🍂 Capítulo 19🍂

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Tatiana

Dos semanas y media... eso es lo que llevamos esperando la recuperación de Andrew. Semanas en las que he visto a mi novio llorar y no descansar en ese sofá de la sala de espera.

Ha sido poco lo que hemos compartido como novios él y yo, en realidad es un poco absurdo y egoísta pensar en estos momentos en besos y mimos de novios cuando su mejor amigo, mejor dicho, su hermano está en estado crítico. Pero me hace falta besarlo y abrazarlo, no quiero que me tome por insensible.

— Tatiana, querida — mi ahora suegra se dirige a mi — ¿Puedes convencer a Theo de ir a casa a descansar?

— No ha querido comer hoy — respondo con pesar — no creo que quiera irse a casa

— ¿Puedes intentarlo? Que descanse unas horas y luego regrese, no quiero verme obligada a dormirlo de nuevo

— Lo voy a intentar, pero si no accede, puede volver a doparlo — le digo lo último en un susurro

Mi suegra se va de nuevo a su consultorio y yo miro a mi novio quien está recostado del sofá mirando la puerta de la UCI, se lo preocupado que es y lo sobreprotector con todos y esto se que lo tiene con los nervios colapsados. Camino hacia él y le acaricio el cabello, me mira y sonríe

— Cariño, necesitas descansar y comer bien, no puedes mantenerte solo con Gatorade — le digo en tono suave y el solo me mira

— Podemos ir a casa a descansar, a cambiarnos de ropa y volver — la sugerencia lo hace moverse y volver a mirar la puerta — si no lo haces tus padres volverán a doparte

Esta vez me mira con recelo y tensa su mandíbula, se que no tomó bien eso la vez anterior, pero no le queda de otra que colaborar.

— ¿Es tan difícil entender que no quiero irme de aquí? — su tono es duro y me sorprende pero no le demuestro que me afecta

— Lo entiendo y también entiendo a tus padres al querer cuidarte de que termines enfermo por no comer bien, ni descansar lo suficiente — le respondo en el mundo tono y me alejo de él

— Tatiana, lo siento — se levanta para alcanzarme pero lo freno — pequeña no quise ser duro contigo

— Que no se te olvide que Andrew también es mi amigo y me mantengo saludable y descansada para cuando requiera cuidados extras, allí estaré yo para hacerlo, y si sigues cómo vas también tendremos que hospitalizarte a ti por tu necedad

— Yo estoy bien, me siento bien, no tienes porque preocuparte

No termina de hablar, lo veo palidecer y lleva sus manos a la cara, está mareado, el cansancio es evidente. Lo miro molesta y salgo de la sala dejándolo allí parado para irme a mi casa sola.

Ya en el estacionamiento entro al coche de mamá, me recuesto del volante y grito de frustración, no soporto el Theo mal criado y odioso. Paso el swiche encendiendo el auto, las luces alumbran a alguien delante de mi coche y es él, luce arrepentido, se pasa una mano por el cabello repetidas veces, pero no se mueve del lugar, así que tocó la corneta del coche haciéndolo saltar del susto. Se acerca a mi ventana y bajo la ventanilla para escuchar lo que tiene que decir

— Preciosa, perdóname — está doblado a la altura de la ventanilla mirándome como borreguito — estoy realmente agotado, no quise hablarte de esa manera, iré contigo a casa

— Sube — es lo único que voy a decirle hasta llegar a casa

Da la vuelta hasta la otra puerta, entra se coloca en cinturón y me mira esperando que diga algo. Salgo del hospital en silencio, no lo miro, no le hablo, pero se que el si me mira.

Cuando Te Vuelva A Ver  (En Curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora