Cuando Te Vuelva A Ver (En Curso)

🍂Capítulo 18🍂

Estoy tirado en uno de los sofás de la sala de espera de la UCI, cuando mi madre llega con un sándwich, jugo y ropa limpia, pronto va a amanecer, me he quedado fijo en esta sala, cerca de la puerta donde está mi amigo. Mis padres me dicen que por ahora no podría verlo, su estado es muy delicado y solo hay personal médico monitoreando cada inhalación y exhalación de su cuerpo.

Algunos compañeros se han marchado, otros han decidido pernoctar acá, la verdad no tengo apetito y aunque estoy cansado me niego a dormir.

— Hijo debes comer algo, te puedes enfermar y no es lo que queremos — mi madre me habla con paciencia mientras deja a mi lado lo que me ha traído

— Ahora no tengo apetito mami, acepto el jugo y la ropa, nada más — me siento pequeño con ella y no me importa que me vean como un niño mimado

— Tus compañeros han comido ya, lo dejaré aquí por si cambias de parecer — me besa la frente y suspira — tienes que descansar hijo, Tatiana está con tu hermana en casa, vendrán en la mañana a quedarse para que puedas ir a dormir

— De aquí no me voy a mover mamá, todos se pueden ir a descansar si quieren, pero yo no — respondo agotado

Pasa un rato y yo sigo allí en el sofá con un terrible dolor de cabeza, supongo que es la deshidratación por tanto llorar y el cansancio de no haber dormido en unas veinticuatro horas, esto es lo que me espera cuando sea médico como mis padres. Bebo la mitad del jugo que mi madre ha dejado y me recuesto del sofá, comienzo a sentirme somnoliento, mis extremidades no responde, todo se ha vuelto negro.

Theo ayúdame...
Sácame de aquí...
Tengo miedo, no quiero morir…

Corro, corro rápido, mis pies están descalzos, no siento dolor ni cansancio por el esfuerzo, llego hasta su puerta buscándolo y allí están, todos al rededor de un ataúd, lloran desconsoladamente, me acerco y allí está mi amigo con su rostro amoratado, con sus labios pálidos y sin esa sonrisa que tanto lo caracteriza.

No puedo respirar
Esto no puede ser verdad
Él no está allí

Corro de nuevo pero no logro salir de la sala, me desespero, es inútil, sigo sin salir de ese lugar

Theo…
Theo…

— Theo despierta! — Tatiana me sacude por los hombros

— Fue una pesadilla, solo es fue una pesadilla — digo mientras la abrazo

— Estabas teniendo una pesadilla cariño, todo está bien — mi madre acaricia mi espalda buscando la calma que no encuentro desde que mi amigo me llamó

Me separo de Tatiana y noto que estoy empapado en sudor, mi pecho duele y mi respiración es un desastre

— Tienes que comer algo Theo, son muchas horas las que llevas sin alimentarte — mi novia seca el sudor de mi cara y yo caigo en cuenta de algo

— ¿Me drogaste? — le pregunto a mi mamá

— Si no comías, por lo menos debías descansar, no quiero que tú cuerpo colapse por el cansancio y falta de alimentación, así no ayudas en nada Theodoro

— Pudo haberle pasado algo a Andrew mientras dormía — reprocho molesto

— No le ha pasado nada, tu padre ha estado al pendiente, no agregues una preocupación más por favor — su voz se quiebra y me siento fatal

— Lo siento mamá, de verdad lo siento, yo solo estoy asustado

— Todos lo estamos y dejando de comer y dormir no ayudas

— Hazle caso a tu madre, come algo y ve a ducharte, te he traído ropa

Mientras voy a la habitación de mis padres en el hospital, pienso en lo drástico que ha cambiado mi vida las últimas horas. Mi noviazgo con Tatiana, nuestra primera vez, la primera pelea con mi amigo y está pesadilla.

Lo único que hemos sabido del atacante es que, es homofóbico, ya había atacado antes a otros chicos de otras escuelas, en otros estados, las autoridades no habían puesto sus ojos sobre él porque los ataques los tomaban como simples peleas de estudiantes, mi amigo fue el desafortunado que llevó la peor parte.

Mantengo la cabeza gacha y los ojos cerrados mientras el agua cae sobre mí, por más que trate de no rememorar lo pasado, me es imposible. Termino de ducharme y vestirme para salir de nuevo a la sala de espera cuando la voz de Tess me detiene:

— Me llamó y no contesté porque esperaba la llamada de Anthony — su voz se quiebra y el sollozo que le sigue es desgarrador — insistió muchas veces y lo ignoré por alguien que no sabía si llamaría o no

La abrazo sin decir una sola palabra, se siente culpable como yo, a pesar de defenderlo por nuestra pelea, ella también pasó de él. ¿Que egoístas y estúpidos fuimos?

— No es tu culpa, no es tu culpa — susurro pegado a su cabeza

— No me perdonaré nunca si llega a morir

— shuuuu, eso no va a pasar — consuelo a mi hermana, mi respuesta es para ambos porque es el mayor temor que tengo ahora

He perdido la cuenta de las horas que llevo sentado en este sofá, he comido todo lo que mi madre y Tatiana me traen sin objetar, mi padre va y viene infinidades de veces a monitorear a mi amigo, sus ojos se muestran cansados, pero su sonrisa confirma que de allí no se moverá. Los padres de Andrew han estado con mamá la mayoría del tiempo, los de Tatiana van y vienen apoyando también en lo que pueden.

🍂

Una semana, ha pasado una semanas desde el ataque y Andrew no quiere abrir los ojos, papá me dice que su cerebro estaba muy inflamado por los golpes que recibió y el coma era lo mejor. El único consuelo es que nos dejarán verlo, sus padres irán primero, solo cinco minutos nos darán.

Espero impaciente mi turno, las tres mujeres de mi vida solo me miran sin decirme nada, acompañándome en mi desesperante espera. Cuando por fin logro entrar mi padre me retiene

— Hijo, antes de entrar, debes saber que a la persona que verás allí, detrás de esos golpes, vendajes y cables, es tu hermano, te pido mantengas la compostura y no te alteres

Asiento con miedo de lo que veré y sigo mi camino. Mis pies se quedan clavados al piso cuando veo la cantidad de máquinas, cables y dispositivos médicos a su lado, mi amigo tiene la cabeza completamente vendada, su rostro es una mezcla de colores verde y púrpura, su ojo izquierdo está tapado con un parche y su labio inferior tiene sutura, su cuello muestra las marcas del intento de estrangulación, sus manos y brazos tienen cortadas poco profundas, pero son señales de que luchó por su vida e intentó protegerse del agresivo ataque. Me acerco, mis labios tiemblan, comienzo a llorar por el dolor que me causa verlo en esa cama en tan mal estado, quiero tocarlo pero siento que en estos momentos es frágil. Mi mejor amigo, mi único hermano, está luchando por su vida, escucho el sonido del respirador y mi pecho se aprieta

— Hijo, ya debes salir

— ¿Puedo besar su frente?

— No deberías hijo, entiende que…

— Por favor papá — suplico interrumpiendo

— Está bien, que sea rápido — acepta apretando mi hombro

Bajo mi tapabocas y beso su frente rápidamente, se siente frío, demasiado frío, me cubro y despido por ahora

— Pronto estaremos juntos hermano

Con la imagen de Andrew en esa cama y su diagnóstico me voy al mismo sofá que he ocupado hace una semana a esperar que su estado mejore, se que lo hará, saldrá de ésta porque es un ganador.