Siglo XXI.
Daegu.
30Km al Norte.
En algún motel de mala muerte de la carretera a las 19 horas...
—Por Dios, no es momento —exclamó sin medirse, seguro de que nadie más le ha oído al haberse asegurado de la ausencia de personas en el lugar.
Dato curioso que aprovechó su compañero para patear la puerta por la que ingresó a la habitación, expeliendo la misma fiereza por los poros, y con esa actitud la azotó, dispuesto a iniciar una conversación tranquila o una discusión.
—¿Entonces cuando? —preguntó, cruzado de brazos, asegurándose de bloquear la única salida con el cuerpo—. Haz aplazado esta conversación desde hace tres semanas. Deja de ser un cobarde y enfréntame.
—¿Qué te enfrente? —Yoongi le encaró al fin, esbozando una petulante sonrisa y también se cruzó de brazos sin disimular su enojo—. Okay. Adelante ¿Qué quieres decirme ahora?
—Quiero un bebé.
Cual alfiler que lo molesta con insistencia, Jimin notó el párpado del otro tener un tic a la vez que aprieta los labios.
—¿Por qué?
—¿Qué clase de pregunta es esa? —le devolvió en el mismo tono—. Ya habíamos hablado de esto. Me dijiste que también querías formar una familia.
—Ahí lo tienes entonces. Vendrá cuando deba venir —hizo un movimiento de mano al aire, descartando el tema como si fuera tan sencillo.
Jimin apretó los dientes antes de sisear—: Jodido imbécil. Eso dijiste hace cuatro años, no veo que estés muy empeñado en que suceda.
Sólo recordar todas las veces en que su pareja siempre llegaba con algún paquete nuevo de preservativos, o cuando comenzó a probar métodos hormonales por su cuenta hasta meterlo a él también en eso hacia un par de años, le revolvieron el estómago.
—¿Y qué quieres que te diga?
Pero no era momento para iniciar una pelea. Debía pensar fríamente para poder ser escuchado y comprendido, eso sí quería que Yoongi dejase de estar a la defensiva. En base a ello, inhalo profundo, buscando destensarse aunque fuera un poco. Cuando sintió el nudo en su garganta disminuir, estuvo listo para hablar.
—Lo que piensas al respecto ahora —dijo con tranquilidad, aunque el agravio en su voz dejaba mucho que desear—. Si también quieres o las ideas que pasan por tu cabeza. Quiero un bebé, quiero que tengamos uno ¿Por qué te enojas con el tema?
—¿Estás embarazado? —soltó deliberadamente.
Jimin, pesé a que la respuesta le seguía calando en el fondo y a que la sabía perfectamente, se forzó a musitar con resentimiento brillando en los ojos de distinto matiz, tan diferentes entre el castaño derecho y el verde izquierdo, pero reflejando el mismo sentimiento desde lo profundo. Una pizca de desaliento flotó entre el par de letras.
—No.
Tal vez lo que más le dolió fue el hecho de que su pareja, el hombre que también portaba una argolla de oro rosa en el dedo anular, se hubiera mostrado tan relajado con su respuesta. Jimin odiaba sentirse así.
—¿Entonces por qué sigues insistiendo? —guardó silencio tratando de procesar qué más decir, dándole tiempo suficiente para que Yoongi se refregara la cara con las manos hasta apretarse el puente de la nariz—. ¿Eres consciente de que has elegido el peor momento para hablar de esto? Estamos en medio de una investigación. Podemos hablarlo en casa cuando todo termine.
ESTÁS LEYENDO
This life isn't mine! / YoonMin
FantasyEl rey Min tenía todo desde que había nacido. Poder, riquezas, los mejores alimentos, personas dispuestas a satisfacer sus necesidades y cualquier cosa que deseara. Aunque si le preguntaban, él fácilmente respondería que lo mejor era tener al doncel...