Cuando Te Vuelva A Ver (En Curso)

Regalo de Navidad

25 de Diciembre 1997

La claridad se cuela por mi ventana haciendo que cierre con más fuerza mis ojos, es molesto, debí olvidar correr las cortinas, me tapo con mi manta hasta la cabeza para seguir durmiendo, pero no puedo, hay gritos y risas que no sé de dónde vienen, no tenemos vecinos así que algo debe estar pasando. Escucho pasos que se acercan, abren mi puerta y algo pesado cae sobre mi que me deja sin aire.

—¡THEODORO LEVÁNTATE, SANTA DEJÓ REGALOS! — grita mi hermana con tanta fuerza que me retumba los oídos

Theresa es mi hermana mayor por dos años, ella tiene diez y yo ocho, aunque no lo parezca, Tess es de más baja estatura que yo a pesar de ser la mayor, es delgada, de cabello lacio y castaño como sus ojos, igual a los ojos de nuestra madre.

Navidad y cumpleaños son sus festividades favoritas porque siempre recibe regalos, por eso tanta efusividad tan temprano..

—¿Por qué siempre tienes que gritar Tess? — le reprocho de mala gana aún sin quitar la manta de mi cabeza

— ¡Aish que amargado eres Theo! Levántate que quiero que abramos nuestros regalos juntos — me comienza a sacudir

Me quito la manta y la aparto, salgo directo al baño y ella se queda sobre mi cama esperando. Mientras me lavo los dientes escucho otra vez risas escandalosas y gritos de diversión que vienen de algún lugar que no es mi casa.

Salgo del baño y me sorprende ver a mi hermana parada frente a mi ventana mirando algo afuera con una gran sonrisa y me acerco para saber qué está mirando con tanto interés.

—¿Qué miras? — mi pregunta la hace brincar, me mira y sonríe

— ¡Tenemos vecinos! — contesta alegremente

Observo a la misma dirección que ella y veo a dos adultos de mediana edad, podría decir que la misma de mis padres, una mujer castaña de cabello hasta su barbilla y ojos café muy bonitos, el hombre es alto como papá y fornido de cabellos negros y ojos marrones, ellos están sentados en una silla riendo, mientras ven a sus hijos jugar, hay un chico como de unos doce o más sujetando a una niña que tiene unos patines de cuatro ruedas. Me doy cuenta que la está enseñando, ella se aferra fuerte a las manos de su hermano y no deja de reír cuando sus piernas se doblan como un cervatillo recién nacido y está a punto de caer.

— ¿Desde cuándo?

—Me acabo de dar cuenta, no sabía que teníamos vecinos, le voy a preguntar a mamá — responde ella en tono curioso

— Chicos se cambian el pijama y bajan a desayunar, ¡tenemos visita! — nos avisa mamá con entusiasmo en la puerta de mi habitación, ambos nos miramos con curiosidad

— Seguro es la tía Margaret con los primos, ¡ay noooo! — dice Tess con horror agarrando su cabeza, pero rápido cambia de actitud — ¿mamá sabías que tenemos vecinos?

— Claro. No se tarden chicos, los espero en diez minutos abajo — nos deja solos y Tess corre como cabra loca a su habitación

La tía Margaret es la única hermana de mi mamá y tiene dos hijos que son una pesadilla, mi prima Meg siempre anda compitiendo con Tess a ver quién es la más bella o la más popular y Mike es también un creído que cree que tiene el mundo a sus pies. La tía se casó con un hombre empresario de mucho dinero que nunca está con ellos y solo los llena de regalos para compensar su ausencia. Aunque papá tiene más dinero que el esposo de la tía Margaret, nosotros no somos para nada mal criados, mamá y papá han sido los mejores al educarnos aunque estén siempre ocupados en sus trabajos.

Mi madre es pediatra y papá es cardiólogo, siempre están salvando vidas en el hospital, nosotros entendemos su trabajo y nunca nos enojamos ni le pedimos regalos ostentosos para compensar sus ausencias. Tenemos una nana que siempre nos acompaña y nos cuida mientras ellos están siendo héroes en el hospital de la ciudad.