Cuento de hadas

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Advertencias: AU sin Quirks, mafia, muertes.

Midoriya Izuku no había tenia más opción que escapar y no era simplemente irse de su casa o de la ciudad, estaba en una situación tan vulnerable que su abuela Chiyo le ayudó a huír a donde eran originarios los abuelos de la misma, Rusia, más específicamente a una cabaña en el Bosque Rojo de Kubán a unos kilómetros de la ciudad de Krasnodar al suroeste del país, confiaba que el espeso bosque protegiera a su nieto además de la deidad que allí habitaba, sabía que era arriesgado enviarlo allí pero Izuku estaba más seguro viviendo cerca de Baba Yaga que a la vista del líder Yakuza que se había obsesionado con él. Con una bendición y un beso en la frente se despidió de su único familiar con vida en Japón, quien estaba reticente a dejarla sola, tuvo que darle un jalón de oreja al muchacho indicándole que ella estaría bien, que no la subestimara y que se volverían a ver cuando las aguas se calmaran, con lagrimas en los ojos el peliverde grabó en su memoria la imagen borrosa de su abuela antes de perderla de vista mientras se alejaba por los pasillos para abordar. Luego de casi un día tomando vuelos erráticos para despistar, subiendo a trenes y tomando autos al fin estaba frente a la cabaña que le había relatado su abuela, tuvo que caminar media hora para llegar a ella ya que el taxista se había negado a acercarse, debido a que él no estaba "bendecido" o lo que sea que eso significara en Ruso, talvez debió aprender un poco mejor el idioma pero todo había pasado tan de repente que apenas y tuvo tiempo de hacer algo, la vivienda se veía bien, según su abuela los familiares que residían en ese país enviaban un par de veces al año a alguien para hacerle mantenimiento y que los había contactado para que dejaran los enceres necesarios para estar allí durante una temporada larga, revisó sobre el marco de la puerta y encontró la llave, una vez que ingresó encendió las luces, observo el lugar, el cual era bastante acogedor y agradable, totalmente rustico pero con todo lo necesario para estar cómodo, no había televisión pero si un montón de libros, en el centro de la mesa del pequeño comedor había un teléfono celular, supuso que su abuela lo había pedido, le sorprendió enormemente ver que había conexión Wi-Fi, encontró el router en la pared de la sala, le pareció perfecto ya que así podría conseguir algún trabajo en línea, no quería subsistir de su abuela y los familiares que nunca había conocido. Le sorprendió que el clima era bastante agradable, el clima estaba frio y algo húmedo pero nada excepcional, salió a dar una vuelta por el bosque, la vegetación era distinta a la de Japón, árboles delgados se extendían hacia al cielo, notó que no ese oían ruidos animales, sólo el sonido sibilante del viento al pasar por las ramas, exploró los alrededores un par de horas y decidió volver antes de que el sol se ocultase, logró escuchar el galope de un caballo, volteó hacia todas las direcciones pero el sonido era envolvente y no podía determinar de donde se originaba, asustado corrió el trayecto que quedaba hasta la cabaña, se encerró rápidamente y mantuvo las luces apagadas, se agazapo en una esquina en pánico, "¿Y si ya lo había encontrado? ¿Cómo pudo hacerlo tan rápido? Realmente había sido un completo estúpido al pensar que podía huir", volvió a escuchar los cascos del animal nuevamente, no sabía cuanto tiempo había pasado pero notó que anocheció, se levantó lentamente, sus músculos estaban engarrotados y le costó un poco caminar con normalidad, con sigilo se acercó a las ventanas esperando encontrar algo afuera, su cuerpo temblaba y aún después de corroborar que nada (que el pudiese ver) estuviera afuera de la casa el miedo no cesó del todo, y no lo haría, a pesar de los kilómetros que le separaban de su acosador no podía sentirse seguro, no se había sentido así desde que todo comenzó, lo cual sucedió exactamente hace un año. Había seguido los pasos de su difunta madre y su abuela estudiando enfermería, trabajando en el área de geriatría, a veces ofrecía servicios particulares a los enfermos, así fue como conoció a ese ser, a través de un paciente de 90 años que había sido internado unos días en el hospital donde trabajaba, el señor quedó tan encantado con sus cuidados que le preguntó si podía ser su enfermero personal, el peliverde no tuvo problema con ello aunque lo que no sabía es que aquel amable viejecito había sido jefe de un clan Yakuza, que ahora era manejado por su hijo, quien lo miraba como si fuese un objeto a su disposición cada vez que estaba es su campo visual, aunque sentía las bolas en la garganta cada vez que lo rechazaba no dejaba que este cruzara los limites con él, lo que sólo obsesionó más a Shigaraki, o como era conocido en el bajo mundo "All for one", no dejaba de intentar que Izuku se acostara con él, tiempo después incluso le propuso "unirse" a la familia, algo muy similar a casarse debido al contexto, el peliverde nunca dio su brazo a torcer no importa cuantos regalos le comprara el no aceptaba ninguno, después comenzaron las amenazas disfrazadas "Sería una pena que..." "No deberías de..." "Jamás tendrías problemas si...", cuando su paciente falleció por causas naturales, Izuku fue a presentar su respetos siendo la última vez que volvería a ver a ese hombre desagradable, no esperó ser capturado y si no fuese porque sus captores no esperaban que aquel inocente enfermero llevara gas pimienta y un taser con él, ambos ilegales en el país, no la contaría, escapó hasta la casa de su abuela con quien había hablado muchas veces de la situación, de hecho ella le había regalado los aparatos de defensa ante la testarudez de su nieto de renunciar a ese trabajo, mientras estuvo allí tomaron la opción de ultimo minuto de que escapara a Rusia. Volviendo al lugar donde ahora estaba, le tomó un par de semanas acostumbrarse a los raros sonidos del bosque, como el sonar de los cascos equinos tres veces al día y la ausencia de vida no vegetal, un día salió de la cabaña a recolectar unas rosas azules que crecían cerca de esta, eran muy exóticas y le gustaba ponerlas en un florero, cuando llegó casi profirió un grito al ver una figura agazapada frente a un rosal.

BNHATOBER 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora