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Jiang Cheng citó a los líderes de secta en Yiling, nada de esta situación le daba buena espina. Pero tenía que confiar, su hermana estaba ahí. Wei Wuxian solo bajó ya que todos estaban ahí.

Wuxian sentía malestar solo de decir su discurso pero se lo prometió a Yanli, debía hacerlo por ella.

-Hoy me quiero disculpar por las perspicacias que pudo levantar mi comportamiento, encontré a ese grupo de personas del clan Wen, consideré que lo mejor sería que apoyaran a labores de campo para Yummeng, por eso los traje a Yiling, un punto cercano. Lamento no informarlo a Jiang Cheng, quien me reprenderá como corresponda como líder de secta-

-¿Huh? Y pretendes que te creamos- dijo Jin Guangshan -Seamos honestos, tu eres un peligro para el mundo de la cultivación con el sello del tigre estigio, y ahora reclutaste un ejercito y los trajiste a tu territorio. Bastante coincidente diría yo- Los murmullos acrecentaron mientras Nie Mingju solo ponía cara de molestia por lo molesto que eran.

Wei Ying respiró profundo, sintió que su Yanli apretó su mano. -Jiang Cheng me informó de sus temores, no tengo reparo en mostrarles al "ejercito" que hoy mismo será trasladado a una zona de Yummeng que esta siendo adaptada para que hagan sus labores forzadas- 

Varios discípulos de Yummeng Jiang caminaron con un grupo no muy nutrido de personas de la secta Wen, siendo evidente que en su mayoría era viejos y niños que no representaban riesgo alguno. Jin Guangshan frunció el ceño -Creo que el otro problema vale más que un ejercito. Yummeng debe entregar el sello-

-¡Que exista el sello es un peligro en sí!- dijo Wuxian -Así que lo destruiré, pero les sugiero alejarse, no se preocupen, sabrán cuando suceda. Jin Guangshan puso cara de espanto y molestia, no podía permitir que fuera destruido, pensó mientras chasqueaba su lengua. Pero antes de decir algo Nie Mingjue habló -¡Coincido! ¡El sello debe destruirse!-, Lan Xichen coincidió inmediatamente.

Wuxian y ellos se alejaron, tomo aire, nunca había destruido el sello por diversas razones, como proteger su gente, pero otra muy importante era el riesgo de hacerlo. Podría perder la vida en el intento, lo sabía, pero si de esa forma lograba que su pequeño naciera sin ser el hijo de un repudiado, habría valido la pena.

Respiró, pronto todo se volvió oscuro. La fuerza de resentimiento amenazaba con destruirlo por completo.

Yanli veía horrorizada mientras un fulgor blanco y morado pasaron a su lado. ¿Qué había hecho? pensaba una y otra vez mientras lloraba arrodillada.

Amor fraternalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora