00. ¡ prologo !

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(N) significa nombre. (A) significa apellido. Historia.

Comienzo de la historia pre–fanfic!

Una joven peli—negra iba directo al gimnasio masculino de volleyball, con la intensión de buscar algún setter que quiera ayudarla a practicar

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Una joven peli—negra iba directo al gimnasio masculino de volleyball, con la intensión de buscar algún setter que quiera ayudarla a practicar.

(N) es una estudiante de preparatoria que cuenta con 15 años, tiene el pelo corto negro con algunas ondas. Ojos almendrados con una pincelada de verde claro.

Después de preguntarle a un joven que se encontraba ahí cerca donde quedaba el gimnasio, llegó hasta las puertas de aquel lugar. Se oían las pisadas y saltos, hasta que se escuchó por dentro; «¡Boke, Hinata, boke!»

Eso asusto a nuestra pequeña protagonista, ya que, le temía mucho a los ruidos fuertes. Se aseguró que no pediría la ayuda de aquel que había gritado. Le causaba horror.

Tocó levemente la puerta y abrio lentamente la antes mencionada. Mientras ingresaba palmeo un poco su falda para que no quede algun rastro de polvo.

— Emh... — Intento pronunciar alguna palabra, pero al ver como un peli—negro de ojos azules, golpeaba a un peli—naranja de forma reprochante, se atemorizo demaciado y dio marcha atrás. Observando y esperando el momento donde le prestacen atención.

¡La próxima fijate a donde rematas! — siguió gritando el chico, «parece una mora, pero esta podrida..» Pensó la chica, desconectándose del mundo para comparar al oji—azul con una mora.

Estaba tan concentrada en sus pensamientos, que aflojó su agarre a la puerta, y tampoco noto el balón giratorio que se dirigía a su rostro. Devolvió los pies a la tierra cuando escucho una advertencia. «¡Oe! ¡Cuidado!»

Un balón de consistencia dura golpeo el delicado rostro con algunas dóciles pecas. Trató de agarrarse a cualquier cosa de su alrededor, pero lo único que consiguió es que un poco del material de las paredes se adhiera a sus uñas, sus talones trataron de mantenerse en pie pero la parte baja de la puerta hizo presión contra su ya mencionado talón.

Cayó por las mini escaleras que daban la bienvenida al club. Golpeándose la nuca en el proceso. Llamando la atención de el profesor y el entrenador.

— ¡oh por Dios! ¿¡Estas bien!? ¡Suga, revisa su cabeza! — exclamó nervioso un peli—castaño bastante preocupado por la chica.

Aún con sus ojos cerrados sintió como alguien con unas manos suaves la sostenía de la cabeza, cuando el vio su mano, una tintura roja invadió sus dedos.

— ¡Sensei, hay que llevarla a la enfermería! — insistió otro chico.

— ¡chicos! ¿Que hicieron? — dijo un hombre de no más de 29 años, con unos lentes graciosos.

Abrió los ojos y pudo ver a los jovenes de antes rodeandola. Se puso un poco nerviosa y por eso no sintió el dolor de la lastimadura.

. . .

Ya en la enfermería, descubrieron que solo fue un golpe superficial. Tranquilizando un poco a los jugadores de volley.

De vuelta al gimnasio, reprocharon levemente –mentira– a un kageyama un poco avergonzado al no haber podido controlar su demostrativo remate.

— ¿segun tú eso es un “remate de un profesional”? ¡Casi matas a una pobre jovencita! — gritaba un chico con apariencia de delincuente. Regañando a su setter oficial.

— ¿que pasó, rey? ¿te fallaron los cálculos? — Dijo un rubio burlón.

— Kageyama, quiero que cuando veas nuevamente a la jovencita le pidas disculpas. ¡De rodillas! — dijo el profesor tratando de sonar intimidante.

— bueno ya. ¡A entrenar! Sobre todo tú, kageyama. Hay que practicar esos remates.

Risas y más risas se pudieron escuchar en toda la estructura. Sin duda kageyama no podía esperar para disculparse con la chica y seguir con su vida normal.

. . .

Un día normal y soleado era la perfecta descripción de aquel momento, una joven paseaba por los pasillos con una carta en sus manos. Su mirada baja mostraba culpa y arrepentimiento.

Kageyama, que estaba con el enano imperativo, Yamaguchi y Tsukishima, se encontraba ignorando los comentarios negativos del rubio cuatro—ojos.

Cuando se dio la vuelta, pudo ver una carta en su cara, era la misma chica a la que había herido.

— ...Me queria disculpar por el incidente del otro día, L-lamento que lo hayan regañado por mi culpa. E-ehm...¡adios! — comentó la fémina entre nervios. Dejando la carta en las manos asperas del otro. Rozando sus manos en el proceso.

— ... — no pudo argumentar nada, sus ojos con un pequeñisimo brillo casi in–notable se pudo reflejar en sus cuencas oceánicas.

Sintiendo un leve enrojecimiento en sus pómulos, abrió el sobre a medias.

— ¡kageyama, no puedes abrirla ahora! ¡Tenemos que ir al entrenamiento de hoy, llegaremos tarde! — reclamo Hinata, que al ser ignorado, reprochó en un murmullo.

. . .

Luego de terminar el entrenamiento de ese día, tobio llegó hasta su casillero, tomó sus cosas y se encaminó hacia su casa. En el camino, recordó la carta que le había déjalo la chica misteriosa.

La saco de su mochila y la empezó a leer detenidamente.

Hola, lamento lo ocurrido el otro día en el gimnasio. No era mi intención que lo hayan castigado, solamente estaba buscando un setter para mejorar mis remates, una disculpa.

Posdata: estuve investigando un poco antes de darle esta carta y descubrí que usted es un setter, si no es mucha molestia, ¿le importaría colocarla para mi? 💐

(N) (A).

Kageyama término de leer eso y exhalo de la sorpresa, ¡nadie jamás le había dicho algo como eso! Sin duda, esa chica empezaba a agradarle.

Fin de la historia pre–fanfic!

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Fin de la historia pre–fanfic!

maneras | KAGEYAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora