Capítulo 5: La pasajera

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En mitad del camino de regreso al hangar, la joven se despertó y se alarmó al ver que estaba en movimiento, haciendo que se balanceara, a punto de caer al suelo. Pero el bebé alzó su manita y con sus poderes la devolvió a su asiento frente al mandaloriano, el cual sorprendido detuvo el vehículo.

-Menos mal que esta él, porque si por ti fuera, me habría caído-. Se quejó la muchacha.

Mando sin hacerle caso puso el transporte de nuevo en marcha y continuaron su trayecto por el rocoso y desértico planeta. Unos kilómetros más adelante, después de un largo silencio la joven giró un poco la cabeza para mirar a su compañero.

-¿Dónde esta Cobb?-. Le preguntó con curiosidad.

-Se ha quedado con los suyos-. Le respondió tan seco como siempre.

-Me habría gustado despedirme de él, si no fuera por este dichoso ojo-. Contestó la muchacha.

-Bueno, ya tendrás oportunidad de verle, parecía que te llevabas bien con él-. Se quejó levemente el mandaloriano. La joven se quedó perpleja al oírle.

-No me digas que estás celoso, porque sería raro viniendo de ti-. Se burlo Bal.

Mando le respondió con una tos muy brusca, algo que hizo reír a la joven. La muchacha había dado en el clavo y a él le costaba disimularlo.

Poco tiempo tuvo Balkiara para poder burlarse de su compañero, pues de la nada una cuerda se tensó delante de ellos, haciéndoles caer a la arena. Mando aterrizó bien gracias a su propulsor, la muchacha aturdida pero consciente empujó su cuerpo hacía el niño, para tomarlo entre sus brazos y que no se hiciera ninguna herida. De detrás de las rocas aparecieron unos bandidos armados que atacaron al mandaloriano.

Bal al caerse protegiendo al bebé, se golpeó en la cabeza, algo que uno de los bandidos no desaprovechó, tomó al niño de entre sus brazos y apuntó a la cabeza de la joven con su arma. Mando que se había desecho de los otros, se quedó parado frente al bandido.

-¡Espera!, no le hagas daño a ella o al niño-. Le advirtió el mandaloriano. Bal comenzó a despertarse.-Si les haces una sola marca, no habrá lugar donde puedas esconderte-. Le amenazó molesto.

La joven le miró sorprendida, pensó en levantarse y reducir al bandido, pero sabía que sería mejor que se encargara Mando del asunto, porque si no, el bebé saldría herido.

-Lleguemos a un acuerdo, aquí hay muchas cosas de valor, elige lo que quieras-. Le propuso el mandaloriano.

El bandido miró hacia las pertenencias de estos y luego miró a Mando. Le señaló a él, el hombre entendió que quería su propulsor, este asintió, se lo quitó y lo dejó en el suelo despacio. El atracador, soltó al niño en la arena, enfundó su arma y cogió el propulsor, largándose corriendo. El niño fue a los brazos de Mando.
-¿Estás bien?-. Le preguntó al bebé.

Bal se levantó y cuando estaba a punto de ir tras el bandido, el mandaloriano la detuvo.

-¿Qué haces? ¡Ese desalmado se lleva tu propulsor!-. Exclamó la muchacha molesta.

-No irá muy lejos-. Advirtió el hombre, mientras llevaba su mano a la muñeca y activaba el propulsor, haciendo que el bandido volase y cayera al suelo.

Bal le miró y se empezó a reír, al niño también pareció hacerle gracia, incluso Mando sonrió bajo su casco.

Después del accidentado encuentro, la joven y el mandaloriano cargaron lo que tenían en la speeder destruida y se pusieron en marcha. El calor era cada vez más fuerte, pero por suerte estaba atardeciendo y con la caída de los soles, las temperaturas bajaron.

The Mandalorian (Mando x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora