11. Vacile

2 1 0
                                    


NICOLE

Han pasado 2 días desde el beso con Dylan. Me he cruzado un par de veces con él y todas las veces me vacila. Me corta el paso y me mira desafiante y sonriendo con esa sonrisa malévola que tan nerviosa me pone. Hoy voy al instituto, y no tengo ganas para nada. Pero este año es el último, y necesito ir al día y aprobar todo. Termino de tomarme el café y Dylan sale de la habitación.

-¿Lista? -Ni si quiera lo miro. -¿Ahora no me hablas?

-¿Ahora quieres llevarme al instituto? -Dejo el vaso en el fregadero.

-Luke no puede llevarte, así que... -Pongo los ojos en blanco y cojo mi mochila.

-Muy bien.

-¿Sabes? Un gracias no estaría mal. -lo miro y sonrío falsamente.

-Gracias Dylan, es todo un detalle por tu parte.

-Mucho mejor, ¿ves como no cuesta nada? -Dejo de sonreír y voy hasta la puerta dispuesta a salir. Dylan me agarra del brazo y tira de mi. Me pega a él y puedo notar su respiración a escasos centímetros de mi cara.

-¿Que quieres? -Me pongo nerviosa.

-¿Vas a estar así de insoportable todo el tiempo que vivas aquí?

-Contigo si. -Le digo.

-¿Y eso porque?

-Porque te odio. -Suelta una pequeña carcajada. ¿Y este ahora de que se ríe?

-¿Y entonces porque te pones nerviosa cuando te tengo a dos centímetros? -No se que responderle. Me mira los labios e inconscientemente yo también lo hago. Este sonríe y yo temblando me quito de su agarre.

-Tu no me pones nerviosa, me pones enferma.

-En todo caso, te pongo. -Pongo los ojos en blanco y salgo de la casa. Bajamos las escaleras en silencio hasta llegar a su moto. Se monta él primero y luego yo detrás. -Agarrate. -Dice metiendo la llave.

-Ya quisieras. -Me mira de reojo y veo como sonríe. Da un acelerón corto y suelto un grito del susto. -Imbécil. -Le digo.

-Tu decides niña pija, puedes agarrate y evitar caerte, o puedes ser una orgullosa y acabar matandote. -Lo odio, Dios... Lo odio con todas mis fuerzas.

-Te odio Dylan Green. -Finalmente me agarro y este sonríe victorioso.

-Buena elección. -Decido pasar de el todo el camino.

(...)

-¿Seguro que ya estás mejor no? -Pregunta mi mejor amigo.

-Si Al, ya estoy mejor. -Le sonrío.

-¿Y que tal las cosas con tus padres? -Me mira triste.

-No hablo con ellos.

-¿No crees que deberías hacerlo? -Niego.

-No, y dejemos el tema ¿vale? No quiero seguir hablando de ello.

-Esta bien... -Me mira. -Sabes que puedes contar conmigo para todo Nicole...

-Lo sé Alan, tu conmigo también. -Le agarro la mano. Me mira de una manera extraña y luego mira nuestras manos juntas. -¿Que pasa?

-Nicole... -Se pone nervioso. -Hay algo que hace mucho tiempo quiero decirte.... -Dios mío... Dylan iba a tener razón... El pito de un coche lo interrumpe. Bendito Luke... Acaba de salvarme de la situación más incómoda de mi vida.

-Hablamos mañana ¿vale? -Asiente lentamente. Le sonrío y bajo las escaleras hasta llegar al coche de Luke.

-Hola niña pija. -Saluda Luke.

-¿Algún día me llamaras por mi nombre? -Sonríe.

-Tal vez. -Me mira.

-¿Porque no ha venido hoy Dylan? -Este me mira con una ceja levantada.

-¿Que os traeis vosotros dos? -Niego.

-Nada, ¿porque lo preguntas? -Me empiezo a poner nerviosa.

