Capítulo 3: Preguntas y respuestas

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Después de aquel día, dónde Anissa había confesado su habilidad, había transcurrido aproximadamente un año, la niña ya contaba con nueve y había progresado bastante bien y rápido, todo gracias al arduo entrenamiento que llevaba y al apoyo constante de su hermano y mejor amigo.

Un día, después de dos largas semanas fuera debido a una misión, Anissa se encontraba en casa durmiendo en la comodidad de su cama, se sentía en el paraíso ya que por fin podría dormir hasta tarde sin tener que preocuparse por los peligros constantes de estar fuera de su aldea. Estaba durmiendo tranquilamente cuando de pronto escuchó el tocar de la puerta, ella no se inmutó y siguió durmiendo.

-Anissa...- su hermano mayor la llamaba desde a fuera de la habitación.

-Mmm- murmuró la niña y se tapo más con la sábana.

-¿Sigues dormida?- volvió a tocar la puerta el azabache al no obtener respuesta.

La niña de cabellos negros se removió en su cama y se dispuso a tapar sus oídos con la almohada. -Si...- dijo con voz seca.

-Recuerda que hoy iremos a almorzar a casa de Itachi, no quiero volver por ti y sigas dormida Issa... ya sabes que no me gusta llegar tarde, menos con Fugaku-sama de anfitrión- el mayor abrió lentamente la puerta y viendo a su hermana tapada hasta la cabeza con sus sabanas.

-Está bien nii-san, estaré lista para entonces... Ahora vete- se volvió a remover dentro de la cama.

El azabache solo negó divertido y salió de la habitación, aveces no podía creer lo perezosa que era.

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El tiempo paso y la hora de la comida estaba por llegar, Anissa seguía dormida pero extrañamente algo la hizo despertar, se giró para ver el reloj en la mesita de noche y abrió sus ojos enormemente al ver que solo faltaban 30 minutos.

Se levantó de golpe de la cama y empezó a buscar como loca algo apropiado en el closet, tomo un short negro y una blusa negra de manga corta y cuello alto, con el logo de su clan en la espalda en combinación con unas sandalias negras, algo muy sencillo y casual, salió disparada a la regadera, donde se baño lo más rápido que pudo, en cualquier momento llegaría Shisui por ella y si la encontraba sin estar lista, seguro la iba a sermonear todo el trayecto hasta la casa del líder del clan.

Afortunadamente cuando estaba cepillando su cabello y dando sus últimos retoques Shisui entro por la puerta principal.

-¡Anissa, ¿ya estás lista?!, es hora de irnos- el mayor gritaba desde la sala de estar esperando por su hermana.

-Ya voy nii-san- la niña salió corriendo para su encuentro con el azabache en la sala, suspiro y sonrio al verlo sentado tranquilamente. -Estoy lista, ¿nos vamos?-

-Claro pequeña- el tomo su mano y ambos salieron de su hogar para emprender su camino a la casa principal.

Una vez llegaron a casa del líder, se decidieron a tocar.

-¡Voy!- se escuchó del otro lado la voz de Itachi, este abrió la puerta y recibió a ambos hermanos. -¡hola chicos!, pasen ya estamos todos en el comedor- dijo dandoles el paso con una sonrisa.

-¡Hola Itachi-kun!, ¡cuanto tiempo sin verte!- dijo Anissa moviendo su mano en señal de saludo y con una sonrisa en el rostro acercándose al azabache de coleta para darle un abrazo.

-¡No te acerques a nii-san!- llegó corriendo un pequeño, aparentemente molesto para interponerse entre ambos niños estirando sus bracitos para evitar que se dieran el abrazo.

-Creo que alguien está un poco celoso- dijo Shisui viendo al hermano menor de Itachi con burla. -Hola pequeño cascarrabias, ¿nos extrañaste?- se agachó a la altura del pequeño de cuatro años y revolvió su cabello.

El hilo rojo (Itachi Uchiha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora