Todo realmente todo, acaba en tu sonrisa.

Capítulo 10.

¿Miriam? ¿En el hospital?
-¿Que ha pasado?-dije muy alterado.
-No es nada. Estábamos patinando y se ha caido. Creo que se ha roto el píe, aunque no es mucho, lo mejor sería que..
-Vale, vale. Voy para allí- dije alviado.
Bueno, almenos solo era una rotura de píe, como mucho. Yo ya me había imaginado lo peor.El hospital me caía relativamente cerca, así que me volví a meter en el coche y fuí hacía allí lo más rápido que pude. Ya había oscurecido, hacía mucho frío en la calle. Normal, era Febrero. Entré en urgencias y pregunté por Miriam. Me dijieron que estaba en la primera planta, que podía ir para allí, pero que como no era nada de el otro mundo bajaría en cuestión de momentos. Yo, que no pude aguantar, subí hacía allí.
-¿Estás bien, pequeña?
Me la encontré sentada en una cama de hospital, con el píe envenado. Hacía buena cara, tampoco se le veía un sufrimiento extremo en su rostro, pero yo tenía que preguntarle como estaba, si no, yo no podía estar tranquilo. Aunque, ya sabía la respuesta.
-Si cariño, nada de el otro mundo. Estaba patinando y me he caido. He venido al hospital más que nada por precaución.
Le besé la frente.
-Me alegro de que no haya sido nada, cariño.
Volvimos a casa. La cuidé. Tenía un poco de daño en la pierna, así que hize la cena, le dije que se tumbara en la cama.
El día siguiente, decidí explicarle lo de mi padre, haber que le parecía.
-Así pues.. ¿Vas a ayudarlo a salir?- dijo ella mientras desayunaba.
-Si, creo que es una buena idea, como dijo Manci, si no intento hablar con la raíz de el problema, no arreglo nada.
-Me parece genial. Yo también quiero conocerle.
Así pues, al fin y al cabo, no estaba tan solo. Tenia a mi padre, o si más no, le empezaba a tener, y tenía a Miriam de mi parte en el tema de mi padre. Se podría decir que las cosas me iban mejor imposible.