Cap 6

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Llegando al apartamento; en un hotel apartado de las personas humanas, de varios pisos de altura donde solo habían representaciones de países; pues estos no debían juntarse con los humanos (Los riesgos eran muy altos). El eslavo y la latina subían juntos al piso en el que se encontraba su lugar, era el piso 12 habitación 19, un pent-house realmente lujoso claramente pagado por el eslavo, pues la venezolana hace años no sueña ni pagar algo así, aunque eso también puede que se deba a que ella detesta tanta elegancia... A quien engañamos? Nadie de sangre latina podría pagar algo así, y de hacerlo, no trabajaría hasta muy tarde en un amargo restaurante.

-Agh! Siempre me duelen los ojos cuando entro aquí...- se quejo la latina cejada por el brillo de las luces que daban directo a su rostro, algo usual todos los días, era decorado con blanco, plateados y negros, dignos de un palacio solo brindado por Olegario y grandes potencias, algo que cegaría a cualquiera, aunque bueno, ella también exageraba bastante.

-Me dices porque no me despertaste esta mañana?- camino hasta el centro del lugar donde se encontraba un sofá de cuero con espacio para tres personas, sentándose en medio, sentía que se venia algún tipo de reprimenda por su descuido y haber corrido el riesgo de recibir un disparo.

-Sali a comprar algunas cosas- fue lo único  que recibió de excusa ante su pregunta -y como trabajaste toda la noche no quería despertarte- otra excusa más que, esta vez, hizo fruncir el ceño a la chica siendo que no le creía.

-Es eso o no querías que me reuniera con ellos?- cuestiono alzando una ceja a su compañero de apartamento, quien se había sentado frente a ella.

-Eso no importa, habrías ido de todos modos- rendido, y sabiendo que ella le seguiría cuestionando sus decisiones, solo se encogió de hombros.

-Renat, por favor, necesito que me colabores, sabes perfectamente para que lo hago- acercó su mano a la de él para tomarla, casi como si implorara apoyo de su parte; su cara reflejaba unos ojos húmedos iluminados por las propias luces de la casa, siendo apoyada por unos labios ensanchados como puchero.

El hombre fuera de sentir algún remordimiento por su falta de interés ante el proyecto de su amiga, soltó una risa nasal, era difícil tomarla en serio con una cara así de infantil.

-Menso- insulto al hombre separando su mano y cruzando sus brazos sobre su pecho, viéndolo con desgane. Parecía una niña a la que le negaban sus regalos.

El eslavo rio un poco quitándose su ushaka -Olvídalo, Verónica, no pienso intervenir en nada de eso, haré como que no supe nada- era su manera de protegerse del comportamiento de su amiga.

-Pues no tienes que intervenir en nada de "eso"- habla buscando otra alternativa para no volver a quedarse dormida -¿qué tal si me despiertas temprano para ayudarme a cumplir con mis obligaciones como país?- Renat alzó una ceja al escuchar la pequeña trampa que contaba -después de todo tengo poco más de 20 años sin cumplirlas, mis largas horas de trabajo están justificadas, y tu como responsable de mi, tienes el deber de hacerme cumplir- terminó su cuento chino con una sonrisa ladina dedicada a su mayor.

-Buenas noches Verónica- sin aportar nada a lo que ella dijo, le dio un beso en la mejilla como ya le era costumbre, dispuesto a ir a su habitación para dormir. La mujer se limito a soltar un sonido como de beso a forma de despedida al estar sus rostros juntos, claro que sus labios no lo tocaron en ningún momento, ambos compañeros de apartamento se fueron por su lado, cada uno a su habitación para cambiarse de ropa.

-Chamo tu nojombre- soltó una queja en voz alta, dirigida al ruso aunque sabia que no iba a ser escuchada. Tomo una franela negra con tirantes y un short verde oscuro bastante desgastado para dormir, se echo en su cama sintiéndose cómoda y saco de su cartera unos papeles que tenia que firmar, de nuevo se dormiría tarde.

Tomo su teléfono para introducir toda la información que logro eliminar de este en su intento de robo, se maldecía internamente por el tiempo que llevaría. _¡Me olvide de Ariel!_ una vez que ya había terminado con lo dicho se dispuso a enviarle algún mensaje a la chica.

En el chat.

-Starling-
Hola Ariel.
Perdon que te colgara así pero me paso una vaina y tuve que colgar.

-La Intensa-
What?.
Que te paso?.
Que te hicieron?.

-Starling-
Estoy bien
Lo que paso es que me quisieron atracar y alguien me salvo de que me dieran un balazo en la jeta.

-no le pienso decir quien fue- penso ella.

Pero ahora estoy bien.

-La Intensa-
Me alegro de que estés a salvo Veronica, me volvería loca si supiera que pasaste algo así.

-loca ya estás- piensa entre risas.

Quien haya sido merece ser recompensado por salvar a un país.
Quien fue?

-Ah no vale, ¿por qué andas tan pegostosa chica?-

-Starling-
Un peatón al azar que tomo el valor de ayudarme, no supe su nombre.
Además.
No tienes porque preocuparte de cosas que me pasen, ya tengo quien me vigile.

-La Intensa-
Eres mi amiga, Starling, quiero arreglar las cosas contigo.
Y quien evite que salgas herida merece una recompensa.

Su corazón se hablando por un momento, le seguía pareciendo molesta, pero era satisfactorio saber que hay alguien que piensa así sobre ella.

-Starling-
Aww, Ariel ♡
Y yo que pensé que estabas toda pegostosa solo por molestar.

-La Intensa-
¿Por qué eres así conmigo?

-Starling-
Es divertido tratarte mal JAJAJA

-La Intensa-
7-7
Fuck you, bitch.

-Starling-
La mamá tuya lo será.
Rubia piruja.

La estadounidense envió un emoji con los ojos hacía arriba.

-La Intensa-
Whatever.
I don't need that shit.

-Starling-
Que delicada la niña JAJAJA tu empezaste.

-La Intensa-
I know, I know.
Can you help me with something?

La venezolana dejó el mensaje sin contestar por aproximadamente media hora, le chocaba el inglés aunque lo entendiera, y le chocaba más que la rubia le escriba así aún sabiendo usar perfectamente el español.


-La Intensa-
Don't do that!
You know I hate this shit!

-Starling-

JAJAJA.

Fin del chat

Tan pronto como terminó la conversación con ella, se dispuso a seguir su trabajo, agradecía tener todo el día de mañana libre, el restaurante era lo de menos.

Borradores (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora