaba su pura imágen pero sabía que tarde o temprano tendría que enfrentarse a su rencor y deja ir todo aquello.

Algo que hacía muy feliz a Natsu es que su madre, Rei, se mostraba más cómoda cerca de él, ya no temblaba al tenerlo cerca e incluso había pedido pasar tiempo a solas con él.

No sabía si se replantearían su matrimonio pero, por lo menos, estaban resolviendo sus cosas.

- ¿En qué piensas?- Le preguntó T/N.

- En mi padre.- Dijo Natsuo.

- ¿Y qué es lo que piensas de él?

- Creo que parezco un berrinchudo aferrándme al odio que le tengo.

- ¿Quién beres y qué le hiciste a Natsu?

- Es que es humillante que incluso Endeavor sea capaz de cambiar y yo no pueda dejar de mirar al pasado, soy patético.

- No lo eres.- Dijo ella.- Eres humano, sientes dolor y está bien, pero el que estés dispuesto a perdonar es un paso muy grande, deberías saberlo.

- El terapeuta soy yo.- Rió Natsuo.

- Pero necesitas un empujoncito cuando se trata de ti mismo.

- ¿Crees que seré capaz de mirarlo a los ojos un día y ya no sentir odio?

- Claro que sí.- Dijo ella abrazándolo.

***

Pov T/N

Luego de algún tiempo trabajando y de negociar una beca con la universidad, pude entrar a la facultad de danza.

Era un sueño hecho realidad.

Pasaba las mañanas en clases teóricas pero por las tardes practicaba en ese mismo auditorio al que me asomaba al salir de clases.

Lo que más me motivaba es que Natsu no se perdía ni uno sólo de los ensayos.

- No hace fanta que venga a diario.- Le dije.

- ¿Bromas? Es encantador verte bailar.

- Tengo compañeros que son mejores.- Respondí avergonzada.

- Pero tú tienes un aura hermosa, bailas con mucho sentimiento.

- Me encanta que pienses así porque habrá una competencia y quiero que vengas a verme.- Dije dándole la entrada.

- Eso es increíble! Haz trabajado mucho por ésto, lo mereces.- Me abrazó.- Llevaré un gran letrero con tu nombre!

- No exageres.- Reí.

- No estoy exagerando.- Dijo ofendido.- Será un gran letrero, con brillo y colores, lo podrán ver desde una imagen satelital.

- ¿Qué te parece si dejas a un lado tu espíritu creativo un momento y sales a cena conmigo para celebrar? - Le dije jugando con la orilla de mi blusa.

- Eso me encantaría.- Respondió.

Fuimos juntos a un bar algo elegante, dijo que él iba a invitarme así que él escogió el lugar.

Mi orgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora