BUENO, SI NO LLEVAN CHOCOLATE A MI FUNERAL, NO VOY...
AÑO 2.157
LIRON
*SÁBADO: Un Día Antes De La Llegada De Un Nuevo Huracán. *
— ¡Lirón! – Escucho a mi papá llamándome desde el piso de abajo, probablemente desde la cocina. – Se enfría tu desayuno.
Termino de acomodarme mi uniforme mientras me quejo mentalmente. Lo que menos me provoca es tener que despertar un sábado temprano para usar el uniforme e ir hasta el colegio de nuevo. Pero hoy es la gran Feria y se supone que van a salir los representantes de la Ciudad en cada una de las grandes áreas.
— ¡Ya voy! – Aviso.
La imagen en el espejo se vuelve cada vez más deprimente y desagradable. Es el tercer uniforme que me compro en lo que va de año escolar y ya me queda grande, a leguas se nota que me queda flojo otra vez. En los últimos meses he estado perdiendo peso como loco, ya se me marcan los huesos, mis ojeras son más marcadas alrededor de mis cansados ojos, mi visión cada vez es peor, de a poco mis órganos han ido dejando de funcionar como deberían y es cuestión de tiempo hasta que dejen de hacerlo en lo absoluto, mi energía cada vez se agota más rápido, cada vez me cuesta más hacer cosas sencillas y me agoto con cualquier tontería, concentrarme es una tarea de máximo esfuerzo, comer se volvió una tortura, pero no hacerlo es peor, en fin, me voy a morir dentro de poco.
Agarro mi morral, me paso la mano por el cabello solo para quitarlo de mi frente y salgo de mi cuarto. Bajo al comedor y veo a mis padres desayunando, mientras Susana termina de servir mi comida en la mesa.
— Buenos días. – Me saluda con una sonrisa amable. – ¡Buen provecho!
— ¡Buenos días, Susana! – La saludo. – Gracias.
— ¿Cómo dormiste, pequeño? – Pregunta mi papá.
— No soy pequeño, tengo 17. – Le recuerdo.
— Es decir, tienes la edad para seguir siendo un pequeño que depende y necesita de sus padres. – Me dice con una sonrisa.
— ¿Dormiste bien? – Ahora pregunta mi mamá.
La verdad es que no, me pare dos veces a vomitar, tuve muchos problemas para lograr retomar el sueño y en algún momento me dio dolor de cabeza.
— Sí, dormí bien. – Pero cuando se trata de ella, no quiero entrar en detalles.
No es que quiera mentirle a mi madre, es que desde que "regresó", la vida se nos volvió un infierno a los tres, todo por mi culpa.
Aquel día en el que volvimos juntos a casa y que liberaron a mi papá, hace 5 años, finalmente hablamos, entendí mucho por lo que ella estaba pasando y con los años he entendido que no es fácil lidiar con una persona con depresión, por lo que mi condición hace que sea más difícil para ella, haciendo que sea peor para mi papá a la vez.
Ya es bastante triste saber que no voy a vivir mucho más tiempo, que hay muchas cosas que no podré ver o hacer, porque tengo el tiempo y mi propio cuerpo jugando en mi contra, pero es mucho más duro cuando todo lo tengo que llevar en silencio o fingir, porque eso hace que mi mamá se sienta peor, lo que hace que se quiera alejar, ella cree que todo es su culpa: la muerte de su hermana, mi secuestro cuando era pequeño, no poder tener más hijos como había querido en un principio con mi papá, la muerte de mis abuelos y ahora mi condición tan extraña; lo cual pone a mi papá en un punto de jaque, porque él se siente presionado por mantener todo junto, tanto aceptar mi enfermedad, las peores partes que mi mamá no debe saber, así como la condición mental de mi mamá que cada día empeora de a poco también.
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Ciudad Aether
Science FictionAño 2. 152 Nada pudo evitar que la Tercera Guerra Mundial llegara y mucho más cruel que sus predecesoras. Solo un virus mortal logró detenerla, pero los destrozos acabaron con la sociedad como se conocía hasta ese momento. En Pro de avanzar y de bus...