𝐏𝐀𝐑𝐓 𝐈𝐕| 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐋𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍𝐒

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Termina siempre así, con la muerte. Pero antes... estaba la vida.




La ciudad continuaba en gran caos un día después de los eventos sucedidos en el capitolio. Nadie confiaba en nadie, la policía seguía haciendo sus mejores esfuerzos con tal de encontrar a los culpables, sin embargo, hasta ese momento, no había ningún otro sospechoso, más que Wallace Keefe y no parecía haber algún otro cómplice que hubiese orquestado el atentado desde afuera, si ese hubiese sido el caso, claro estaba. Había demasiadas teorías flotando en el aire, algunas más posibles que otras, unas rayando en lo conspirativo y otras mayormente plausibles. Lo que era seguro, era que ese aire de incomodidad y miedo podía respirarse con tal fuerza que cruzaba hasta Gótica, donde Bruce observaba las noticias mientras desayunaba tostadas con mantequilla, jugo de naranja y algunas variadas frutas en rodajas; el reportaje continuaba diciendo: 'La policía del Capitolio todavía está pendiente de confirmar que el culpable del atentado fue Wallace Vernon Keefe. Estas mismas fuentes aseguran que consiguió mantener escondidos los explosivos dentro de su silla de ruedas. Mientras tanto, Superman, que estaba presente en la misma habitación, obviamente falló en detenerle. Su repentina desaparición hace que las preguntas se intensifiquen. ¿Estará coludido con los terroristas? ¿Cuál es el verdadero plan dentro de todo esto?'

Si bien el atentado había ocurrido en una ciudad donde él no vivía y donde, ciertamente, Batman carecía de jurisdicción, eso no le arrebataba el profundo sentido de culpa que se generaba en lo profundo de sus entrañas. Wallace Keefe trabajó para él, para su empresa. Le había conocido antes de que cayera a ese vórtex de depresión y eventual locura, cuando era solamente un hombre normal antes de ser definido enteramente por su dolor físico y emocional. Keefe fue el jefe de seguridad de uno de los edificios Wayne que terminó reducido a vanos escombros como consecuencia de la gran pelea de Superman contra Zod. Bruce recordó cómo le había encontrado entre dichos restos, con ambas piernas prensadas por una pesada viga de metal, destruidas completamente. Así como hizo con todas las víctimas o familiares directos de los afectados o fallecidos, enviaba mensualmente a Wallace un cheque con una bastante razonable pensión para que pudiese subsistir. Y cada mismo mes el hombre los devolvía, con inscripciones escritas en furiosas letras rojas. Inscripciones que quizá nunca olvidaría, no realmente.


WAYNE = CIEGO.   TE PERSEGUIRÉ.   NO HAY TREGUA.


Cuando se dio cuenta de la situación, sabía que era demasiado tarde como para hacer algo. Ni siquiera el empleado a cargo de la repartición de las pensiones estaba al tanto de las crípticas y sombrías respuestas así como del rechazo hacia el dinero que recibía como compensación por su trágico accidente, del cual nunca se recuperó por obvias razones. Bruce sabía bien que el 'si hubiese' no existía, pero, sí quizá se hubiese dado cuenta antes, podría haber hecho algo, lo que fuese, para evitar el atentado de la mañana anterior. El 'hubiese' era una maldición muy grande para aquellos que vivían en el pasado o de vez en cuando miraban atrás, hacia él. Ahora, solo tenía una razón más para terminar de convencerse que Superman solo traía más y más problemas con cada una de sus apariciones, dejando un rastro sangriento de víctimas que solo acrecentaba el repudio y hartazgo que Bruce sentía hacia él y su figura benevolente, que supuestamente debería representar esperanza. Pero, si algo bien sabía por propia experiencia, era que la esperanza o se esfumaba demasiado rápido o, simplemente, no existía.

Pasó un trago de su bebida, apagando su teléfono, que es donde estaba viendo el noticiero para continuar comiendo. Si continuaba escuchando, perdería el apetito por completo. Del otro extremo de la mesa circular negra, estaba el correo de esa mañana, recolectado por él mismo, pues se había levantado temprano para salir a trotar un poco a las orillas del lago. Un montón de lo que parecía ser cartas sin importancia, suscripciones de revistas, cosas así de irrelevantes. Dio una mordida a su pan y tomó el correo mientras aún masticaba, leyendo sin demasiada atención los nombres de los remitentes y destinatarios, lo último que quería era desechar sin darse cuenta alguna correspondencia para Alfred.

𝐀𝐍𝐍𝐈𝐇𝐈𝐋𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍 | 𝐁𝐀𝐓𝐌𝐀𝐍 𝐕 𝐒𝐔𝐏𝐄𝐑𝐌𝐀𝐍 [𝟏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora