Capítulo 10.

42 1 0
                                    

Como había previsto, Carlos entra por la puerta media hora después de que Jack se haya ido.

-Hola, tienes mejor cara que por la mañana -saluda Carlos al entrar.

-Gracias, he dormido un poco después de irte tú -agradezco.

-Me alegro. Esto… -empieza a decir pero se para.

-¿Qué? -pregunto preocupada.

-Ya no nos veremos más. Él tiene planes para ti y yo tengo que irme. Lo siento mucho Shasha -se disculpa. Parece que está a punto de llorar.

Me acerco a él y lo abrazo. Una oportunidad perfecta para coger lo que tiene en el bolsillo. Carlos no se da cuenta, sigue llorando en mi hombro.

Lo tranquilizo. Yo acabo mi comida mientras él me mira en silencio. Al acabar coge la bandeja me da un beso en la mejilla y se va.

Todo ha salido bien, sonrío y miro el teléfono móvil que he cogido del bolsillo de Carlos.

Casi grito de emoción cuando descubro que hay cobertura. Escribo un mensaje lo más rápido posible y lo envío. No sé cuando se darán cuenta de que lo tengo.

Borro el mensaje, apago el móvil y lo escondo debajo del camastro.

Las horas pasan y sigo sin saber nada. Cada minuto que pasa mis nervios aumentan y los latidos de mi corazón se aceleran. Tengo miedo, tengo mucho miedo.

Es ahora cuando mi cabeza se vuelve loca pensando lo peor. ¿Y si me he equivocado de número? ¿Y si no ha visto el mensaje? ¿Y si no lo entiende? ¿Y si no estoy dónde me dijo Carlos que estaba?

Miles de preguntas pasan por mi mente. Miles de dudas me carcomen. El miedo se apodera de mí y lagrimas empiezan a recorrer mis mejillas.

Lloro y lloro pensando en que cada minuto que pasa se acerca mi final. No volveré a ver a mi madre, no podré ser detective, no volveré a ver a Adrián, no creceré jamás.

Miro la hora y observo que ya son casi las 11 de la noche. Pronto vendrá a por mí. Seco las lágrimas con mi camiseta y me preparo para enfrentarme a mi final.

Tras unos minutos la puerta se abre y un Jack sonriente entra.

-Querida Shasha se acerca la hora -me informa-. Te voy a atar para que no te escapes -explica mientras lo hace-. Perfecta. Vamos, nos espera -dice apuntándome con una pistola.

Me guía a través de un camino de grava lleno de velas a los lados. Noto la pistola en la espalda a cada paso que doy.

Él permanece callado todo el camino hasta llegar a una especie de altar de piedra. Me hace arrodillarme y me pone un cáliz en las manos. Casi se me cae debido a que estoy temblando.

-Por fin ha llegado el momento -dice más para él que para mí-. Hoy nos encontramos aquí para dar final a esta historia, a nuestra historia -mientras él habla por mis mejillas vuelven a bajar miles de lágrimas sin que yo pueda detenerlas. ¿Por qué todo ha salido tan mal?

Él sigue hablando pero yo ya no lo escucho. Tengo otra idea.

Jack ha soltado la pistola. Soy bastante rápida, podría escapar y esconderme detrás de algún árbol. Es de noche y no sería fácil encontrarme.

Respiro hondo para tranquilizarme, vigilo a Jack en todo momento, esperando un descuido.

En ese momento se da la vuelta y yo lo aprovecho.

Corro con todas mis fuerzas lejos de él.

Escucho un disparo y todo a mí alrededor se para.

Mi pequeña detectiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora