Soy el malo | Go toubun no hanayome

Espera en la posada

Ha pasado unas pocas horas desde que las quintillizas me llevaron con ellas desde el automóvil personal que siempre solía llevarlas a la escuela. Es gracioso, porque conociendo la historia, podría decir que soy todo un profeta al saber manipular el destino para mi propio beneficio. 

El único inconveniente, es que el tiempo pasa como la realidad, las horas son las horas, no como en un manga donde te saltas la viñeta o hay un time-skip. Aquí me tengo que joder, sentado sin hacer nada a lado de Itsuki. Mientras ellas hablaban sus estupideces de adolescentes japoneses, yo solo miraba por la ventana nostálgico.

La vida japonesa en verdad es muy aburrida...

Esto no parece un anime como creí que sería vivirlo en carne y hueso; ni siquiera hay banda sonora u openings. No obstante, esto también es una ventaja para mí. Podría decirse que estoy dentro de uno que se convirtió en una realidad, de la que puedo aprovecharme cuanto sea posible.

En la realidad de la que provengo, es el año 2021, pero aquí es el año 2017. Supongo que es un viaje al pasado, ¿no? Me pregunto que sucederá aquí a futuro. Como sea, también me pregunto si habrá una versión mía en este vasto mundo. Tipo, quizá si vaya a mi país de origen, tal vez haya alguien ahí ocupando mi lugar.

De cualquier forma, no pienso volver a Latinoamérica, no me jodas, no soy idiota.

Ahora que estoy en el cuerpo del futanari, tengo sus memorias e inteligencia, así que haré uso de ella para obtener buenas calificaciones, un buen sitio para estudiar, y luego al hacerme de una pequeña fortuna, mudarme a un país más adaptado a mi forma de ser.

Japón es demasiado horrible para vivir.

Ya pensaré a que país me iré después, mientras tanto, me aprovecharé de las quintiputas que son mi actual fuente de entretenimiento en esta aburrida vida siendo Fuutarou, el cual no tiene algo de vida social o internet para quedarse como idiota todo el día.

Mierda, si es aburrido ser Fuutarou, ¿saben?

Ahora mismo, mientras veo por la ventana cubierta de humedad por la tormenta de nieve que hay afuera, lo cual impide que el tráfico desaparezca, me cuestiono si debería seguir con mis planes de aprovecharme de las quintillizas Nakano. Solo usaré su cuerpo y luego me iré, solo será un momento de placer, por tanto esfuerzo...

Nah, ni loco dejaré de hacer esto. Ya perdí varios meses de esta vida haciendo el ridículo.

Dicen que las cosas conseguidas con trabajo duro son mucho más satisfactorias, siendo uno de los mayores ejemplos, el dinero, aunque no creo que nadie se queje si les regalan millones de dólares de la noche a la mañana así como las personas a las que MrBeast llega a sus vidas.

Además, quiero reírme de las caras de las quintillizas cuando las abandone. Quiero hacer de esta historia, una maldita comedia trágica. Después de todo, esta no es mi vida, ¿o sí? No tengo porque sentirme culpable en un mundo diferente al mío.

Maldita sea, ¿por qué tengo que ponerme a divagar y filosofar en estas circunstancias? Vine para divertirme, no para pensar en cosas serias.

La ausencia de porno si que me ha afectado bastante...

De un momento a otro, las quintillizas propusieron hacer el ridículo juego de quintillizas, que consiste en ocultar una mano con la otra e intentar adivinar que dedo está mostrando, los cuales, de acuerdo a su posición, son nombrados con el nombre de las quintillizas. Por ejemplo, el meñique es Itsuki, y el pulgar Ichika. Bah, tampoco es como si importara narrar esta mierda de juego. No obstante, me servirá para distraerme un poco.

—¿Quién soy? —preguntó Nino, ocultando sus dedos, por lo que cada una de sus hermanas les tocó intentar adivinar, hasta llegar mi turno de adivinar.