Capítulo 8: Sorpresas

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~Pasado~

Un hombre de piel pálida y cabellera alborotada ajustaba su armadura ninja frente a un pequeño espejo en su recámara, el hombre se preparaba al parecer para irse a una misión fuera de su aldea.

-Papá...- un pequeño niño al parecer de unos ocho años se asomaba por la puerta de la habitación un poco temeroso.

-¿Qué sucede Shisui?- el mayor logro verlo en el reflejo del espejo y le dedico una tranquila sonrisa.

-¿Te vas de nuevo?- pregunto nervioso y dudando de sus palabras. -no deberías de ir papá... es muy peligroso... yo...- jugó con sus pies y bajo la mirada al suelo. -déjame ir contigo.. puedo ayudar y...- fue interrumpido por el mayor el cuál solo sonrió y nego girandose para verlo.

-Ven aquí hijo...- lo llamo haciendole unas señas para que se acercara a su lado. -Se que es peligroso y que estamos en guerra...- pauso unos segundos y luego se agacho a la altura del menor. -pero debo hacerlo, es mi responsabilidad, proteger y apoyar a mi pueblo... y si está en mis manos el poder hacer algo, con gusto lo haré- tomo ligeramente la mejilla de su hijo pero al ver mejor su rostro comprendió que había algo más. -aunque eso no es lo único que te inquieta... dime, ¿Qué pasa?- miró con seriedad al niño de cabellos alborotados, intentando descifrar su angustiada mirada.

-Es imōto... ella... me ha preguntando cómo puede despertar su sharingan...- dijo cabizbajo.

-¿Qué le dijiste?- pregunto pensativo, sabía que ese momento algún día llegaría.

-Le dije que no pensará en esas cosas.. que aún era muy pequeña para eso...- frunció el ceño no muy convencido de si fue la mejor respuesta.

Su padre solo sonrió ligeramente, se puso de pie de nuevo y comenzó a guardar en la mochila que tenía sobre la cama las últimas cosas que necesitaba para irse. -Hiciste bien Shisui-

-Pero... ¿Qué haremos cuando se de cuenta de que no puede y nunca podrá despertar el sharingan?- se acercó temeroso a su padre.

-Actuar normales y tranquilos hijo, no será ni la primera ni la última Uchiha en no despertar su sharingan... sabes que no todos en el clan pueden hacerlo hijo- dijo despreocupado cerrando la mochila y acomodando su katana a la cintura.

-Pero...- de nuevo fue interrumpido por el mayor.

-Pero nada hijo...- suspiro, intentando mantener su semblante tranquilo de costumbre. -el que no tenga el sharingan no la hace menos mi hija o menos tu hermana Shisui.... ella es una Uchiha como nosotros y así será siempre- puso la mochila tras su espalda. Luego sonrió y se agachó de nuevo a la altura de su pequeño. -Ahora se un buen niño y cuida bien de tu hermanita mientras no estoy, ¿De acuerdo?- tomo de los hombros al pelinegro dandole ánimos.

Shisui sonrió y asintio. -¡Si papá!, cuidaré bien de imōto- dijo decido llevando sus puños a la altura de su pecho.

-Perfecto... sabía que podía contar contigo- removió su cabello. -siempre me ayudas aunque no lo creas hijo- abrazo al niño con fuerza. -tu y Anissa son lo más valioso que tengo, nunca olvides que los amo y que por eso hago esto, para darles un mejor lugar para vivir, rodeado de paz- se separó un poco y tocó la punta de su nariz, como un gesto cariñoso.

El niño solo sonrió y asintio. En ese momento una pequeña de cuatro años entro corriendo a la habitación en donde se encontraban. -¡Papi!, tu equipo ya te espera afuera de la casa- dijo la niña de cabello negro y ondulado como su padre.

El hilo rojo (Itachi Uchiha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora