Cap 5

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Recibe una llamada...

-No puede ser, esta zona de noche es muy peligrosa a estas horas- se notaba por el tono de su voz que le asustaba la idea de que alguien la viese con su celular en la calle a esas horas de la noche, pero el sonido constante e insistente de su teléfono la dejaría al descubierto de igual forma -el coño de la madre- dejando salir un poco de su nacionalidad de manera vulgar junto con el crecimiento de sus nervios, decidió contestar la llamada, soltando un suspiro pesado al ver quien era que llamaba -Halo?- saludo con desgane, hablar con la chica le causaba problemas.

-Hello Starling!- se escucho la voz de la estadounidense desde el otro lado de la linea.

La latina volteo los ojos con disguste e incomodidad, tras tanto tiempo sin hablar como se debería con una amiga, así como tachaba la rubia de ser, no era lo mas normal ese actuar tan ameno -Que quieres? Es muy tarde y no tengo cabeza para estas cosas- reprocho hastiada de tener que oír tonterías.

-Pero es importante Venezuela, please...- la estadounidense imploro por la piedad de la chica, estaba convencida de que lo que quería era importante aunque sea solo algo egoísta de su parte -quiero aprovechar el mayor tiempo posible- siguió hablando esperando una respuesta.

-Es un favor?- cuestiono dando unos paso por una zona completamente oscura, con la vestimenta que tenia se le haría muy difícil defenderse si alguien intentara agredirla, escuchar una respuesta afirmativa de parte de la contraria era ente bueno y molesto, pero se conformaba con saber que no tendría que pasar mucho tiempo distraída por la norteamericana -Ok, puedo hacerlo rápido, solo dime los detalles y cuando llegue a mi cas...- tras ella se escucho el ruido de un arma preparada y lista para disparar, haciéndola maldecir internamente todos los sucesos que la llevaron a tardar tanto camino a su casa.

-Dame la hora cariño- dijo con una sonrisa maliciosa e irónica por el pequeño chiste de mal gusto que había hecho.

-Mínimo dejame sacarle la tarjeta, si va?- pidió clemencia colgando la llamada dispuesta a ceder el bien material si eso la libraba de un conflicto innecesario así como de una agresión de mas.

-Pero rápido, soy ladrón pero por ser una mujer tan hermosa te lo concederé- esbozo con cierta modestia dando a entender que, según lo que parecía que intentaba hacer, era un caballero, un caballero con dobles intenciones.

-Que Dios te lo pague- en aire sarcástico abrió el aparato para poder sacar su tarjeta sim y la memoria, al menos salvaría información valiosa con ello a la vez que se prevenía de ser agredida de mas, que lista que eres Venezuela.

-Muy bien linda, así me gusta, linda y obediente- su sonrisa de gusto le parecía macabra y asquerosa a la latina, tras entregarle el teléfono esperaba que la dejaran ir tranquila, que tonta que eres Venezuela -pensándolo bien...- se acero con un aire que no le agradaba en lo absoluto a la muchacha, seguía siendo apuntada con el arma llevándole los nervios y angustias a los cielos -quiero que me des algo más que un simple teléfono~- otra cosa asquerosa para la monera que anotar en la lista de cosas que le han pasado, han sido tantas que ahora podría hacer un libro solo de cosas repulsivas que le pasan.

Se alejo alertada queriendo huir, reteniéndola solo el echo de que podría ser herida de bala si corría -disculpa?-

-Te quiero a ti~- van tres cosas en un mismo momento.

Sus ojos demostraron pavor, ahora sin duda tendría que encontrar la forma de escapar o de agredir al adverso con fin de poder  librarse de el -no, por favor- en un intento de razonar se echo hacia atrás queriendo quedar lo mas alejada posible del contrario, acto en vano pues fue tomada del brazo por la mano libre del atacante, quien la jalo para dejarla tirada en el piso -no lo hagas, sabes que esto esta mal...- intentar razonar con un agresor armado que se muestra agresivo y con intensiones ocultas, que bruta que eres Vene.

-Cállate la boca!, tu no sabes nada!- también es colérico, parece que alguien recibirá balas esta noche -sabes que?, que importa, tengo novia en casa, puedo tomarla a ella en tu lugar- el atacante estaba a punto de dispararle a la estrellada, no la mataría por que los piases no pueden morir de esa forma pero aun así seria doloroso para ella.

 Al "morir" o mejor dicho, recibir una herida mortal, como la de una bala, en algún punto vital, los paises no mueren como tal, sino que, se "desconectan" para curarse, esto tardaría algunas horas dependiendo de la magnitud de la herida, esto es muy doloroso para el pais si no esta en estado de inconciencia.

-Espera, NO!- incluso ahora trataba de razonar, a pesar de alzar la voz como intento de que le hagan algún caso, esfuerzo en vano.

Antes de que ella pudiera recibir el disparo alguien derribo a su agresor por detrás de un golpe. Al tenerlo acorralado en el suelo lo empezó a golpear repetidas veces en todo el cuerpo, la venezolana solo podía ver la escena entre estupefacta y sorprendida, no podía ver la cara de su defensor pero sentía que lo conocía, después de todo, quien mas en esta vida podría ser tan surealmente alto?. La paliza termino con el atacante mal herido camino al hospital y de allí a prisión por asalto e intento de homicidio.

La latina aun no había podido ver el rostro de su defensor así que se le acerco para agradecerle y, obviamente, saber a quien debía agradecerle su apoyo.

Toco el hombro de quien fue partidor de los golpes para llamar su atención ya que estaba de espaldas a ella hablando con un oficial explicando su parte de lo que paso en la escena y porque el asaltante estaba tan mal herido.

-Si?...- dio una media vuelta seguro de que quien lo toco era mucho mas pequeño que el, pues tenia la cabeza baja, calmando su seriedad la percatarse que era la latina, una amiga suya -ah eres tu- cambio su porte serio a uno mas tranquilo examinando a la otra con la mirada esperando que no tenga ninguna herida -estas bien? No te hizo nada?- cuestiono alzando una ceja aquel hombre alto, blanco, cabello russy, de ojos claros.

-No tranquilo, no llego a hacerme nada, estoy bien gracias a ti Renat- dijo sonriente la venezolana al oír la voz del eslavo.

Hizo un ruido con la nariz, uno que se hace cuando se intenta contener una risa, no era el mejor momento para reír, pero le era cómico que ella pudiera reconocerlo tan fácil, había perdido una apuesta -parece que ni en mi imagen humana puedo pasar desapercibido de ti- se rasco ligeramente la parte de atrás de la cabeza, lo desanimaba saber todo lo que lo harían hacer por estar apostando tontearías con Ibrahim.

-La altura te juega en contra, además, lo único que no cambia en la transformación son los ojos, y los tuyos los conozco como la palma de mi mano- aseguro creyendo fielmente en sus palabra mirando al mayor de altura -Bueno, no es que me moleste ni mucho menos, pero... y eso que estabas por aquí a estas horas?-

-Pues, como tu compañero temporal quería tener el buen gesto de venir por ti para que no vayas sola a la casa- siendo que ambos, europeo y latina... y sirio... y chino, se encontraban viviendo juntos era algo normal para ella que el vaya a buscarla a veces, se alegraba de que ese día halla decidido ir.

-Super, te debo una grande, te compro algo mañana?- cuestiono emprendiendo camino a la casa que compartían, como buenos amigos.

Ambos empezaron a caminar juntos por unos minutos algo distraídos en una conversación que empezaron, saliendo de onda cuando uno de los oficiales llamo tratando de evitar que la latina se vaya, para entregarle su teléfono -Es cierto! mi celular!- salió corriendo rápidamente hasta el lugar para tomar lo que le correspondía

Ya en lo que la policía y las ambulancias se llevaron al ladrón, Venezuela se dispuso a ir a su casa en compañía del eslavo.

Ya en lo que la policía y las ambulancias se llevaron al ladrón, Venezuela se dispuso a ir a su casa en compañía del eslavo

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