-Porque pareces como decepcionada de que haya venido a recogerte yo en vez de él.

-No, no es eso... Es solo que no aguanto sus idas y venidas de hoy estoy bien contigo, te llevo a clase y luego ni te miro a la cara, es insoportable.

-Si tu lo dices... -No digo nada más, permanezco en silencio todo el camino hasta casa.
Llegamos, y para mí sorpresa, Dylan no está. ¿Otra vez huyendo de mi? Este chico me da dolor de cabeza. Mia sale de la habitación de Luke con una camiseta de él. Viene hasta mi y me saluda.

-¡Hola Nicole! -Sonríe. Entiendo perfectamente porque Luke está pillado de esta chica, si yo fuera un chico me fijaría seguro. Es alta, su pelo es pelirrojo y tiene los ojos claros. Tiene un cuerpo que me encantaria poder tener y es tan simpática que cae bien a todo el mundo.

-¿Que tal? -Le digo sonriendo.

-Muy bien la verdad, no me puedo quejar.

-Me alegro muchisimo.

-Oye Nicole, el viernes vamos a una fiesta en casa de unos amigos mios, ¿quieres venir?

-Mia... Las fiestas no son lo mío... -Le digo.

-¿Pero que dices? las fiestas son de todo el mundo... Venga porfa vente... -Junta sus manos y pone pucheros.

-No seas muermo Nicole... -Luke agarra a Mia por la cintura y apoya su cabeza en su hombro. Esta sonríe y le da un beso en la mejilla.

-Vale... Está bien. -Asiento finalmente. Mia suelta un pequeño grito de alegría. -Pero no tengo aquí ningún vestido de fiesta...

-Yo te puedo dejar alguno, por eso no hay problemas. -Me sonríe.

-Vale... -Digo no muy segura, y le devuelvo la sonrisa.

-Y ahora, después de esta charla... -Agarra a Mia por las piernas y la carga como si fuese un saco de patatas. Ella comienza a reírse y no puedo evitar soltar una carcajada.

-¡Bajame estúpido! -Le grita entre risas. Este se ríe y se mete en la habitación con ella aún sobre sus hombros. Niego mientras río. Cierran la puerta y me quedo sola en el salón. Voy a mi habitación y cierro la puerta. No puedo evitar pensar en mis padres... ¿Que estarán haciendo? ¿Se acordarán de mi? Pues claro que no... Desde el día del hospital no han vuelto a ponerse en contacto conmigo. Dejo mis pensamientos a un lado, y me meto en la ducha. Necesito despejarme...

Una vez acabo de ducharme, me pongo el pijama y saco los libros de mi maleta. Necesito estudiar, tengo un examen la semana que viene y aún no he estudiado nada... Se que este año mis notas van a bajar, pero juro por mi vida que hago lo que puedo... Pero no hacen más que surgir problemas tras problemas y así es imposible... Después de pasarme lo que parece una eternidad estudiando, Dylan aparece en mis pensamientos. ¿Habrá llegado ya? Dejo los libros a un lado, y salgo de la habitación, cuando entro en la suya, veo que no está. ¿Donde se ha metido? Ya casi es de noche... ¿Y a mí que me importa? Por mi como si se lo traga la tierra. Cierro la puerta de su habitación y vuelvo a la mia. Me tiro en la cama y voy notando como mis ojos se van cerrando poco a poco hasta que me quedo dormida.

Unos ruidos me despiertan. Miro el reloj, las 2 de la mañana... ¿Que coño? Otro ruido... Muerta de miedo, cojo lo primero que veo, una percha y salgo de mi habitación lentamente. Casi me da un infarto cuando veo a Dylan sentado en el suelo y llenando este de sangre.

-¿Dylan? -Susurro nerviosa. Este levanta la cabeza y suelto un grito de espanto. Tiene un ojo hinchado y su nariz y su labio están sangrando. Me tapo la boca. -Dios....

Enamorada de un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora