L'amour de mondes diffrents (Pausada hasta nuevo aviso)

4.-Akashi y Furihata

o- Hidari Wakibara es donde transcurre las aventuras de Saiki Kusuo, pero es un lugar inexistente en la vida real. 
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¿Y quien era él a pesar de todo lo que tenía? ¿Quién era a pesar de lo poderoso que podía llegar a ser?

Siempre fue solitario, así como un niño perdido en un día de nieve.

Trataba la mayoría del tiempo aparentar ser alguien que podría soportar todo porque así lo exigía su apellido. Sobre exigiéndose al punto de no llegar a reconocerse y sin poder evitarlo mantenerse al margen de los demás, a pesar de que siempre quiso estar cerca de ellos. Siempre estaba lleno de cosas que hacer, siempre buscaba estar ocupado en algo porque así era requerido, no podía ser de otra forma.

Eso es lo que requería ser un Akashi.

No importaba si sacrificaba su propio bienestar emocional, después de todo las emociones son solo problemas para avanzar, así es como su padre le había enseñado que debían de ser las cosas desde que podía recordar, las enfatizo aún más cuando la única persona que le mostro amor, su madre murió.

El sería el hijo perfecto como exigía su padre, comprendía su lugar en el mundo, entendía que no podía ser débil nunca en su vida.

Sin embargo en el fondo, se sentía tan solo, esa incomodidad de una soledad molesta no se iba. Jamás esta parecía abandonarlo, aunque estuviese lleno de gente a su alrededor, con sus compañeros de básquet, con sus rivales, con las chicas que parecían interesadas en él.

Todo ese vacío tan frio, esa soledad que le congelaba. Es como si mirara todo el mundo a través de un cristal.

Mientras tanto ese agujero que había en su corazón solo aumentaba cada día que pasaba.

Hasta que llegó el, su ángel, su salvación que acogió a ese niño perdido y congelado cubriéndolo con sus alas cálidas y brindándole calor.

Y se aferró a este con todas sus fuerzas, necesitaba tocar, aunque sea un poco de su brillo, un poco de sus alas.

Ese ángel le enseño a ver que no estaría solo, que no necesitaba fingir frialdad y fortaleza a su lado. Ese ángel le brindo su luz, cuando se sintió perdido. Le regalo alas.

Así es como Akashi veía a Furihata, su carácter tan sencillo y humilde, tan normal, tan puro con su estilo de vida. No estaba metido a ser siempre perfecto solo por un apellido que lo ataría de por vida.

Amaba las expresiones de este, era un libro abierto, era completamente diferente a él. En un principio creyó que era curiosidad, pero después supo que no era solo eso y cuando logro darse cuenta de esos sentimientos, en vez de rechazarlos como le exigiría su padre y su posición, admitió ellos sin pudor.
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―Me gustas Kōki, sal conmigo.

El mencionado, quedo con una expresión impactada ¿Era en serio que el capitán de Rakuzan le estaba pidiendo salir con su persona? Se sentía tan irreal.

― ¿Eh? ¿Por qué yo? Di-digo, no es que no sea de mi gusto Akashi-san, solo que...ummm usted debe tener mucha gente que este atraída hacia usted. ―Furihata tenía las mejillas coloradas. Jamás nadie se le había confesado nunca, todo esto era algo que le costaba procesar.

―Has hecho que me dé cuenta del tipo de persona que no quiero ser y creo que solo contigo logro ver lo que quiero, no sé cómo definirlo, soy muy malo para definir las emociones, porque se supone que solo debía velar por las cosas que tuvieran que ver más en lo que concierne a convertirme lo más pronto posible en un hombre útil para mi familia. ―Parpadeo un poco incomodo, al recordar a su padre. ― No me malentiendas, no quiero que te conviertas en mi psicólogo personal ni nada de eso, no quiero una pareja para eso. Simplemente quiero estar a tu lado si me lo permites, de manera sentimental. Me gustaría mucho tener citas contigo y las cosas que conllevan tener un noviazgo. Nada más. Me gustan los sentimientos que me provocas Furihata Kōki.

―Antes debo confesarle, que usted me daba mucho miedo, sobre todo su mirada― Cuando Akashi le dirigió la mirada con curiosidad Furi se sobresaltó. ― Es que, es que...simplemente creo que soy muy sensible a las miradas y la suya me parecía intimidante, sobre todo también me asustó muchísimo cuando atacó a Kagami.

―Lamento eso, no fue mi intención de que te asustaras de aquella manera. Créeme que he cambiado mucho después de ello. ―Tomo las manos del chico de cabellera castaña quien trato de no asustarse esta vez. Aunque ha hablado otras veces con Akashi, la verdad siempre lograba sobresaltarse cuando este le miraba así.

―Está bien, le creo y vamos a intentarlo, digo lo del noviazgo, pero no prometo nada.

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Había que decir que tenían mucha química juntos, cuando estaban juntos el tiempo parecía ir demasiado rápido y en cada beso, en cada caricia sentían que podían ver el paraíso.

No era nada difícil que terminaran teniendo relaciones sexuales en cada encuentro que tuvieran, aunque fuera solo una vez, aunque era mucho más frecuente cuando sus equipos tenían que enfrentarse.

Aunque por muy frio que Akashi se mostrara ante el mundo, con Furihata la cosa cambiaba por completo y más cuando estaban bajo las sábanas.

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Furihata recibió una llamada de su novio la cual atendió al instante haciéndole un gesto a Saiki que lo esperara un momento el cual asintió.

Después de todo este también acababa de hablar con su pareja.

>>Kōki ¿Estas bien? ¿Sabes exactamente donde te han secuestrado?

―Sei, estoy bien, no me han secuestrado, es decir. Creo que no, pero es muy difícil entender lo que a pasado, me lo han explicado, pero aun así es algo confuso. Según sé estoy ahora en Tokio, por Hidari Wakibara por la parte norte, pero no tan al norte.

>>Ese nombre suena como de un lugar inventado ¿Estás seguro que es por allí?

―Si, Sei. Estoy con un chico que se parece mucho a ti, incluso en tu voz llamado Saiki Kusuo quien me dio las indicaciones. Quiere que también que le traigas a su novio que al parecer también quedo en Kyoto.

>>De acuerdo, haré lo posible para llegar lo antes posible a ese lugar y por favor Kōki, prométeme que harás lo posible por mantenerte a salvo hasta que yo llegue, si algo te pasa, no sabría que hacer.

―Haré lo posible, pero Sei...ven pronto. Te extraño.

>>Yo también y haré hasta lo imposible por verte.

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Kūsuke miraba todo en las pantallas que cubrían su habitación, con una sonrisa un poco traviesa y perversa a la vez.

―Pobrecitos, no se preocupen, pronto se verán, pero solo para que se despidan adecuadamente. Ya que luego, se olvidarán completamente de la persona que fue su pareja.

El hermano de Kusuo creía que tendría el control de todo, pero ni siquiera sabia este a que se estaba enfrentando, ni las consecuencias de todo ello.