𝐏𝐀𝐑𝐓 𝐈 | 𝐆𝐄𝐍𝐄𝐒𝐈𝐒

604 47 10
                                    








En un principio, el universo explotó. De dicha explosión, nació el cielo y, abajo, la tierra.


Ese día, sin embargo, parecía que el universo había explotado una vez más.


Aunque no fue una creación cósmica y sin aparente sentido. Ese desastre era causado por dos entes demasiado poderosos. Uno bueno, otro malvado. Aunque los sentidos del bien y el mal usualmente eran muy intangibles y la línea entre estos era sumamente borrosa. Parecía que, en medio de esas dos fuerzas, existía un área gris amplia en donde las acciones de cada bando se ponían en tela de juicio. Los buenos comenzaban a hacer cosas cuestionables que, eventualmente, se volvían malas y los malvados hacían lo contrario, quizá demostrando que les quedaba algo de bondad.

Era justamente peculiar, cómo la humanidad pronto había decidido qué era correcto e incorrecto. Veneraban a unos, repudiaban a otros. Bruce Wayne miraba a una de las figuras más queridas por dicha humanidad volando por encima de su cabeza, por encima de su ciudad. Esa que había estado protegiendo los últimos veinte años y vaya que esa carrera nocturna no era un trabajo ligero. Superman peleaba contra Zod en el cielo, en medio de nubes grisáceas y rayos tormentosos morados que aparecían de vez en cuando, iluminando infinito espacio. Arriba, la pelea entre los previamente mencionados bien y mal era algo en lo que solo esos dos Kriptoniános participaban. Sin embargo, las consecuencias del enfrentamiento eran crudas, tangibles y sufridas abajo, por los hombres, mujeres y niños que morirían a causa de los infinitos desastres que esos dos causaban como consecuencia de su actuar.

El mundo era indudablemente grande, la vida era preciosa. Algunas fueron terminadas como daño colateral. El sufrimiento, sin embargo, era el mismo para todos. Superman podría recuperarse en un par de horas, quizá incluso en minutos. Las vidas arrebatadas, los mortales gravemente heridos, contarían una historia completamente diferente. Bruce pudo darse cuenta de eso mientras hablaba con uno de sus más allegados trabajadores, corriendo por la calle llena de tráfico intenso, autos detenidos, personas confundidas y aterradas. Sostenía su teléfono tan fuerte contra su oído que comenzaba a doler más no podía terminar de escuchar al cien por ciento la voz de su colega del otro inestable lado de la línea. Cómo le hubiese gustado volar, aunque sabía que no le serviría de nada. En ese edificio, su edificio, el de su empresa, trabajaban al menos unas trescientas personas. Y él solo tenía dos brazos. Mientras Zod estrellaba a Superman contra los cimientos del rascacielos, destruyendo la estabilidad que le quedaba, haciendo que este se viniera abajo como una pieza de dominó, el hombre supo que había llegado demasiado tarde. Cientos de vidas serían perdidas. Ni él, ni Batman, su preciado alter ego o tal vez su verdadera forma de ser, hubieran podido hacer algo. Estaba atado de manos y pies.

Ese día, Superman ganó la batalla. Sin embargo, el mundo, las consecuencias y los daños colaterales la perdieron.

Bruce miró al cielo, con gran ira y resentimiento, donde esa adorada figura aun continuaba peleando contra el designado villano sabiendo que, pronto, él mismo estaría en ese mismo lado, buscando justicia... o venganza.






*






Katherina miraba hacia arriba, perdiéndose entre las nubles blancas junto al infinito azul, brillante e imponente. Tenía los oídos llenos de agua, sus conductos auditivos estaban inundados por esta, mientras sus brazos flotaban abiertos a cada lado de su cuerpo. El sol, una gran bola de fuego inmensa, quemaba su rostro. Entre más pasasen las horas, más intenso se volvía su resplandor. Soltó un suspiro, poniéndose de pie dentro del agua, ladeando la cabeza de un lado a otro para sacar el agua acumulada en sus oídos. Caminó hasta una de las esquinas de la piscina, cuyas baldosas azules hacían que el agua luciese más cristalina, como si ella estuviese nadando en el cielo. Subió las escaleras de metal, se secó el cuerpo con una suave toalla de algodón color verde claro y se tumbó sobre un camastro, bajo una gran sombrilla que la cubría del implacable sol.

𝐀𝐍𝐍𝐈𝐇𝐈𝐋𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍 | 𝐁𝐀𝐓𝐌𝐀𝐍 𝐕 𝐒𝐔𝐏𝐄𝐑𝐌𝐀𝐍 [𝟏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora