Capítulo 4.

71 1 0
                                    

Cierro el cajón mientras él se acerca, su cara no puede ser más inexpresiva.

-       ¿¡Tienes muñecas Barbie en tu cajón!?- medio pregunto, medio exclamo entre risas contenidas.

-       No puedes contarle esto a nadie, ¿será nuestro secreto?- me dice casi suplicándome y yo ya no puedo contenerme y me rio en su cara.- Por favor.

-       ¿Me vas a decir que no es gracioso?- pregunto después de calmarme un poco.

-       Supongo…- dice resignado.

-       Vale no diré nada…- le comento mientras él suspira aliviado- …pero con una condición.- su cara ahora mismo es un poema.

-       ¿Cuál?- me encanta hacerlo sufrir, ¡qué mala soy!

-       Suelta a Carlos.- se queda en shock, no se lo esperaba.

-       ¡No!- grita cuando se recompone.

-       Vale perfecto. Ahora mismo voy a junto la señora Cata…- me voy de su despacho mientras menciono esto.

-       ¡Espera!- me detengo- Está bien, tu ganas.- me da las llaves de la celda de Carlos y yo corro a sacarlo.

De camino a la celda pienso en lo que acaba de suceder. Todo parece tan surrealista… ¡Barbies! Aún no me puedo creer que por esas muñecas haya conseguido que Adrián me deje sacar a Carlos de la cárcel.

Cuando llego a la celda, Carlos está leyendo un libro. Al verme se enfada. Me había olvidado de nuestra última conversación.

-       ¿Qué haces aquí? Pensé que te había quedado claro lo que te había dicho.- no le hago caso y abro la puerta de la celda.

-       Estás libre.- y me voy.

Él se queda mirando la puerta abierta, no puede creerse lo que le he dicho.

Lo dejo allí y vuelvo al despacho de Adrián. Él está sentado en su silla con los codos apoyados en la mesa y con la cabeza escondida en sus manos. Al escucharme entrar se levanta y se acerca.

-       ¿Dónde está tu Romeo?- me pregunta en un tono como si estuviera… ¿celoso?

-       Asimilando que es libre. Sólo quería saber si ya sabes algo de la huella.- mi voz no puede sonar más hueca en estos momentos, la reacción de Carlos al verme ha sido tan devastadora… Sólo quiero sacármelo de la cabeza, mantenerme ocupada con otra cosa.

-       Sí, es de una chica, Ariadna Duque, vendrá en unas horas para ser interrogada.- me enseña una foto de ella con varios papeles sobre su vida, a sus 17 años ya ha cometido un montón de delitos. Esa Ariadna es una buena pieza.

-       Vale, cuando esté aquí llámame. Me voy.

Adrián abre la boca como queriendo decir algo pero al instante la cierra y vuelve a sentarse en su silla.

Yo salgo de la comisaría sin mirar atrás, sin comprobar si Carlos ya ha salido. De camino a casa mi mente sólo tiene un pensamiento, él.

-       ¿Por qué los hombres son tan tontos?- me pregunto en voz alta.

~~~

Me encontraba en la sala de interrogatorios con Adrián y Ariadna. Ella se mordía las uñas nerviosa mientras que nosotros le hacíamos preguntas.

-       ¿Te suena la chica de la foto?- le enseño una foto de Brittany.

-       Nno.- me contesta ella.

Mi pequeña detectiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora