𝐀𝐍𝐍𝐈𝐇𝐈𝐋𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍 | 𝐁𝐀𝐓𝐌𝐀𝐍 𝐕 𝐒𝐔𝐏𝐄𝐑𝐌𝐀𝐍 [𝟏]

𝐏𝐀𝐑𝐓 𝐈𝐈𝐈 | 𝐋𝐀𝐁𝐘𝐑𝐈𝐍𝐓𝐇

Un hombre le hace frente a un Dios. Un Dios le hace frente a un hombre.

Así se podría resumir esa parte de la historia, donde comienza, donde termina. Todo el caos que hubo en el entremedio. Los villanos y los héroes, la bondad contra la maldad, aquello era subjetivo, pero, al final, probaron ser piezas clave para el desarrollo de la historia. Si uno volvía la mirada y observaba al pasado, este no hacía nada, permanecía quieto, inmutable, silencioso. Un testigo de lo que tuvo que vivir, a lo que tuvo que enfrentarse... las cosas de las que tuvo que despedirse.

June Finch acomodó el lacio cabello rubio por encima de su hombro, que resaltaba con el color gris de su formal vestido, mientras su asistente le entregaba un folder de cartoncillo beige—. Ha llegado tu cita de las tres —la senadora asintió, entró a su gran oficina, amplia y con muebles de valiosa y ostentosa madera que adornaban el espacio, encontrándose con Wallace Keefe, estrenando silla de ruedas eléctrica, que le facilitaría la vida, más no le devolvería todo lo que perdió. Denotó esto, mientras observaba las amputadas piernas. Abrazó la carpeta contra su pecho, como si fuese un oso de peluche.

El hombre, bien compuesto, usando un elegante traje azul rey, encontró los ojos de la mujer. Fue el primero en los dos en hablar: —Mi esposa me abandonó —su mirada se cristalizó con lágrimas transparentes, pasó el nudo en la garganta, continuando: —, no puedo ver a mi hija o ser el padre que merece. Déjeme encararlo. Usted tiene la última palabra, es quien dirige la audiencia. Déjeme ver al cobarde que me hizo esto.

*

Si Lois Lane era conocida por algo, definitivamente era por ser implacable. Por eso decidió estudiar periodismo, porque era competitiva, amaba contar historias, sentir los botones de las teclas bajo sus dedos mientras tecleaba furiosamente, escuchando el ruido que hacían al ser presionadas. Sus historias eran contadas e impresas en el periódico para el que trabajaba, lo cual la llenaba de orgullo, más ningún artículo realmente lograba saciar su creciente hambre de curiosidad. Una muy profunda, que cada vez se agravaba más conforme iba descubriendo pedazos de información que salían a la superficie. Si era conocida por algo, también era por ser competitiva, con los pies bien puestos en la tierra, caminando sobre elegantes tacones. No era una reportera para revistas de chismes, era una periodista hecha y derecha. Haría lo que fuese por saciar su hambre y compartir sus historias con el mundo.

—Secretario Swan, no ha estado devolviendo mis llamadas. Creo que su buzón de voz está lleno —si tenía que seguir a importantes funcionarios políticos hasta el baño, entonces lo haría y lo hizo. El alto hombre moreno estaba lavándose las manos—. Me está tratando como una extraña.

—No —respondió Swan, secando sus manos con una hoja de papel sanitario café que luego tiró a la basura—, la trato como una reportera.

La pelirroja ladeó la cabeza—. Me gusta más la palabra 'periodista' pero, muy bien, si quiere jugar ese juego: ¿Está el gobierno estadounidense proveyendo a rebeldes en África con armamento?

—Con unas agallas como las suyas, le iría muy bien aquí. ¿Cuál es su fuente en esto? ¿Un sombrero de aluminio?

Lois mostró al secretario, una pequeña bolsa de papel plástica que contenía una bala plateada—. No, no es un sombrero de aluminio, es una bala de metal. Esta bala se encontró como residuo en una de las batallas que Superman tuvo en África, tengo esto porque estuve ahí. Ni sus expertos en el pentágono pueden reconocerla. Entonces, nos están escondiendo la verdad. Y como detesto cuando lo hacen.

Swan dio unos pasos hacia la joven, que, comparada con su estatura, era muy pequeña. Tanto así que casi tenía que subir la barbilla para verle a los ojos—. Esta es la verdad: una reportera se ha vuelto demasiado avara por una primicia y no debió haberlo hecho. Encaremos los hechos, Lois. Superman actuó como un robot de rescate y mucha gente murió como consecuencia. Si tu aprecias la verdad, yo aprecio las vidas humanas que se pierden en enfrentamientos como ese. No inventes teorías de conspiración para poner un halo de luz sobre su cabeza y pretender que es un ángel porque no lo es. Ni él, ni tú.