1r día de convivencia

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I

Emma entró en la mansión Mills con dos cafés y un chocolate caliente recién recogidos de Granny's. Regina salió de la cocina, quitándose el delantal por el camino, y Henry bajó las escaleras a toda velocidad para recibir a su madre.

"Vengo de hablar con Greg Mendell en el hospital" informó la rubia.

"¿El conductor?" preguntó Regina.

"En efecto" le ofreció uno de los cafés y la alcaldesa lo aceptó sentándose en el sofá del salón, seguida por Emma y Henry. "Me he presentado como la sheriff y le he hecho algunas preguntas, pero no suelta prenda" dio un sorbo de su café y prosiguió. "Dijo que se distrajo de la carretera por mirar el teléfono, pero no me lo trago. Gold dijo que justo había creado una bola de fuego cuando ese coche casi lo arrolla, no me parece coincidencia" Regina y Henry la observaban expectantes, sin decir una sola palabra con tal de no interrumpir, ojos muy abiertos y totalmente metidos en el relato. Quien le hubiera dicho que esos dos no eran madre e hijo mentía. "¿Mi teoría?" continuó narrando. "Greg vio la magia de Rumple, se asustó y perdió el control del volante"

"Eso no es bueno, ¿dónde está ahora?" indagó la morena.

"No lo sé, le han dado el alta y dijo que tenía algo importante que hacer. Quizás fue a-" el sonido del timbre de la casa la interrumpió.

Las dos mujeres se miraron confusas, no esperaban a nadie. Regina envió a Henry a su habitación pero este no hizo caso, no fue hasta que Emma se lo pidió que subió obedientemente. A Regina se le partió el alma en dos, pero prefirió ignorarlo a autotorturarse con el asunto. Ambas mujeres se dirigieron a la entrada y Regina abrió la puerta, encontrándose de frente con un hombre no demasiado alto, con poco cabello y pálido.

"¡Greg!" exclamó Emma cuando le vio. "¿Esto... es lo que tenía que hacer? ¿El lugar importante al qué ir?" se extrañó.

"La verdad es que sí, quería hablar con la alcaldesa en persona sobre unos asuntos. ¿Qué hace usted aquí sheriff?" preguntó el hombre.

"Vivo aquí" la respuesta le salió tan natural que cualquiera hubiera dicho que llevaba años viviendo con Regina.

"No lo comprendo... ¿ustedes viven juntas?"

La pregunta no pilló a Emma por sorpresa, sabía que después de su estropicio admitiendo que vivía en la mansión el hombre iba a querer indagar. ¿Cómo iba a explicarle ahora que la sheriff y la alcaldesa vivían juntas? No podía decirle que era por Henry, miles de personas compartían custodias sin vivir juntas, no tendría sentido. Miró a Regina en busca de apoyo y respuestas, pero recibió la misma mirada de pánico en los ojos de la morena. Emma tragó con fuerza y miró al hombre que esperaba impaciente en el porche, preguntándose cuánto tiempo era normal mirar a alguien sin dar una respuesta a su pregunta. Si no decía nada tal vez se iba. Qué razonamiento más imbécil, se dijo Emma a sí misma. Entonces le vino una idea a la cabeza. Una terrible y totalmente inapropiada idea. Pero era una solución al fin y al cabo, un arreglo temporal para salir del paso.

"Claro" dijo con total naturalidad, tanta que sonó hasta real. "Somos pareja" la rubia, sin preguntar, sujetó a Regina por la cintura y la acercó a su cuerpo. La morena se tensó enseguida, no estaba acostumbrada al contacto y menos a uno tan cercano. ¿A qué estaba jugando Emma Swan? Sin embargo, no se vio capaz de objetar y dejó que la rubia siguiera con su farsa. A ver cuanto duraba hasta que la pillaran.

"¡Oh!" se sorprendió Greg. "Disculpen señoritas, no estaba al corriente. Si no es indiscreción, ¿cuánto tiempo llevan juntas?" estaba claro que intentaba sacarles información. Emma era especialista en buscar personas e investigar sus pasados, sabía cómo funcionaba, pero ¿dónde estaba el daño en darle información falsa sobre una pareja falsa? En ningún sitio. Greg no podía hacer absolutamente nada con esa información, simplemente porque no era real, así que siguió con su engaño hasta el final.

Operación Swan-Mills [SwanQueen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora