Capítulo XV Sorpresa, después de la fiesta de Soraya

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Capítulo XV

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Capítulo XV

Sorpresa, después de la fiesta de Soraya

Todos hablaban de lo mismo. A unos días para salir de vacaciones decembrinas, la noticia se esparció de manera instantánea apoyada por los periódicos y los noticieros en televisión. Y cómo no, si habían asesinado al Sabroso. El profesor Evo Zepeda fue encontrado muerto en su domicilio, degollado.

Aquel lunes, a eso de las cinco de la tarde, y en lugar de que los compañeros comentáramos las incidencias en el cumple de Soraya, lo hacíamos sobre la trágica muerte de quien fue nuestro tormento en los primeros meses en la prepa.

Los "¿quién pudo ser?" "Fíjate nada más; ¡tan mal que me caía, pero jamás le hubiera hecho algo así!" "Lo que sucede es que se metió con la persona equivocada". "Es que le caía mal a tanta gente; como a Saturnino". "Era un jijo. Alguien se la habrá sentenciado al güey". Y demás comentarios se escucharon por todas partes. Enorme conmoción. Lo peor es que temíamos que en cualquier momento llegaran los de la judicial para interrogar y realizar pesquisas.

—No vayan a ponerse nerviosos, cabrones, porque estos hijos de la chingada les dan sus tehuacanazos, cachetadones guajoloteros y una que otra descarga eléctrica en los güevos —decíamos varios a cada rato, entre en broma y en serio. Por ahí uno que otro gritaba, fingiendo desesperación, ¡exijo a mi abogado! ¡Quiero a mi abogado!

Marite en el país de las mafiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora