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No puede ser, tenía que ser ella.

-Hola, Kara.

-Cuando supe que estabas en la enfermería vine enseguida, estaba preocupada por lo que te pasó, dime, ¿cómo estás?, ¿estas herido?

-Yo...

-Déjame ayudarte, mira, te traje unos caramelos, sé que son tus favoritos.

-Ahh, sí.- Odio esos tontos caramelos de Ciervo negro.

(Los caramelos de Ciervo negro como Tristán lo llama son de un árbol del mismo nombre, su sabia es utilizado para hacer caramelos, pero son para adultos, ya que consumir demasiados en un día te deja un sabor amargo y te droga).

Lo mencioné una vez por azar y ahora es lo único que me trae. Por dios, está chica es un caso.

-Oye, Kara. 

-¿Sí?- Me mira con sus ojos amarillos. Sí, así es, ella no es una humana, es del mundo de "los gatos" como le llamamos aquí, es solo que se asemeja a nuestras mascotas. Su pelaje es blanco y sus ojos son de unos amarillos intensos, ademas, para ser de otra especie y otro mundo es muy bonita, solamente que...-Puedes decirme lo que quieras caramelito, soy toda oidos. -Un poco empalagosa.

-en estos momentos me siento realmente mal, así que me gustaría estar solo por hoy, si no te importa.

Se queda pensativa. Yo solo espero su respuesta.

-A-ah, es-stá bien, supongo que es cierto. Seguramente vine en un mal momento y...

-En realidad sí.- digo sin más. Ella se pone triste enseguida. No me gusta tratar a una persona así, pero le deje en claro lo que somos.

-Sabes que no te puedes sobrepasar, ya hablamos de esto. Agradezco tu visita pero tomas ventaja de la situación.

-No estoy tomando ventaja, y sí Tristán, me quedó muy claro lo de la última vez...pero, es solo que...

-Kara. Por favor vete.

Solo me mira con lágrimas apunto de salir de sus ojos, toma sus cosas dejando los caramelos y se va.

-Ufff. -Suelto un suspiro. No creí que ella viniera, ni siquiera se me pasó por la cabeza.

La única mujer es Jenner. Espero con ansias que me venga a ver, aunque...no me gustaría que me viera en este estado.

Miro los dulces que me trajo Kara, los odio, ni me gustan pero no puedo tirarlos, su proceso para convertirse en caramelos es muy largo, además son jodidamente caros. Pues claro, la princesa de ese mundo lo tiene todo gratis. 

Aún recuerdo cuando la conocí, cómo es qué termino todo de esta forma.

Cuando la conocí fue en los entrenamientos, ella llegó siete años después a Ungarth, era un nuevo mundo adquirido a este, era la única en su clase, en ese entonces junto con Jordan teníamos un grupito de amigos así que integramos con nosotros. Al principio todo era normal, una amistad común, hasta que en un día ella se declaró, se enamoró de mi y ahí fue todo incómodo. Fue así porque trataba de conquistarme día tras día, yo no podía verla como algo más, era una amiga y apreciaba mucho su amistad. Hablé con ella una vez, pareció entenderlo pero eso fue nada más el comienzo. Antes de saber de la profecía me gustaron un par de chicas, oh dios, ellas no merecían lo que le hizo Kara. 


-Bueeeenas.- Levanto la mirada.

-¡Jenner! - me incorporo rápidamente olvidándome de las heridas.- Aauuch.

-Oye, tranquilo. No te muevas, estás muy herido.- Se acerca a auxiliarme.

-Sí viniste.

-Obviamente, pensé que estarías más grave pero veo que son rasguños y moretones.

-No, son heridas de Guerra.

-Qué exagerado, dejame verlas, me da curiosidad.

Ni lo dudo y levanto mi playera. Ella se sonroja al instante, ¿por qué...?

-...E-está bien, eso si es feo. 

-¿Te sientes mal?

-¿Qué?, ¿Por qué lo dices?

- Es solo que tienes la cara roja, si quieres le hablo a la enfermera.

-Aaa-ah no, no, no, no, es solo un subidón de energía.

-¿Un subidón de energía?- eso es raro, nunca he escuchado eso.

-Bueno...

Espero pacientemente a qué diga más cosas.

-...

-Me voy.- se voltea y camina hacia la puerta.

¿Qué?, ¿Por qué se va tan rápido?

-Acabas de llegar, no te vayas, quedate conmigo.


Ella no me hace caso, sigue alejandose.

-¡Jeeeeener!

-Ay, no grites así, ya voy, ya voy. 

Sonrio triunfante, ella se sienta en la cama contraria a mi. 

-Estaré un rato más, Amelia fue a ver qué es lo que te pasó, por cierto, cuentáme, ¿te peleaste?

No le puedo decir que casi mato a alguien, es como decirle a tu madre que fumaste, se decepcionara, y a la última persona que quiero contarle es a ella. La mantendré a salvo incluso de mi.

-Fue un accidente, los rasguños y algunos moratones son de las peleas que pide el entrenamiento, la razón de mi desmayo fue porque choque con un árbol jajajaja.

-¿En serio? JAJAJAJA, eres todo un despidtado, ¿cómo es que no te diste cuenta?

-De verdad, ya estaba en los últimos minutos cuando pasó, fue toda una locura jajajaja.

-Ya lo creo jajajja.- ay, dios. Su risa  me derrite el corazón.

-¿Dónde está él? Tengo que hablar con el.

Escucho la voz de Amelia, volteo y veo que se acerca muy enojada y a un enfermero un poco molesto por su intromisión repentina.  No pude ser, lo sabe, lo sabe, estoy perdido pero...Jenne no se debe enterar.


-Ameliaaa, creo que ya te dijeron de mi choque con el árbol.- miro de reojo a Jenner para que entienda la indirecta. Ella lo eniende y cambia un poco su expresión.

-Eres un tonto, casi arruinas todo. Por suerte hable con el comandante y dijo que hasta haora todo estaba bien, pero tendrás un castigo.

-¿un castigo?- pregunta Jenner.

¡Rayos! ¿Cómo le explico?

-Estemmm...

-¿no te lo contó? él no solo se lastimpo asi mismo, hubo implicado otro compañero. 






¿Ella es la princesa perdida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora